Familia : Arecaceae
Texto © Pietro Puccio
Traducción en español de Susana Franke
La especie es originaria de Borneo (Sarawak) donde crece en el sotobosque de las forestas húmedas caracterizada por suelos arenosos, ácidos y pobres, conocidas localmente con el nombre de “kerangas”, a bajas y medias altitudes.
El término genérico es la latinización del nombre malés ‘pinang’; el nombre de la especie es la combinación del adjetivo griego “παχύς” (pachys) = grueso, espeso, y del sustantivo “φύλλον” (phyllon) = hoja, con referencia al insólito espesor de la hoja.
La Pinanga pachyphylla J.Dransf. (1991) es una especie monoica inerme, solitaria o cespitosa, con tallos de cerca 2 cm de diámetro, altos hasta 3 m y sobre los cuales son evidentes los anillos marca de las hojas caídas.Las hojas son pinnadas, largas cerca 1,2 m, con numerosas pínulas de color verde brillante, largas en la parte media hasta 50 cm y anchas cerca 2,5cm, particularmente espesas, estrechas, lineares, con ápice acuminado, excepto las dos terminales, anchas hasta cerca 6 cm, en cola de pez, con extremidad trunca y dentada.
La base foliar envuelve enteramente el tallo en un largo de 25 cm formando una suerte de capitel tubular.
Las inflorescencias nacen debajo de las hojas (infrafoliares) con ramificaciones del primer orden, péndulas, largas hasta 20 cm, con rachilla, largas 10-12 cm, de color inicialmente verde, luego naranja en fruto, llevando flores unisexuales carnosas dispuestas en la característica tríada (una femenina en medio de dos masculinas).
Los frutos son ovoides con extremidad en punta, largos cerca 1 cm, de color amarillo naranja en su madurez, dispuestos sobre dos filas opuestas.
Especie rara en cultivación de pínulas de inusual espesor, cultivable en las zonas de clima tropical y subtropical húmedo, en posición semi sombreada sobre suelo aún muy pobres, ácidos, drenantes, mantenidos constantemente húmedos.
Por sus características ornamentales y las dimensiones contenidas podría ser un óptimo sujeto para cultivar en maceta para la decoración de espacios abiertos, donde el clima lo consiente, o jardines de invierno, galerías e interiores luminosos con temperaturas mínimas invernales que no desciendan debajo de los +15 ºC.
Riegos regulares desde primavera a otoño, de manera tal de mantener constantemente húmedo al sustrato, más distanciados en invierno, dejando secar el estrato superior antes de volver a regar.
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