Megalops atlanticus

Famiglia : Megalopidae

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Texto © Giuseppe Mazza

 


Traducción en español por el Prof. José Campos

 

Presente en aguas tropicales y subtropicales a ambos lados del Atlántico, pero también en aguas dulces, Megalops atlanticus posee grandes escamas y puede superar los 2 m.

Presente en aguas tropicales y subtropicales a ambos lados del Atlántico pero también en aguas dulces, Megalops atlanticus posee grandes escamas y puede superar los 2 m © Karen Honeycutt

Conocido como Tarpón o Sábalo real, o más elegantemente como Rey plateado entre los ávidos pescadores deportivos estadounidenses, Megalops atlanticus Valenciennes, 1847, pertenece a la clase Actinopterygii, los peces con aletas radiadas, al orden Elopiformes y a la familia Megalopidae, que Incluye solo un género y dos especies: Megalops atlanticus, en el Océano Atlántico y Megalops cyprinoides, en el Indo-Pacífico. Se encuentran entre los peces vivos más antiguos y ya existían, como lo demuestran los fósiles, hace 18o millones de años.

El nombre genérico Megalops deriva del griego “μέγας” (mégas), grande y “ὦψ” (ṓps), ojo, y resalta este carácter anatómico. Sin embargo, algunos autores sugieren que podría referirse al gran tamaño de este pez, ya que el segundo término griego también significa aspecto. El nombre específico atlanticus, del océano Atlántico en latín, indica el lugar donde vive.

Ya existía a finales del Jurásico. Puede respirar aire en aguas pobres en oxígeno gracias a su vejiga natatoria vascularizada, conectada al esófago, que actúa como pulmón.

Ya existía a finales del Jurásico. Puede respirar aire en aguas pobres en oxígeno gracias a su vejiga natatoria vascularizada, conectada al esófago, que actúa como pulmón © Wolfram Sander

Zoogeografía

Megalops atlanticus está presente en las aguas tropicales y subtropicales de la costa este americana: frecuente en todo el Golfo de México, Florida y el Caribe, llega también a Nueva Escocia y Bermuda al norte y a todo Brasil al sur.

En el Atlántico oriental se puede encontrar desde las costas irlandesas hasta las angoleñas, pasando por las de Portugal, España, Azores, Canarias, Cabo Verde y Mauritania. Vive en aguas con una temperatura entre 22 y 28 °C. Por debajo de los 16 °C, los individuos están inactivos, mientras que temperaturas inferiores a 4 °C pueden ser mortales.

Sin dientes grandes, se traga las presas pequeñas enteras y tritura el resto, que sujeta con dientes finos y apretados en la sólida placa ósea del centro de la mandíbula inferior.

Sin dientes grandes, se traga las presas pequeñas enteras y tritura el resto, que sujeta con dientes finos y apretados en la placa ósea del centro de la mandíbula inferior © Allison & Carlos Estape

Aún no satisfecho, Megalops atlanticus entró en el Pacífico a través del Canal de Panamá (como ocurre con las especies lessepsianas, que penetran en el Mediterráneo a través del canal de Suez) y ha sido capturado no lejos de la isla de Coiba (Panamá).

Ecología-Hábitat

Es un pez que se encuentra mayoritariamente en aguas poco profundas (hasta 15 m). Excepcionalmente llega hasta los 40 m, aunque en Florida hay quien habla de 149 m.

Nada en diversos ambientes, generalmente hasta 15 m de profundidad. También se adentra en alta mar, hasta 200-250 km de la costa, donde se reproduce.

Nada en diversos ambientes, generalmente hasta 15 m de profundidad. También se adentra en alta mar, hasta 200-250 km de la costa, donde se reproduce © Allison & Carlos Estape

Megalops atlanticus tolera aguas salobres e incluso dulces, nadando durante un tiempo río arriba. Puede prescindir de las branquias y respirar en aguas pobres en oxígeno gracias a su vejiga natatoria, que al estar comunicada con el esófago y muy vascularizada, puede llenar de aire y utilizar como un pulmón.

En estos difíciles entornos caza prácticamente sin competidores y sólo está amenazado por el tiburón toro o del Zambeze (Carcharhinus leucas), el tiburón martillo (Sphyrna lewini) y algunos caimanes, además de los pescadores deportivos que lo consideran un trofeo.

Morfofisiología

Aquí entre las raíces de los manglares. Caza en aguas dulces y salobres, marismas y pantanos, donde las presas son abundantes y los depredadores escasos.

Aquí entre las raíces de los manglares. Caza en aguas dulces y salobres, marismas y pantanos, donde las presas son abundantes y los depredadores escasos © Neil DeMaster

Con una longitud típica de 130 cm, un récord de 250 cm y un peso máximo de 151 kg, Megalops atlanticus se reconoce inmediatamente por sus grandes escamas cicloides plateadas y su larga mandíbula inferior orientada hacia arriba.

Tiene entre los lados de esta última una robusta placa ósea para triturar peces y crustáceos que, si no se tragan enteros, son retenidos por numerosos dientes pequeños, finos y villiformes, presentes no sólo en las mandíbulas sino también en el interior de la boca, incluida la lengua y la base del cráneo.

