Familia : Stegostomatidae
Texto © Sebastiano Guido
Traducción en español de Ignacio Barrionuevo
El Stegostoma fasciatum es un tiburón de aguas tropicales y subtropicales, presente desde el oeste de África hasta los confines de Oceanía. Puede alcanzar los 3,5 m de largo con una imponente cola casi tan larga como el tronco, recorrido en los adultos por cinco crestas que le dan un característico aspecto anguloso © Giuseppe Mazza
El Tiburón cebra, también llamado Tiburón acebrado (Stegostoma fasciatum Hermann, 1783) pertenece a la subclase Elasmobranchii, peces con esqueleto cartilaginoso, al orden de los Orectolobiformes y a la familia Stegostomatidae, de la que es el único miembro. Al igual que todos los Orectolobiformes presenta una boca en posición adelantada con respecto a los ojos, cinco hendiduras branquiales, un par de aletas dorsales sin espinas y una aleta anal.
El nombre del género deriva de los términos griegos “stego” = tejado y “stoma” = boca, quizás para ilustrar el sistema de captura que utiliza al cazar: cubre con su boca a la presa, como si pusiese un tejado sobre ella, pegándola al fondo, para después aspirarla. El epíteto específico, fasciatum, hace referencia a las bandas que poseen los jóvenes de la especie y que se transformarán en manchas de guepardo cuando sean adultos. Estas bandas dan también origen al nombre vulgar de tiburón cebra.
Activo principalmente de noche, sale de caza al atardecer nadando vigorosamente, con ondulaciones de su cuerpo que la imponente cola refuerza. Se alimenta de peces e invertebrados, chupados gracias a la extensión de la faringe que, al ampliarse, hace de bomba aspirante, mientras la boca se cierra de inmediato, sin dejar escapatoria © Giuseppe Mazza
Zoogeografía
Es un tiburón de aguas tropicales y subtropicales, presente desde las costas occidentales de India hasta los confines de Oceanía donde, no obstante, evita las zonas más frías, como las aguas de la parte meridional de Australia. También está presente en Madagascar y la costa africana desde Somalia hasta Mozambique. Se han dado citas esporádicas también en el mar Rojo y en el golfo Pérsico de donde, sin embargo, esta especie está casi completamente desaparecida.
Ecología-Hábitat
El Stegostoma fasciatum vive en estrecho contacto con el fondo, desde poco por debajo de la superficie hasta alrededor de los 90 m de profundidad. Puede encontrársele echado sobre fondos arenosos o detríticos, especialmente en las zonas de corriente, donde yace con la boca abierta orientada hacia el flujo de agua. Esta postura le permite respirar mejor a pesar de permanecer inmóvil. Las cosas cambian por la noche, cuando comienza a buscar alimento. Entonces el animal se desplaza nadando vigorosamente con ondulaciones del cuerpo que la larga cola potencia fuertemente.
El día lo pasa echado sobre el fondo, en las zonas de corriente, con la boca abierta hacia el flujo de agua para respirar mejor. Los pequeños dientes parecen un rallador © Sebastiano Guido
Morfofisiología
La longitud máxima registrada es de 3,54 m, pero el tamaño medio de los ejemplares que se suelen encontrar es de 2,5 m. Las características principales para su identificación al encontrarlo bajo el agua incluyen la forma aovada del tronco, alargado en la parte anterior y que comienza a estrecharse gradualmente a la altura de las aletas pelvianas para terminar en la cola (que es un robusto tronco sin solución de continuidad con el cuerpo), bordeada con un ancho margen inferior y una “crin” más limitada en la parte superior. El grueso tronco, en los ejemplares adultos, está caracterizado por cinco crestas (dos en cada flanco más una central) que lo recorren, dándole un aspecto anguloso.
El cuerpo de los jóvenes está decorado por bandas verticales blancas y oscuras, dispuestas irregularmente en el primer segmento torácico. Al pasar a estado adulto, las bandas se transforman paulatinamente en manchas y le dan un aspecto más de guepardo que de cebra. El vientre es blanco. Justo de debajo de las hendiduras branquiales salen dos aletas pectorales muy amplias, con los mismos marcados dibujos del cuerpo en su cara superior.
