Familia : Psittacidae
Texto © Dr. Gianfranco Colombo
Traducción en español de Ignacio Barrionuevo
Observar las agrupaciones de aves al ocaso, denominadas dormideros, es una cosa habitual en todo el mundo. Aunque normalmente desatentos y ocupados por nuestras actividades cotidianas no dejamos de observar los acontecimientos naturales que atraen nuestra curiosidad innata y nuestro asombro, sin olvidar que a estas consideraciones hemos de añadir además las quejas por el tumulto provocado durante estas congregaciones y los regalos nocturnos y malolientes que nos encontramos a la mañana siguiente sobre el adoquinado. Son famosas las congregaciones de los estorninos (Sturnus vulgaris) en nuestras ciudades así como las de cornejas cenicientas (Corvus cornix) y de forma similar pero algo más particulares son los dormideros de lavanderas blancas (Motacilla alba) en las calles de Dublín o sobre la oficina de correos de Leicester, en Inglaterra, o el de tres millones de golondrinas (Hirundo rustica) en los cañaverales de Durban, en Sudáfrica.
También la India en su misterioso y fascinante mundo puede enumerar diversos dormideros excelentes. Dormitorios desordenados y rimbombantes, irrepetibles por el gran número de aves que están presentes pero aún más porque el ruido lo emite un ave que tiene el honor de ser una de las aves de voz más estridente lo que en conjunto con su renombrada charlatanería supera en miles de veces el nivel de ruido que podría ser fácilmente tolerado.
Es una suerte que esto ocurra en India, donde todos los animales sin distinción son amados y protegidos, alimentados y a menudo adorados, ya que en otros lugares la reacción a estas condiciones difícilmente aceptables podrían ser muy distintas. En la zona de Chandni Chowk, una de las calles más importantes de Nueva Delhi, la capital de la India, lugar que fue testigo en el pasado de una de las más sangrientas represalias entre el colonialismo inglés y la independencia india, por la tarde acoge las reuniones de una enorme cantidad de ruidosas y coloridas cotorras que llegan de cualquier parte de la inmensa ciudad para pasar la noche. No se sabe cuántas son, en algunos puntos se agrupan unas decenas de millares pero en otros llegan a números increíblemente superiores.
La Cotorra de Kramer (Psittacula krameri Scopoli, 1769) pertenece al orden Psittaciformes un inmensísimo orden que incluye, repartidas en tres familias, varios centenares de especies originalmente extendidos por todos los continentes, excluida la vieja Europa. De entre estas familias, la especie que ahora nos ocupa se encuentra en Psittacidae.
Es uno de los loros más conocidos y comunes teniendo en cuenta que fue uno de los primeros en ser mantenido en cautividad. Tanto es así que actualmente, a causa de fugas involuntarias o por liberaciones voluntarias, lo encontramos nidificando en colonias a lo largo de todo el mundo.
La etimología del nombre científica deriva del griego “Psittakos” = loro, en forma diminutiva por el sufijo, y “krameri”, en recuerdo del naturalista austríaco Wilhelm Heinrich Kramer, a quien Scopoli dedicó la descripción de esta ave exótica.
En Europa es conocido como Rose-ringed parakeet en inglés, Halsbandsittich en alemán, Parrocchetto dal collare en italiano, Perruche à collier en francés y Periquito-de-colar en portugués. Nombres comunes que a menudo hacen referencia a una de sus más peculiares características morfológicas.
Zoogeografía
La cotorra de Kramer es originaria de las regiones tropicales de África y Asia. En el continente africano se la encuentra en una estrecha y bien delimitada franja subsahariana que se extiende desde la costa atlántica de Senegal hasta las orillas del mar Rojo en Sudán. En Asia vive en el subcontinente indio, desde las llanuras de Pakistán hasta Birmania, permaneciendo siempre al sur de la cordillera del Himalaya y cubriendo por completo la península India.
Por obra del hombre, no obstante, la podemos encontrar en prácticamente cualquier parte del mundo, en las que ha sido intencionada o accidentalmente introducido. Partiendo desde Inglaterra, la primera de las naciones europeas en experimentar este tipo de presencia, habiendo conquistado a manchas todo el continente europeo con poblaciones más o menos consistentes pero siempre sujetas a imprevistas desapariciones por motivos aún poco claros. Italia figura por supuesto en esta lista, con presencia en diversos parques de Roma, Trieste, lago Mayor, Génova, Milán y en tantísimas otras ciudades, lugares donde las condiciones climáticas, aunque aún más la disponibilidad de alimento garantizan su supervivencia. Al ser muy social y emitir continuamente su canturreo desagradable es fácilmente detectado por cualquier habitante de las proximidades de los lugares que frecuenta.
Ecología-Hábitat
La cotorra de Kramer tiene dos hábitats distintos que frecuenta continuamente y sin límites. Por un lado, en África, al habitar la banda semidesértica del Sahel ha de combatir con los famosos periodos de sequía que ocurren en esta región, por lo que se limitan a una vida en ambientes esteparios y áridos, sobreviviendo a menudo en reducido número asaltando las pobres cosechas de sorgo o mijo de los locales.
Por el contrario, en las llanuras indias el asunto es bien distinto.
Se trata de una prosperidad a menudo fuera de lo que puede abarcar esta ave, que encuentra a su disposición inmensas llanuras con cultivos de arroz, maíz y tantas otras exquisiteces sobre las que causa notables daños.