Las aletas carecen de espinas. La dorsal tiene 13-16 radios blandos, con el último filamentoso; la anal, 22-25 radios; las pectorales, 13-14 y las pélvicas, 10. La gran aleta caudal es bifurcada.

Por supuesto, sin descuidar a los crustáceos, es el terror de los bancos de peces pequeños, que se traga vivos sin esfuerzo.

Por supuesto, sin descuidar a los crustáceos, es el terror de los bancos de peces pequeños, que se traga vivos sin esfuerzo © Mickey Charteris

Vistos desde arriba, estos peces suelen tener un color azul oscuro, negro verdoso o cobrizo cuando nadan en aguas interiores, pero vistos lateralmente, su librea es inconfundible por las grandes escamas, que se usan en trabajos ornamentales y para la preparación de perlas artificiales. En Brasil también les atribuyen virtudes medicinales.

La carne, calificada de maloliente y con muchas espinas, sólo sirve para la subsistencia y es una excelente excusa para ciertos pescadores deportivos que disfrutan sacando del agua a los Reyes plateados heridos aprovechando su resistencia y combatividad.

Casi siempre, tras hacerles las habituales fotos a bordo, los liberan, aunque la mayoría muere más tarde miserablemente.

Las sardinas son una de sus presas favoritas. A su vez, es presa de tiburones, caimanes y pescadores deportivos que lo capturan sólo por placer, como un trofeo.

Las sardinas son una de sus presas favoritas. A su vez, es presa de tiburones, caimanes y pescadores deportivos que lo capturan sólo por placer, como un trofeo © Allison & Carlos Estape

Etología-Biología Reproductiva

Megalops atlanticus se alimenta durante el día y la noche de peces que nadan a media agua, especialmente si se mueven en cardúmenes, como las sardinas, que se tragan enteras. Los machos suelen vivir 30 años y alcanzan la madurez sexual en torno a los 7 años y los 88 cm de longitud, mientras que las hembras no alcanzan la madurez sexual hasta los 10 años aproximadamente y los 110 cm de tamaño, con una esperanza de vida de 50 años, y un récord en acuario de 63 años.

Poco antes del desove, se observan concentraciones a 2-25 km de la costa. Luego, para el desove, se adentran aún más en el océano, a 200-250 km de la costa, donde las corrientes son fuertes y cada hembra, dependiendo del tamaño, puede poner de 4,5 a más de 20 millones de huevos.

Durante la época reproductora, se forman en el océano grupos de más de 25.000 individuos, estimados mediante estudios acústicos.

Durante la época reproductora, se forman en el océano grupos de más de 25.000 individuos, estimados mediante estudios acústicos © Brian Cole

Las larvas también son planctónicas, y como ocurre con las anguilas y las morenas, en un determinado momento adquieren una forma alargada, similar a una hoja de sauce transparente, llamada leptocéfalo, y migran hacia los estuarios.

Los leptocéfalos no atrapan zooplancton, como las larvas de peces normales, sino pequeñas partículas de alimento transportadas por las corrientes. También pueden nadar hacia atrás con rápidos movimientos ondulantes o incluso enroscarse, adquiriendo la apariencia de un cilindro errante que los asemeja a las medusas.

Tras la metamorfosis, se desplazan a aguas estancadas pobres en oxígeno, donde los depredadores son escasos, alimentándose de plancton, larvas, algas, insectos, pequeños crustáceos y, por último, peces pequeños. A los tres años de edad, ya están listos para unirse a los adultos.

Las hembras, más grandes y longevas, pueden poner entre 4,5 y más de 20 millones de huevos, según de su talla. Las larvas son planctónicas y adoptan, al igual que anguilas y morenas, una forma similar a una hoja de sauce transparente, llamada leptocéfalo. Su estatus es vulnerable en la Lista Roja de especies amenazadas de la UICN.

Las hembras, más grandes y longevas, pueden poner entre 4,5 y más de 20 millones de huevos, según de su talla. Las larvas son planctónicas y adoptan, al igual que anguilas y morenas, una forma similar a una hoja de sauce transparente, llamada leptocéfalo. Su estatus es vulnerable en la Lista Roja de especies amenazadas de la UICN © Allison & Carlos Estape

La resiliencia de la especie es decididamente baja, con una posible duplicación de las poblaciones en 4,5-14 años y una vulnerabilidad a la pesca muy alta, con un valor de 76 en una escala de 100, a pesar de que su carne, como la de muchos pescados del Caribe, puede provocar ciguatera si procede de animales que han acumulado la toxina producida por el dinoflagelado Gambierdiscus toxicus.

Sus poblaciones están disminuyendo y, por lo tanto, Megalops atlanticus aparece desde 2018 en la Lista Roja de especies amenazadas de la UICN como “VU, Vulnerable”.

Sinónimos

Tarpon atlanticus (Valenciennes, 1847); Megalops elongatus Girard, 1859.

 

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