Familia : Aquifoliaceae
Texto © Eugenio Zanotti
Traducción en español por el Prof. José Campos
El género Ilex incluye alrededor de 400-450 especies (algunos autores, probablemente en desacuerdo con su sistemática, indican hasta 600). La última monografía del género, que considera también los híbridos y los cultivares ornamentales, recoge 800 entidades. Las especies de este género están ampliamente distribuidas en el hemisferio boreal y también en el austral en zonas templadas y subtropicales; son trepadoras, arbustos de hoja perenne o pequeños árboles, también en su mayoría de hoja perenne, de las zonas tropicales y subtropicales. Además de Ilex aquifolium, en Europa están presentes Ilex colchica (Turquía), que se distribuye también por el Cáucaso e Ilex perado de las Azores y presente también en menor medida en Madeira y Canarias.
El nombre genérico Ilex se refiere a la similitud de sus hojas con las de la encina (Quercus ilex), mientras que el nombre de la especie aquifolium proviene de los términos latinos «acus», aguja y «acutus», agudo, y de «folio, folia», es decir, con hojas afiladas y espinosas.
El acebo común (Ilex aquifolium L. 1753), conocido también como laurel espinoso o acebo europeo, es una especie leñosa de hoja perenne que puede tener una forma arbustiva o de pequeño árbol; en la naturaleza puede alcanzar los 10 (15) metros de altura. Sin embargo, puede superarlos si se cultiva podando las ramas a lo largo del tronco, alcanzando incluso los 22-24 metros.
El tronco, recto y con ramas patentes, desarrolla una copa ovada o piramidal con un diámetro medio de 2-4 metros. El sistema radicular es muy robusto, con largas raíces nudosas y profundas. La corteza es delgada, lisa o con pequeñas grietas, verdosa cuando es joven y volviéndose de color gris pálido con el tiempo, finalmente escamosa y de un color gris más oscuro en los especímenes viejos.
Es una planta glabra, excepto las yemas, las ramas jóvenes y las inflorescencias que son pubescentes. Hojas alternas, con marcado polimorfismo (las inferiores son onduladas y espinosas, las de la parte superior en las plantas adultas son inermes), elípticas, onduladas, perennes y coriáceas (3-4 x 5-7 cm), con borde cartilaginoso blanquecino, de color verde oscuro y muy brillantes por el haz, verde pálido y opacas por el envés, con pecíolo corto, ancho y acanalado. El margen generalmente es ondulado y tiene espinas robustas (6-8 en cada lado) pero se vuelve inerme en las ejemplares centenarios. En el sur de Italia, el botánico inglés de origen italiano Charles Carmichael Lacaita (1853-1933) describió una variedad australis, con hojas más grandes (8-9 x 10-12 cm) y menos onduladas.
El acebo común presenta las flores masculinas y femeninas en individuos diferentes. La floración, poco evidente, tiene lugar de abril a mayo (junio) y la polinización la realizan principalmente las abejas. Las flores, muy fragantes, tienen cuatro sépalos y cuatro pétalos con una corola de 6-8 mm de diámetro, aisladas o en grupos de 2-3, axilares; en las femeninas la corola es blanca, en las masculinas blanca con borde rojo. Las flores masculinas tienen restos evidentes del gineceo y las femeninas del androceo; En algunos casos, las plantas producen también flores hermafroditas.
El fruto, que madura en otoño, es una drupa subesférica, umbilicada, con pulpa amarillenta, venenosa, con pedicelo más corto que su longitud (8-10 mm), rojo cuando está maduro, que contiene (2) 3-5 semillas subtrígonas o planoconvexas, con endocarpio óseo, muy duro, con 3-5 costas dorsales. Su dispersión es llevada a cabo por las aves, especialmente mirlos, zorzales y palomas, aficionados a estas bayas escarlatas, bien visibles entre el follaje verde oscuro del acebo.
El acebo tiene una distribución submediterránea-subatlántica que desde el sur y el oeste de Europa (hasta el Magreb y las costas del Mar Negro) se extiende hacia el norte hasta Gran Bretaña y Noruega, localizándose especialmente en áreas montanas y submontanas. Es una planta de crecimiento muy lento y muy longeva; en condiciones favorables puede vivir hasta tres siglos, desarrollando troncos de más de 50 cm de diámetro.
Es una planta mesófila que crece desde la llanura hasta los 1500 m de altitud, especialmente en los hayedos y hayedo-abetales, así como en los bosques densos de castaños y robles; prefiere los suelos con textura media-fina, con pH neutro o ligeramente ácido, frescos y húmedos, medianamente ricos en nutrientes y con un buen porcentaje de humus, y evita los sustratos calcáreos, compactos y anegados; es una especie que tiene una exigencia de luz media-baja (esciófila).