¡De hecho, el número de ejemplares está fuertemente condicionado por la extensión de estos cultivos!
No obstante, sabe adaptarse, como ha hecho en Europa y en otros sitios en los que ha encontrado residencia, a situaciones bien distintas.
En los centros urbanos de India se ha convertido en un ave muy numerosa y ubicua, tanto que ha sustituido a los más comunes en otros lugares, como en Europa lo son el gorrión común (Passer domesticus), los estorninos (Sturnus vulgaris) o las palomas cimarronas (Columba livia). Han tomado prácticamente posesión del espacio antropizado ocupando calles, parques, edificios rurales y templos hinduistas sin excepción.
Su hábitat está caracterizado por la presencia de zonas arboladas donde puede refugiarse y posiblemente anidar, pero también de vastas extensiones carentes de vegetación, especialmente las cultivadas, ya que esta ave es de hábitos muy terrestres, pasando mucha parte del tiempo en el suelo. En África está mucho menos antropizada que en Asia al ser muy cazada y perseguida. Una recíproca lucha por la supervivencia mucho más profunda que en otros lugares.
Morfofisiología
Como es habitual en los loros arborícolas el verde es el color predominante de su librea.
Esta cotorra es prácticamente de este color en su totalidad, excluyendo el collar rosa y negro muy marcado en el macho y ausente en la hembra. Es un verde muy claro y brillante, a menudo tendiendo al azul debido a la ligera refracción de la luz en las plumas coberteras. En la parte inferior del ala se observa un color más amarillento y claro. El pico es de color rojo anaranjado brillante, muy curvado como en todos los psitácidos y las patas son amarronadas con dedos zigodáctilos. Los ojos son negros pero con un anillo perioftálmico de un bello amarillo anaranjado visible incluso en la distancia.
Una característica peculiar de esta ave es la larguísima cola puntiaguda y escalar que puede llegar a medir hasta 20 o 25 cm de los 40 o 45 de la longitud total. Tiene un peso de entre 150 y 170 g y una apertura alar de alrededor de 50 cm. El vuelo es muy rápido y rectilíneo, con alas muy estrechas y ahusadas, acompañado sin falta de un estridente y agudo “kaak kaak” de advertencia.
Se han descrito 4 subespecies en en función de donde habita y sus características morfológicas: Psittacula krameri krameri del África subsahariana, Psittacula krameri borealis, de Asia continental, Psittacula krameri parvirostris, de las regiones más occidentales de Sudán, Eritrea y Yibuti, y Psittacula krameri manillensis, de la parte sur de la península India y de Sri Lanka.
Al ser esta cotorra una de las especies más comunes de psitaciformes presentes en los criaderos de todo el mundo, con la ayuda de las cada vez más avanzadas técnicas de hibridación se han obtenido de esta especie un número increíble de mutaciones con colores y peculiaridades que casi son impensables. Se ha llegado a ejemplares completamente azules, otros amarillos por completo o blancos, otros gris o de color cobalto y otros incluso variegados con colores que no se hubiesen podido imaginar.
En la naturaleza esta ave puede ser confundida con especies del mismo género, muy parecidas y que a menudo comparten la misma distribución y que solo atentos ornitólogos son capaces de determinar cuando se observan en estado silvestre.
Etoloía-Biología Reproductiva
La cotorra de Kramer es un ave granívora y frugívora con preferencias estacionales por una u otra dieta, dictadas seguramente por las distintas épocas de maduración de estos alimentos.
En la estación de la cosecha del grano prefiere rondar los campos cultivos para depredar, en bandos bastante nutridos, sobre los cultivos de cereales y leguminosas, desde el arroz hasta el maíz, de las lentejas, los cacahuetes o los girasoles hasta los garbanzos, el trigo o los guisantes, así como tantas otras semillas oleosas, pero el alimento favorito es sin duda la fruta de cualquier tipo.
El tamarindo, tan común en las llanuras indias en esas carreteras interminables que unen mediante kilómetros y kilómetros las ciudades y las zonas rurales, es a menudo el plato principal al ser tan abundante y al mismo tiempo ser muy dulce. Le encantan también los mangos, los azufaifos, los dátiles, las papayas e incluso las flores de especies de los géneros Erythrina y Acacia.
È una specie con un elevato tasso di successo nella riproduzione, dovuta principalmente al fatto che questo uccello colloca il nido in buchi di vecchi alberi, nidi abbandonati dai picchi e nell’area indiana, nei sottotetti delle case, negli antichi monumenti ed in qualsiasi crepa disponibile nei muri delle abitazioni. La nicchia viene oltretutto sempre collocato ad una discreta altezza dal suolo.
Il nido è praticamente inesistente e le uova vengono deposte sul substrato naturale trovato all’interno del rifugio scelto. Vengono deposte da 2 a 5 uova bianchissime e di forma molto arrotondata che la femmina cova per circa 4 settimane. I piccoli, alquanto lenti nella crescita, si involano dopo circa 7 settimane seguiti amorevolmente da entrambi i genitori.
Como todos los loros, esta cotorra tiene una esperanza de vida que supera sin problemas los 220 años. Por este motivo y por la consistencia de sus poblaciones la especie no está considerada en peligro habiéndose percibido un notable incremento en el número global.
Sinónimos
Psittacus krameri Scopoli, 1769.
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