Familia : Lamiaceae
Texto © Eugenio Zanotti
Traducción en español por el Prof. José Campos
El género Lavanda L. incluye cerca de 40 especies de pequeños arbustos (nanofanerófitos), de los cuales siete están presentes en Europa, así como numerosas subespecies.
El conocido y fragante Espliego o Lavanda (Lavandula angustifolia Miller 1768) es una especie con una distribución estenomediterránea occidental, es decir, los territorios que bordean la cuenca mediterránea occidental, desde Liguria hasta España y Argelia. Al ser una especie cultivada desde la antigüedad, también está presente como planta naturalizada en muchas otras zonas con clima mediterráneo y submediterráneo.
El nombre genérico se remonta al latín “lavando”, porque esta planta se utilizó desde la antigüedad para el agua de los baños y de los lavaderos por su olor agradable; “angustifolia” se refiere a sus hojas alargadas y estrechas.
Planta perenne sufruticosa de 30-120 (180) cm de altura, de color gris claro, tomentosa, con aroma agradable. Tallos simples, erectos o ascendentes, leñosos hasta aproximadamente la mitad, con ramas jóvenes herbáceas y pubescentes. Sistema radical desarrollado, retorcido y ramificado.
Hojas persistentes, sésiles, enteras, lineares, estrechamente lanceoladas u oblongas, de 2-4,5 cm, al principio planas y verdosas en las dos caras, más tarde con márgenes revolutos y blanco tomentosas, sobre todo por el envés.
Espigas apicales de 3-8 cm, más o menos largamente pedunculadas, en verticilastros a 6-12 flores fácilmente caducas. Brácteas ovado-triangulares, membranosas, de color marrón rojizo, con 5-7 nervios divergentes. Cáliz de 4-5 mm, tubular, tomentoso, azulado, con 5 dientes muy cortos, obtusos. Corola bilabiada, azulada, púrpura-violácea, rosa-violácea o muy raramente blanca, de (9) 10-12 mm.
Florece de junio a julio, hasta septiembre. El fruto es un tetraquenio seco indehiscente, con 4 semillas oval-alargadas de color marrón brillante. Crece en lugares áridos, pedregosos y rocosos, en maquias y garrigas (0-1800 m), frecuentemente cultivadas en huertos y jardines. Además de la subespecie nominal, existe también la subespecie pyrenaica (DC.) Guinea (1972), presente en los Pirineos y en el noreste de España.
Las flores de la lavanda, ampliamente cultivada especialmente en Francia e Inglaterra, donde crea paisajes de gran belleza, pero también en algunas regiones italianas, se recogen al comienzo de la floración, de donde se obtiene un aceite esencial, muy utilizado durante siglos y muy apreciado en perfumería y también en la industria farmacéutica, donde se usa como correctivo de olores y como aromatizante en linimentos antisépticos, cremas, lociones y jaleas. La lavanda se multiplica por semilla y por esquejes; se prefiere el segundo método, que permite tener plantas productivas con antelación, y también porque a partir de semillas no hay certeza de reproducir los caracteres de las plantas de origen.
También como especie ornamental, se usa mucho hoy día en medianas y bordes debido a su resistencia a la aridez y al frío y se han creado numerosas variedades como ‘Alba’, ‘Nana alba’ y ‘Dutch White’ con flor blanca, ‘Rosea’, ‘Royal purple’, ‘Old English’, ‘Loddon Pink’, etc.
Los ápices florales en particular contienen taninos, resinas, un principio amargo y un aceite esencial que consta de más de 100 componentes, incluidos varios alcoholes (linalool, geraniol, borneol, cineol), acetato de linalilo, combinados con ácidos orgánicos (acético, butírico y valeriánico), saponósidos, cumarina, etc.
Estas sustancias confieren a las preparaciones a base de lavanda propiedades béquicas, balsámicas, broncoespasmolíticas, antiasmáticas, antiespasmódicas, antidepresivas, antiséricas, antisépticas, antipútridas y antifermentativas, carminativas, diuréticas, tónicas y como linimento y sedante suave y, por vía externa, vulnerarias. En fitoterapia se utiliza por vía interna para tratar el asma, las cefaleas, la flatulencia, la histeria, la ansiedad y la agitación nerviosa, la laringitis, la tos ferina y los vómitos. En uso externo, para abrasiones, contusiones, heridas, neuralgia, otitis crónica, etc. Para favorecer el sueño, se preparan almohadas rellenas de distintas flores y hojas secas con propiedades calmantes, como las de espliego y las infrutescencias del lúpulo.
Los insectos evitan algunos componentes del espliego, por lo tanto, es útil para evitar picaduras molestas, lavarse con jabón de lavanda y frotar la piel con agua o colonia de lavanda. En el pasado se usaba para combatir la sarna. Incluso las pequeñas bolsas de tela guardadas en los cajones y armarios de la ropa, así como la ropa agradablemente perfumada, mantienen alejadas a las polillas. Las abejas, por otro lado, se sienten atraídas por las flores de espliego, que visitan a menudo, produciendo una miel excelente y refinada.
Preparaciones:
Infusión calmante para tos persistente, sedante contra la migraña y la neurosis cardíaca
Una cucharada de ápices florales en una taza de agua. Dejar en infusión durante veinte minutos, endulzar con miel; preparación para ser tomada tres veces al día.
Baño tónico y estimulante
Preparar una decocción con tres puñados de ápices florales en dos litros de agua, hervir durante veinte minutos y verter en el baño.
Colonia de lavanda
100 gramos de espigas floridas en un litro de alcohol a 95 °: macerar durante un mes. Se filtra con un pañuelo de papel y se almacena en botellas de vidrio oscuro. Excelente colonia de aseo, muy útil especialmente en verano cuando la sudoración es más abundante.
Sinónimos: Lavandula officinalis L. (1753); Lavandula spica L. (1753) (nom. ambig.); Lavandula pyrenaica DC (1815); Lavandula delphinensis Jordan (1859).
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