Sphyraena barracuda

Familia : Sphyraenidae

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Texto © Giuseppe Mazza

 


Traducción en español por la Dra Cristina Valcuende

 

Sphyraena barracuda está presente en los mares tropicales y subtropicales de todo el mundo, excepto el Pacífico oriental.

Sphyraena barracuda está presente en los mares tropicales y subtropicales de todo el mundo, excepto el Pacífico oriental © Giuseppe Mazza

La Barracuda gigante, Sphyraena barracuda (Edwards, 1771), pertenece a la clase de los Actinopterygii, peces con aletas radiadas, del orden de los Perciformes y la familia de los Sphyraenidae, que está reservada a las barracudas.

Peces que existían ya en el Eoceno inferior, hace más de 40 millones de años, hoy en día presentan un solo género, el Sphyraena, y 28 especies.

Inicialmente, el pez había sido clasificado como Esox barracuda Edwards, 1771 debido a un cierto parecido con el Lucio (Esox lucius, Linnaeus 1758).

El género Sphyraena, tiene un origen poco claro. En griego, “σφυρά” (sphyra) significa martillo o aleta de un ancla, y parece difícil asociar estos términos a este pez. Sin embargo, el término ya había sido utilizado por Linneo con Esox sphyraena Linnaeus, 1758, hoy sinónimo de la Barracuda europea (Sphyraena sphyraena). Por lo tanto, esta es la posible fuente de inspiración.

Por el contrario, la etimología del término específico barracuda es bastante simple: proviene del término español “barraco”, que significa “dientes superpuestos”.

De forma fusiforme, con hocico puntiagudo y mandíbula inferior saliente, Sphyraena barracuda puede alcanzar los 2 m y 50 kg. La boca que se mantiene entreabierta en una sonrisa amenazante, ocupa casi la mitad del cuerpo. Tiene 2 aletas dorsales muy distantes entre sí. La primera, triangular, es negra, casi invisible porque está plegada mientras nada.

De forma fusiforme, con hocico puntiagudo y mandíbula inferior saliente, puede alcanzar los 2 m y 50 kg. La boca que se mantiene entreabierta en una sonrisa amenazante, ocupa casi la mitad del cuerpo. Tiene 2 aletas dorsales muy distantes entre sí. La primera, triangular, es negra, casi invisible porque está plegada mientras nada © Allison & Carlos Estape

Zoogeografía

La Barracuda gigante está presente en los mares tropicales y subtropicales de todo el mundo, excepto en el Pacífico central, donde se detiene después de haber alcanzado Hawái, las islas Marquesas y el archipiélago de Tuamotu. Esto se debe a que su avance hacia el este se ve desalentado por las corrientes polares de agua fría que se desplazan hacia el Ecuador.

Sphyraena barracuda está presente en el mar Rojo ,el Mediterráneo, y el golfo de Génova. Puede ser que, en el 2020, en el Atlántico oriental se detuviera en Mauritania. No está presente en las costas de Marruecos ni España.

Al otro lado del océano Atlántico, a partir de Massachusetts, llega al golfo de México y es relativamente común en el mar Caribe y en las costas de Brasil.

Los adultos de Sphyraena barracuda nadan casi siempre aislados. La piel plateada tiene un patrón típico con barras oblicuas oscuras sobre la línea lateral y llamativos puntos negros debajo.

Los adultos nadan casi siempre aislados. La piel plateada tiene un patrón típico con barras oblicuas oscuras sobre la línea lateral y llamativos puntos negros debajo © Giuseppe Mazza

Ecología-Hábitat

Se trata de una especie que frecuenta diversos ambientes, nadando habitualmente a lo largo de las costas a 3-30 m de profundidad, pero puede encontrarse en aguas muy someras y puede descender hasta unos 100 m y cazar en aguas salobres en la desembocadura de los ríos. Los individuos jóvenes suelen crecer resguardados por las intrincadas formaciones de manglares o escondidos en las praderas submarinas, mientras que los adultos prefieren los ambientes coralinos y se reproducen en alta mar, en mar abierto.

Morfofisiologia

Sphyraena barracuda puede medir 2 m de largo y alcanzar un peso de 50 kg, aunque por lo general mide 1-1,4 m. El cuerpo es fusiforme con hocico puntiagudo y mandíbula inferior saliente. La enorme boca, a menudo entreabierta en una especie de sonrisa amenazante, ocupa aproximadamente la mitad de la cabeza, llegando a la altura de los ojos. Está armado, lateralmente, con dos filas de dientes afilados, a los que se añaden 5 caninos largos y afilados en la mandíbula superior y uno en el centro de la inferior.

Sphyraena barracuda relajado con la boca abierta mientras unos lábridos lo liberan de los parásitos. Vemos 5 largos caninos en la mandíbula superior y uno en el centro de la inferior.

Ejemplar relajado con la boca abierta mientras unos lábridos lo liberan de los parásitos. Vemos 5 largos caninos en la mandíbula superior y uno en el centro de la inferior © Allison & Carlos Estape

Además de su tamaño, los adultos se distinguen fácilmente de las otras especies de barracudas por su comportamiento. De hecho, nunca se reúnen en bancos densos y los adultos nadan, casi siempre, solos. La piel plateada, presenta un patrón característico con barras oscuras oblicuas sobre la línea lateral y llamativos puntos negros.

