Familia : Zamiaceae
Texto © Dr. Claudio Littardi
Traducción en español por el Prof. José Campos
Zamia vazquezii D. W. Stevenson, Sabato y De Luca 1996, es endémica de la región de Veracruz, México, donde crece a la sombra del bosque tropical en suelos principalmente arcillosos y profundos. En esta área, la precipitación media anual es de 1500-2000 mm, mientras que las temperaturas fluctúan entre 10-20° C en invierno y 20-30° C en verano.
El género Zamia deriva del término griego «ἀζαίνω» (azaíno) o «ἀζάνω» (azáno) = piña, en referencia a las estructuras reproductivas de este género, que recuerdan a los estróbilos de las coníferas. El nombre específico vazquezii, latinizado, honra la memoria de Mario Vázquez Torres, explorador naturalista dedicado al estudio de las cícadas de la región centroamericana. La especie fue aceptada solo en 1996 porque previamente había sido confundida con Zamia fischeri (Miquel 1874), de la cual se distingue por el porte más erecto de las hojas, su mayor longitud y los foliolos más anchos. La distinción en dos especies también se ha confirmado por investigaciones genéticas.
Zamia vazquezii tiene un tallo tuberoso subterráneo, que puede alcanzar los 35 cm de longitud y 12 cm de diámetro y tiende a ramificarse con la edad.
La corona de hojas está formada generalmente por 4 a 6 frondas, que tienen un porte bastante erecto, de aproximadamente 1 m de largo y 16-29 cm de ancho, de color marrón cuando emergen para atenuarse hacia el verde claro cuando maduran. El pecíolo es alargado, de sección transversal circular y ahusado hacia el ápice, sin surcos ni crestas, estipulado, de unos 40 cm de largo, 4 mm de diámetro, inerme o raramente equipado con pequeñas espinas dispersas. A lo largo del raquis se distribuyen alrededor de 14-26 pares de foliolos sésiles, de consistencia papirácea, opuestos o subopuestos, ovados u obpiriformes, acuminados de forma no uniforme, con base casi cuneada, 7.5-12.5 cm de largo y 2.5-3.8 cm de ancho, con margen ligeramente aserrado.
Los conos femeninos son solitarios, de cilíndricos a ovoide-cilíndricos, erectos, de 15 cm de largo y 5-7 cm de ancho, con aspecto tomentoso, de color gris a marrón grisáceo, extremo en bisel y apiculado. Pedúnculo de 2.5-3 cm de largo, 6-7 mm de diámetro, marrón tomentoso.
Macrosporofilos hexagonales, peltados, truncados, 10-13 mm de alto, 18-30 mm de ancho, de color gris, tomentosos, con siete caras más o menos distintas y la terminal cóncava transversalmente. Semillas ovoides, sarcotesta rosada que se vuelve rojo-anaranjada cuando alcanza la madurez. Esclerotesta más o menos trilateral, subovoidea, 13-15 mm de largo, 10 mm de diámetro y lisa.
Conos masculinos de uno a tres, de ovoides a ovoide-cilíndricos, cónicos, de 10-11 cm de largo y 2-2.6 cm de diámetro, densamente tomentosos, de color gris, erectos hasta la dispersión del polen.
Microesporofilos con forma de cuña truncada, hexagonal, 3-4 mm de alto, 7-10 mm de ancho, más o menos planos, con caras indistintas, pero la terminal ligeramente deprimida.
Zamia vazquezii reúne tres formas distintas dentro de la especie, todas confinadas a la costa del Golfo de México, entre Hidalgo, San Luis Potosí y Veracruz. Las tres formas tienen conos femeninos que permanecen densamente tomentosos y de color gris.
De las dos formas de San Luis Potosí e Hidalgo, una destaca por sus foliolos de color verde claro, de apariencia cuneada y márgenes prominentemente aserrados, mientras que la otra tiene foliolos largos, casi lineales y profundamente dentados.
La tercera forma es la de Veracruz y se asemeja morfológicamente a las de Hidalgo-San Luis Potosí, pero es el doble de grande en todos los aspectos. Es muy rara y está restringida al territorio al norte de Veracruz, donde solo quedan unos pocos ejemplares. Es la forma en que se basa la descripción de la especie.
Las actividades de investigación y estudio sobre este taxón avanzan con dificultad ya que el complejo Zamia vazquezii ha sido diezmado significativamente y ya quedan pocas plantas «in situ». El gran número de ejemplares extraídos por los traficantes de plantas, junto con la destrucción continua del hábitat causada por las actividades humanas, han llevado a la casi extinción de sus poblaciones en la naturaleza.
Zamia vazquezii y sus formas se cultivan fácilmente y se pueden adquirir también grandes ejemplares en el vivero que, desde un punto de vista ornamental, compiten con los de los lugares de origen. Al mismo tiempo, las plantas cultivadas suelen emitir un mayor número de conos que, mediante la polinización manual artificial, permiten obtener una buena cantidad de semillas fértiles. Las plántulas crecen rápidamente y la edad fértil, que se alcanza con la emisión de los conos, se puede lograr en unos pocos años.
Zamia vazquezii, gracias a su tamaño pequeño, la ausencia de espinas, las hojas fácilmente flexibles y su adaptabilidad a condiciones de escasa luminosidad, es cultivada y apreciada como planta ornamental. En el jardín, se adapta bien a las condiciones de pleno sol y sombra, siempre que se mantenga la humedad suficiente. Exhibe buena tolerancia al frío y las hojas pueden soportar heladas cortas sin daños serios.
Bajo el punto de vista fitosanitario, Zamia vazquezii puede sufrir infestación de cochinillas, cuyo daño en las hojas emergentes puede comprometer el desarrollo de toda la corona y, en casos graves, causar la muerte de la planta.
Zamia vazquezii, considerada ahora una especie en peligro de extinción (Lista Roja de la UICN), está incluida en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES).
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