Familia : Pinaceae
Texto © Eugenio Zanotti
Traducción en español por el Prof. José Campos
El intrincado Pinus mugo tiene una distribución orófita-euroasiática, hasta 2700 m de altitud © Giuseppe Mazza
El género Pinus comprende alrededor de cien especies distribuidas en el hemisferio norte; solo una de ellas cruza, aunque sea ligeramente, el ecuador: Pinus merkusii en Sumatra.
A excepción de algunas especies con un porte arbustivo (Pinus mugo, Pinus pumila, etc.), predominan las de porte arbóreo sobre las que se impone Pinus lambertiana, que supera los 80 metros de altura y crece en zonas montañosas a lo largo de las costas del océano Pacífico con otras grandes coníferas -como Sequoiadendron giganteum, la verdadera secuoya gigante americana que supera los ¡130 m de altura!- y Pseudotsuga menziesii o abeto de Douglas, que alcanza los 100 m de altura.
En Europa crecen espontáneamente 14 especies de pino, pero hay una docena de origen principalmente americano distribuidas en muchos países europeos, importadas para obtener madera o como ornamentales.
El género Pinus derivaría de la palabra sánscrita «pitu» (griego pytis), resinoso, de ahí el nombre latino «Pinus» citado por Plinio, Virgilio y otros. Otros autores remontan la etimología a un término celta que significa montaña, roca, por el hábitat de muchas especies del género, o del latín «pix, pìcis»: pez o resina. En la mitología, el pino está consagrado a Neptuno porque su madera se utilizó en la construcción de navíos.
El nombre específico mugo se remonta al francés antiguo «musguét»: muguete, y este es diminutivo del árabe «musk», almizcle (cérvido siberiano provisto de glándulas odoríferas), por el olor aromático y resinoso de las hojas, de las piñas y de la madera de la planta.
El pino de montaña (Pinus mugo Turra, 1764) tiene una distribución orófita-euroasiática. Alpes, estaciones relictas en los Apeninos septentrionales, abrucenses y campanos; montañas centroeuropeas, varias zonas dispersas en los Cárpatos, Bulgaria y los Pirineos, desde el piso montano al piso subalpino (1550-2700 m), pero en los valles baja hasta las zonas llanas.
Es una especie arbustiva policórmica, que mide entre 2 y 5 m de altura, con ramas a menudo tendidas, ascendentes hacia el ápice, modeladas por el peso de la nieve acumulada. Algunas estirpes tienen porte arbóreo © G. Mazza
Es una especie microtérmica, xerófila, heliófila, basófila (prefiere los suelos calizos-dolomíticos, donde es vicariante del acidofilo aliso verde) y pionera en riscos y derrubios y también en lugares ácidos y turbosos. Muy frugal y resistente a los elementos tóxicos presentes en el suelo y, gracias a la cobertura densa y baja y a la capacidad de multiplicarse por acodos al enraizar las ramas rastreras en el suelo, muy resistente a la invasión de otras especies.
Se utiliza en la reforestación de alta montaña, especialmente para la defensa hidrogeológica.
El ilustre profesor Valerio Giacomini describió así el paisaje de los árboles y de los arbustos retorcidos:
“Sobrepasado ya el límite superior de los bosques, se abre a la vista el vasto mundo alpino de las alturas, abierto, luminoso, con sus vastos horizontes de praderas y montañas.
Comienza el dominio de una vegetación más humilde pero tenaz, que forma praderías verdes, brezales teñidos de rojo, minúsculas colonias de sauces enanos. Pocos son ahora los protagonistas más llamativos que aún imponen su presencia arbórea o arbustiva en este grandioso paisaje, donde dominan casi exclusivamente los elementos del mundo físico: las imponentes siluetas de las montañas, las formas caprichosas de las rocas, las aguas espumosas, las nieves y los glaciares. Las pocas plantas arbóreas que se internan en este paisaje tienen un porte singular, muy adecuado para la severidad del clima frío, ventoso y con largos inviernos nevados: son los llamados «árboles retorcidos», tendidos sobre el suelo y resurgiendo con ramificaciones tortuosas y robustas. Un ejemplo típico son los pinos de montaña, que forman espesuras a menudo impenetrables. También algunos arbustos se reúnen para formar una vegetación arbustiva baja pero robusta en estas altitudes: especialmente los rododendros, que a menudo se asocian con gruesas alfombras de arándanos».
El pino de montaña, también conocido como pino enano, es una especie arbustiva policórmica, de 2 a 4 (5) metros de altura, con ramas tendidas, ascendentes hacia el ápice (modelado debido a la nieve), o, en algunas estirpes (p. ej., subsp. uncinata) también en forma arbórea baja; corteza de las ramas jóvenes verde, luego de color marrón grisáceo, a veces con tonalidades rojizas, que se exfolia inicialmente en pequeñas escamas romboidales, con la edad en escamas irregulares.
Los amentos masculinos, verticilados o terminales, son amarillos o amarillo anaranjados © Giuseppe Mazza
Sistema radicular bastante superficial pero muy ramificado. Yemas puntiagudas y muy resinosas, hojas perennes (que persisten durante 3-9 años) aciculares, de 1,3 x 35 (28-45) mm, erecto-patentes, en pares (raramente en fascículos de tres) robustas, de color verde oscuro, rígidas, obtusas o subpungentes, ligeramente retorcidas, gradualmente más cortas hacia el ápice de las ramas.