Las dos aletas dorsales, muy distantes entre sí, cuentan en total con 6 radios espinosos y 9 blandos. La primera, triangular, es negra, a menudo invisible porque se pliega mientras nada; mientras que la segunda, del mismo tamaño, es más cuadrada, colocada sobre la anal con 2 radios espinosos y 8 inermes. Las aletas pélvicas presentan una espina y 5 radios blandos; las pectorales tienen 13-15 radios, pero la fuerza motriz, la que permite aceleraciones repentinas, hasta más de cuarenta kilómetros por hora, la proporciona la cola vigorosa y bifurcada, típica de los nadadores rápidos. Es negra, con un par de lóbulos grandes, y tiene las puntas blancas.

La la librea juvenil presenta vistosos patrones miméticos, tanto para la defensa como para la caza en emboscada, ya que desde sus inicios este pez es un valiente depredador. Tanto es así que en el estómago de un ejemplar postlarval, de tan solo 5,5 mm de longitud, ya se han encontrado pequeños fragmentos de peces.

Los juveniles de Sphyraena barracuda crecen resguardados por los manglares o escondidos en las praderas de fanerógamas marinas. Tienen la piel mimética muy diferente a la del adulto, que aparece cuando tiene unos 80 cm de longitud. Depredan los grandes bancos de aterínidos, sardinas, sábalos o arenques juveniles, y los gobios.

Los juveniles crecen resguardados por los manglares o escondidos en las praderas de fanerógamas marinas. Tienen la piel mimética muy diferente a la del adulto, que aparece cuando tiene unos 80 cm de longitud. Depredan los grandes bancos de aterínidos, sardinas, sábalos o arenques juveniles, y los gobios © Allison & Carlos Estape

Con estas dimensiones, el hocico es corto con ojos enormes y dientes pequeños que ya son bien visibles en ambas mandíbulas. El cuerpo muestra un ligero punteado desordenado y sólo hay una aleta dorsal. La segunda aparece cuando tiene unos 12 mm de longitud, cuando aparecen las aletas pélvicas y las manchas se engrosan en una banda oscura bajo la línea lateral.

Cuando tiene unos 20 cm de longitud, la cola tiene lóbulos puntiagudos y el hocico se ha alargado notablemente con la mandíbula inferior saliente. La banda oscura se ha roto dejando espacio a una piel con grandes manchas y dibujos bien marcados, bastante diferente a los de los adultos que aparecen sólo cuando tienen unos 80 cm de tamaño.

Etología-Biología Reproductiva

La dieta de la  Barracuda gigante cambia con la edad. Inicialmente se alimenta principalmente de larvas y luego depreda bancos juveniles de aterínidos, sardinas, sábalos, arenques, además de algunas pequeñas especies bentónicas como los gobios. Durante esta fase los invertebrados constituyen menos del 4% de la dieta, cuando tiene tres años de edad el pez nada en ambientes coralinos, la dieta se enriquece con sepias, calamares, crustáceos y peces más grandes, como caballas, escarídeos, carángidos y meros.

En algunos lugares los tetraodóntidos son muy cazados y dado que son peces llenos de tetrodotoxina, un veneno 100 veces más fuerte que el cianuro, la carne de la gran barracuda puede volverse inadecuada para la alimentación humana.

En algunos lugares los tetraodóntidos son muy cazados y dado que son peces llenos de tetrodotoxina, un veneno 100 veces más fuerte que el cianuro, la carne de Sphyraena barracuda su carne puede ser venenosa. En ocasiones puede morder a los buceadores, confundiendo el brillo de un cuchillo o de una pulsera con el de un pez azul.

En algunos lugares los tetraodóntidos son muy cazados y dado que son peces llenos de tetrodotoxina, un veneno 100 veces más fuerte que el cianuro, la carne de Sphyraena barracuda su carne puede ser venenosa. En ocasiones puede morder a los buceadores, confundiendo el brillo de un cuchillo o de una pulsera con el de un pez azul © Allison & Carlos Estape

Afortunadamente, los casos fatales son relativamente raros, así como los ataques a bañistas o buceadores. En estos casos, además del olor a sangre asociado a los rápidos movimientos de un animal arponeado, parece que se sienten atraídos por el brillo de objetos metálicos como anillos, pulseras, relojes y cuchillos de buceo, objetos que confunden con peces azules, especialmente en aguas turbias o durante las inmersiones nocturnas.

La Sphyraena barracuda puede vivir hasta 15 años. Alcanza la madurez sexual cuando mide 50-60 cm de largo, a los 2 años para los machos y 5 para las hembras.

Miles de huevos son fecundados en alta mar, donde las corrientes oceánicas se encuentran con las costeras, llevándolos en todas direcciones. También las larvas y las primeras fases juveniles son pelágicas. Luego las jóvenes barracudas llegan a las costas en pequeños cardúmenes.

La resiliencia de la especie es decididamente baja, ya que se necesitan de 4,5 a 14 años para duplicar las poblaciones diezmadas por los eventos. En Florida ya escasea y el índice de vulnerabilidad pesquera es muy alto, marcando 79 en una escala de 100.

Sphyraena barracuda aparece en la Lista Roja de especies en peligro de extinción como «Least Concern«, es decir, como «Preocupación Menor».

Sinónimos 

Esox barracuda Edwards, 1771; Sphyraena sphyraena picuda Bloch & Schneider, 1801; Sphyraena picuda Bloch & Schneider, 1801; Sphyraena becuna Lacepède, 1803; Sphyraena commersonii Cuvier, 1829; Sphyraena dussumieri Valenciennes, 1831.

 

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