Scutellaria costaricana

Familia : Lamiaceae


Texto © Pietro Puccio

 

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Traducción en español de Susana Franke

 

Las inflorescencias de la Scutellaria costaricana producen corolas de 6 cm © G. Mazza

Las inflorescencias de la Scutellaria costaricana producen corolas de 6 cm © G. Mazza

La especie es originaria de Costa Rica, Nicaragua y Panamá, donde crece en las forestas húmedas de hasta cerca 1200 m de altitud.

El nombre del género deriva del latín “scutella” = cuenco, taza, con referencia a la forma del cáliz; el nombre de la especie en latín “costaricana” = de Costa Rica, costaricana, hace referencia a uno de los lugares de origen.

Nombres comunes: bladdersage, helmet flower, scarlet skullcap, costa rican skullcap (inglés); escutelária (portugués).

La Scutellaria costaricana H.Wendl. (1863) es una especie herbácea, alta hasta y más de 1 m, con tallos erectos de color púrpura oscuro en sección mas bien triangular y hojas de color verde oscuro, sobre un pecíolo largo 2-4 cm, opuestas, ovadas, nervaduras profundamente marcadas, largas 8-15 cm y anchas 3-6 cm, con margen serrado-dentado y ápice en punta.

Inflorescencias terminales racemosas, largas 5-8 cm, llevando flores de cáliz campanulado bilabiado y corola tubular, de color rojo escarlata con garganta amarilla, pubescente y ligeramente recurva hacia delante, larga cerca 6 cm, bilabiada, con labio inferior convexo y trilobado, y 4 estambres. Se reproduce por semilla, pero raramente fructifica fuera de las áreas de origen, y por esqueje herbáceo, en primavera, en sustrato arenoso mantenido húmedo a 24-26 ºC de temperatura.

La especie más difundida en cultivación del género Scutellaria por el follaje ornamental y la vistosa floración de larga duración, ya sea como planta de jardín en las zonas de clima tropical y subtropical, que en maceta, donde no es posible la cultivación al aire libre durante todo el año, para la decoración de patios y terrazas en verano y galerías e invernaderos en invierno.

En jardín, utilizada en grupo o para borduras, requiere una exposición en pleno sol, a excepción de las horas centrales del día, o ligera sombra, y un terreno drenante, rico en sustancia orgánica, ácido o neutro, mantenido húmedo. Soporta las podas, efectuadas en invierno, que favorecen el amacollamiento. En maceta se debe cultivar en posición lo más luminosa posible en sustrato orgánico ácido o neutro con agregado de arena silícea gruesa o perlita para mejorar el drenaje, con temperaturas mínimas invernales preferiblemente superiores a 15 ºC.

Los riegos deben ser regulares en verano, espaciados en invierno, pero sin dejar jamás secar el sustrato, evitando encharcamientos hídricos que pueden provocar podredumbre; requiere una elevada humedad ambiental, útiles las nebulizaciones con agua no calcárea, para evitar antiestéticas manchas sobre las hojas, si el ambiente es cálido y seco. Es bastante sujeta a los ataques de ácaros y áfidos, que se deben tratar con productos específicos.

Han sido seleccionadas numerosas variedades de diversos colores, amarillo, rosa, blanco, naranja, en varias tonalidades.

 

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