Amentos masculinos verticales o terminales, de color amarillo o amarillo anaranjado; los femeninos púrpura-violáceos. El período reproductor dura de mayo a julio y la polinización y la dispersión de las semillas están aseguradas por el viento. Estróbilos (piñas) aislados o algunas veces geminados, sésiles o brevemente pedunculados, ovados o cónicos, de 1,5 x 2-5 (7) cm de largo, simétricos en la base, rojizos y brillantes cuando están maduros (después de 3 años).
Semillas pequeñas y negruzcas con un ala delgada de 8-10 mm. Se han descrito algunas variedades (o subespecies) de esta especie «colectiva» muy polimórfica, sobre todo por las diferencias morfológicas de las piñas y en el porte (var. rotundata, pumilio, mughus).
La madera del pino de montaña, con albura blanquecina y duramen marrón rojizo, con anillos bien distintos, es pesada (330 kg/m3) compacta, resinosa, de dureza media y lento crecimiento. A pesar de ser de excelente calidad, debido a las modestas dimensiones que alcanza, no se usa excepto para pequeños utensilios de cocina, como combustible o para obtener celulosa. El pino de montaña presenta micorrizas con algunas especies de hongos, como Boletus granulatus, Boletus luteus, Boletus variegatus, Cortinarius muscosus, Lactarius deliciosus, Russula fragilis, Tricholoma virgatum, etc.
Los senderistas expertos evitan las intrincadas espesuras formadas por poblaciones de pino mugo, que saben lo difícil que es cruzar la maraña de ramas, pero al mismo tiempo son muy útiles para estabilizar las pendientes al detener el descenso de escombros rocosos.
De las ramitas del pino de montaña se destila un aceite esencial fluido, claro y perfumado con conocidas propiedades balsámicas, antimicrobianas y antiinflamatorias de las vías respiratorias, anticatarrales y antisépticas, gracias a su contenido en monoterpenos (pineno, dipenteno, felandreno, limoneno) y sesquiterpenos (cadineno, cariofileno, borneol, acetato de bornilo, que da olor a pino), así como aldehídos, alcoholes, fenilpropanos, ácidos, sales, taninos, resina, etc. El pino de montaña es una especie que se multiplica por semilla y se utiliza con fines ornamentales en sus muchas variedades hortícolas, especialmente para la creación de jardines de rocas y para crear bordes y cojines compactos de hoja perenne.
Preparaciones:
Infusión antiséptica y pectoral
Una cucharada de yemas en una taza de agua caliente. Dejar en infusión durante 15 minutos, endulzar con miel; preparar y beber tres veces al día entre comidas.
Los femeninos, al principio púrpura-violáceos, se convierten en piñas sésiles o brevemente pedunculadas, de hasta 7 cm de largo. A partir de las ramitas se obtiene un aceite esencial fluido, claro y perfumado, con conocidas propiedades balsámicas, antimicrobianas, antiinflamatorias de las vías respiratorias, antirreumáticas y antineurálgicas © Giuseppe Mazza
Decocción para baños antirreumáticos-antineurálgicos
Un puñado de agujas, otro de yemas y dos piñas verdes cortadas en cuatro previamente macerados durante una noche en medio litro de agua caliente. Se hierve todo en dos litros de agua, se deja reposar durante un cuarto de hora, se filtra todo y se agrega la decocción en el baño antes de meterse en él.
Sinónimos: Pinus montana Mill. (1768); Pinus mughus Scop. (1772); Pinus carpathicus auct. (1786); Pinus sudeticus auct. (1786); Pinus sylvestris var. montana (Mill.) (1789); Pinus sylvestris var. mugho Chaix ex Vill. (1789); Pinus sylvestris var. pumilio (Haenke) Gaudin (1789); Pinus pumilio Haenke (1791); Pinus squamosa Bosc ex Loudon (1838); Pinus magellensis Schouw (1845); Pinus uncinata var. pumilio (Haenke) Mathieu (1860); Pinus applanata (Booth ex Loudon) Willk. (1872); Pinus obliqua var. centrapedunculata Woerl. (1885); Pinus mugo subsp. rotundata (Link) E.Murray (1985); Pinus wettsteinii Fritsch (1889); Pinus mugo var. rotundata (Link) Zenari (1921); Pinus mugo var. uncinata (Ramond ex DC.) Fiori (1923); Pinus mugo subsp. mughus (Scop.) Domin (1935); Pinus mugo subsp. uncinata (Ramond ex DC.) Domin (1935); Pinus mugo subsp. mughus (Scop.) (1935); Pinus mughus Scop subsp. uncinata (DC.) Domin (1936); Pinus mugo var. rostrata (Antoine) Hoopes (1941); Pinus mughus Scop subsp. mughus (Scop.) O. Schwarz (1949); Pinus pumilio (Haenke) Franco (1963); Pinus mughus Scop. subsp. pumilio (Haenke) E. Murray (1983); Pinus mugo subsp. pumilio (Haenke) Franco (1983); Pinus mugo subsp. rostrata (Antoine) E.Murray (1983).
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