El vientre y la parte inferior de las aletas son de color blanco, mientras que la parte superior, más o menos parda, tiene un diseño que cambia con la edad © G. Mazza
De la cresta media dorsal emergen en sucesión dos anchas aletas de punta redondeada, la primera dos veces más amplia que la segunda. Esta última parece salir donde termina la primera. La aleta anal, contrapuesta a la segunda dorsal, emerge en una posición más posterior, mientras que las dos aletas pelvianas, de forma casi romboidal, están colocadas poco más atrás que la primera dorsal.
Los pequeños ojos, del mismo color que el cuerpo y con iris vertical, son poco visibles, y cada uno está seguido a poca distancia por un espiráculo de tamaño poco superior. La boca es pequeña y con abundantes dientes minúsculos que a primera vista pueden hacer pensar en un rallador. Está unida mediante dos canales cutáneos a los orificios nasales, de los que cuelgan dos pequeños barbillones.
Este es el diseño de un subadulto, con manchas redondeadas aún no divididas en los flancos para formar el típico diseño a manchas de guepardo, degradado hacia la cola © Giuseppe Mazza
Etología-Biología reproductiva
Se puede considerar inofensivo aunque, si se le provoca y se impide su huida, podría reaccionar provocando heridas de tipo contuso. Puede, por tanto, ser aproximado sin miedo con la precaución, común a cualquier acercamiento, de evitar movimientos bruscos y de controlar siempre cualquier pequeño cambio en la postura del pez, que podría anunciarnos un ataque.
Como el tiburón nodriza leonado Nebrius ferrugineus, con quien comparte muchas características, se alimenta de peces y cualquier tipo de invertebrado, que caza prevalentemente durante las horas nocturnas aspirándolos del fondo gracias a la gran capacidad de extensión de la faringe que, al ensancharse, funciona como una bomba aspirante.
Los jóvenes, de en torno a treinta centímetros al salir de los huevos, tiene, por el contrario, un diseño mimético sorprendentemente distinto © Giuseppe Mazza
Esta especie es ovípara y tras el apareamiento, durante el cual el macho aferra a la hembra mordiéndole una pectoral, ella pone los huevos en pequeños grupos aislados. Los huevos son grandes envolturas, de color marrón oscuro o rojizo, que se anclan al sustrato por medio de delgados filamentos. La puesta puede alcanzar o superar ligeramente la cuarentena de huevos que, tras un periodo de entre 2 y 4 semanas (al menos en cautividad), eclosionarán y de ellos saldrán las crías. Estas, al nacer, pueden medir unos 30 cm de media.
La población del tiburón cebra está en brusca regresión a causa de la degradación de su hábitat y por la pesca para el aprovechamiento de su carne, sus aletas y el aceite extraído de su hígado. La resiliencia de esta especie es muy baja y el tiempo de duplicación de la población va de los 4,5 a los 14 años. El índice de vulnerabilidad, en consecuencia, es muy alto, actualmente (2017) de 77 en una escala de 100.
Su cuerpo lo atraviesan bandas verticales blancas y oscuras, dispuestas irregularmente en el primer segmento torácico, proviniendo su nombre vulgar de este diseño © Giuseppe Mazza
Sinónimos
Squalus fasciatus Hermann, 1783; Stegastoma fasciatum Hermann, 1783; Stegostoma fasciata Hermann, 1783; Stegostoma fasciaturn Hermann, 1783; Stegostoma fasciatus Hermann, 1783; Squalus tygrinus Bonnaterre,1788; Squalus longicaudus Gmelin,1789; Scyllia quinquecornuatum Van Hasselt, 1823; Scyllium heptagonum Rüppell, 1837; Stegostoma carinatum Blyth, 1847; Squalus cirrosus Gronow, 1854; Stegostoma varium Garman, 1913; Stegatoma varium Garman, 1913; Stegostoma varius Garman, 1913; Stegostoma tigrinum naucum Whitley, 1939.
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