Familia : Scorpaenidae
Texto © Giuseppe Mazza
Traducción en español de Ignacio Barrionuevo
A veces llamado Pez escorpión o Pez cobra por sus espinas venenosas, pero también Pez león por su espesa melena de aletas, Pterois volitans (Linnaeus, 1758) pertenece a la clase Actinopterygii, los peces de aletas radiadas, al orden Scorpaeniformes y a la familia Scorpaenidae, la misma del temible Pez piedra (Synanceia verrucosa) y del Cabracho (Scorpaena scrofa).
El nombre genérico Pterois procede del griego «pteron», ala, pluma, en referencia a sus espléndidas aletas, similares a plumas, mientras que el término específico volitans, en latín volante, hace referencia a su forma majestuosa y circular de moverse.
Zoogeografía
Vive en las aguas tropicales del océano Índico oriental y del Pacífico.
Se encuentra, por ejemplo, en Mauricio, Islas Cocos, India, Tailandia, Australia, Indonesia, Micronesia, Nueva Guinea, Nueva Caledonia, Filipinas, Taiwán y China hasta el sur de Japón. Al este llega hasta Samoa, Tonga y las islas Marquesas, y al sur, hasta la isla de Lord Howe.
Pero actualmente su área distribución ha aumentado, ya que fue introducida por el ser humano en Florida, tras la rotura de un acuario en agosto de 1992 por el huracán Andrei o quizás por algún irresponsable aficionado a los acuarios que los liberó en el mar.
Lo cierto es que en 1995 estaba presente a lo largo de Dania Beach en Florida, en 2000 había llegado a las Carolinas y las Bermudas, en 2004 a las Bahamas, en 2007 a Cuba, en 2008 a las Islas Caimán, la isla de La Española, Jamaica, Puerto Rico y Colombia y en 2009 a México, Panamá, Costa Rica y Venezuela: en resumen, está presente en todo el Golfo de México. Y la colonización continúa en Sudamérica gracias a las corrientes que transportan las larvas planctónicas.
En el Caribe ha causado graves daños a la fauna porque no tiene enemigos, aparte de algunos tiburones, que, sin embargo, los ignoran porque aún no han aprendido a considerarlos presas, y los grandes meros, que están en franca decadencia junto con los demás depredadores locales porque la voracidad del Pez escorpión les roba el alimento.
Ecología-Hábitat
Pterois volitans desciende a profundidades de hasta 50 m, en las formaciones coralinas ricas en escondrijos, pero también se encuentra en entornos rocosos y puertos. No le gustan las corrientes, sino las aguas tranquilas donde puede planear sin esfuerzo. Elige una guarida, para descansar a veces boca abajo durante el día, y sólo es agresivo con los intrusos de otras especies.
Morfofisiología
Puede alcanzar una longitud de 38 cm. Aparte de las aletas, la estructura corporal es la de los peces escorpión: cuerpo fusiforme y cabeza grande.
La coloración varía según la zona. Suele tener una librea clara con bandas verticales y manchas rojizas, pero los individuos que viven a lo largo de costas rocosas y estuarios pueden ser casi negros.
La forma de las vistosas aletas pectorales también puede cambiar ligeramente, pero como en el similar Pterois miles, que se encuentra en el Mar Rojo y el Océano Índico y ha invadido el Mediterráneo oriental a través del Canal de Suez, éstas siempre están unidas en la base. Además, tienen a menudo un gran tentáculo por encima de los ojos.
Estas dos especies son a primera vista idénticas, y solo pueden diferenciarse mediante análisis molecular o atendiendo a sus áreas de distribución, que en general no se solapan.
Morfológicamente, si se tiene el ejemplar en la mano y se presta atención a los aguijones venenosos, Pterois volitans tiene algunos radios más que Pterois miles: 9-12 blandos frente a 9-11 en la aleta dorsal, 6-8 frente a 6-7 en la anal y 14-16 frente a 13-15 en la pectoral.
En cambio, los adultos de Pterois miles tendrían una banda de pequeñas espinas a lo largo de la mejilla.
En el Caribe, donde también se ha encontrado recientemente Pterois miles, que es claramente minoritario en las zonas con relieves, han surgido híbridos más vigorosos que sus progenitores (heterosis), y algunos estudiosos creen que esto puede haber contribuido a su carácter invasor.
En cuanto al veneno, Pterois volitans tiene 13 radios espinosos huecos en la parte dorsal conectados a sus respectivas glándulas venenosas, 3 radios espinosos huecos en la anal y 1 en cada aleta pélvica, mientras que las espectaculares aletas pectorales son tan inermes como la caudal redondeada.
Para cazar no utilizan veneno, que sigue siendo un arma defensiva, sino que, abriendo bien su enorme boca, succionan a su presa, que es retenida por unos dientes diminutos. Cuando se sienten amenazados, si no pueden escapar, atacan violentamente a los intrusos, incluidos los buceadores, golpeándoles con los radios venenosos de la aleta dorsal, que están activos incluso después de morir el pez.
Los envenenamientos, además de dolor intenso e hinchazón o necrosis local con pérdida de sensibilidad durante varios días, provocan náuseas, vómitos, mareos, desmayos, dificultad para respirar, bajada de la tensión arterial, convulsiones e incluso parada cardiaca en humanos.
Desgraciadamente, los accidentes mortales también ocurren muy raramente.
La composición del veneno es poco conocida. Sólo se sabe que la toxina es termolábil a 50-60 °C, pero resiste perfectamente a la congelación.
Etología-Biología reproductiva
El Pez escorpión adulto es un voraz depredador nocturno que se alimenta de unas 50 especies diferentes de peces, pero también de gambas y cangrejos. Con sus grandes aletas pectorales empuja a su presa hacia un rincón y luego la succiona con su gran boca protráctil, sujetándola, cuando no acaba directamente en el estómago, con unos dientes diminutos.
En cambio, las crías crecen alimentándose de pequeños invertebrados, principalmente gusanos y crustáceos.
Los machos alcanzan la madurez sexual cuando llegan a los 10 cm de longitud, las hembras en torno a los 18 cm, siendo capaces de poner unos dos millones de huevos al año.
En Carolina del Norte se observó que la fecundación se produce en la superficie, tras una ceremonia de cortejo. La hembra liberó aproximadamente 24.000 huevos envueltos en mucus cada cuatro días. Miden unas 800 micras y las larvas, arrastradas por las corrientes durante 20-35 días, agotan el saco vitelino y se alimentan de plancton.
Su resiliencia es alta, con una posible duplicación de las poblaciones en menos de 15 meses, y aunque se pesca mucho por la excelente calidad de su carne, presentada como un manjar en los restaurantes locales, el índice de vulnerabilidad a la pesca es bajo, de sólo 34 en una escala de 100.
Las poblaciones están aumentando y en la Lista Roja de especies amenazadas, Pterois volitans figura como “Least Concern”.
Sinónimos
Gasterosteus volitans Linnaeus, 1758.
→ Para informaciones generales sobre peces ver aquí.