Aunque el acebo es una especie esclerófila siempreverde no es, sin embargo, una planta típica de la vegetación mediterránea, donde aparece sólo ocasionalmente, sino que debe enmarcarse en las laurófilas, típicas del clima oceánico. El acebo se considera una especie relicta, con una distribución muy reducida en comparación con la que tuvo durante la Era Terciaria; también tuvo un papel importante durante los períodos interglaciales húmedos, cuando era un componente típico de la vegetación cólchico-atlántica, que ocupaba toda la cuenca mediterránea de este a oeste.
La madera es de color blanco marfil (en los ejemplares viejos es marrón en el centro), a veces con reflejos verdosos; es pesada (780 y más kg/mc) de dureza media, compacta, de grano fino, fácil de trabajar y teñir (puede sustituir al ébano), elástica y resistente, valiosa y muy estimada; se emplea, después de un largo secado, para fabricar herramientas, culatas de rifles, mangos de paraguas, látigos, bastones, estacas y otros objetos, mangos de teteras, así como en trabajos de tallado (ajedrez) y ebanistería, así como sus ramas para las decoraciones navideñas, tanto que en muchos países, donde el acebo es cada vez más escaso, se incluye en los listados de especies protegidas. Hubo un tiempo en que el acebo se consideraba una especie de amuleto vegetal y, por lo tanto, se cultivaba alrededor de las casas para protegerlas de la negatividad. El intenso color verde y la tenacidad de sus hojas representaban la fuerza de la vida y del renacimiento, mientras que los frutos, persistentes durante todo el invierno, se veían como una concentración de la energía del sol.
Cuando la captura de aves con trampas y muérdago -ahora afortunadamente ilegal- era una práctica ampliamente difundida en montañas, colinas y, a veces, en las llanuras, los campesinos y sus hijos obtenían (en julio) una sustancia viscosa y marrón de la segunda corteza del acebo. (la corteza verde bajo la primera corteza exterior), triturándola en un mortero o hirviéndola, que se llevaba al sótano y se dejaba fermentar durante 15-20 días. Luego se lavaba con mucha agua para eliminar las partes fibrosas y leñosas y se conservaba en recipientes cerrados, ungidos con aceite.
Las ramas eran recolectadas por los deshollinadores que las ataban en el extremo de largos palos de sauce, obteniendo así herramientas adecuadas y livianas para su trabajo.
La propagación del acebo se realiza generalmente por vía vegetativa (injertos, acodos y esquejes) ya que la semilla germina con dificultad debido a la latencia fisiológica y a la inmadurez del embrión.
El acebo se puede utilizar para crear setos impenetrables o emparejados (ejemplares masculinos y femeninos para garantizar la fecundación y la producción de las bayas escarlatas) en los parques y jardines como una óptima especie ornamental.
Entre las diversas especies ornamentales mencionamos el Ilex cornuta, de origen asiático, el Ilex macrocarpa, nativo del sur de China, caducifolio, que produce frutos negros y el Ilex verticillata, del sudeste de Estados Unidos, también de hoja caduca, y luego cultivares con hojas veteadas de blanco, amarillo o morado, moteadas de plata, bordeadas de amarillo, etc.
Recordamos aquí algunos de ellos, como el Ilex aquifolium ‘Pyramidals fructo-luteus’, el ‘Argenteo marginata pendula’, ‘Ferox argentea’, ‘Angustifolia’, ‘Ovata aurea’, etc. Además de otras especies del género Ilex introducidas con fines ornamentales como Ilex integra e Ilex cornuta (Japón), Ilex dipyrena (Himalaya), Ilex leucocarpa e Ilex opaca (Estados Unidos), etc.
Forman hermosos setos compactos e impenetrables porque el acebo soporta bien la poda y es bastante resistente a las enfermedades (a veces, las hojas son dañadas por la mosca Phytomyza aquifolii cuyas larvas cavan túneles en el parénquima clorofílico).
Las abejas visitan a menudo las flores de acebo de las que obtienen también cera para sus colmenas; de este modo favorecen la fecundación y, por tanto, la fructificación de los individuos femeninos.
Entre las especies medicinales del género, en los países de origen, se cultiva el Ilex paraguariensis, conocido con los nombres comunes de Yerba mate o Mate, y también como té de Paraguay o té de los jesuitas, un pequeño árbol o arbusto de América del Sur (Brasil, Argentina, Paraguay) con cuyas hojas se prepara un té con el mismo nombre rico en cafeína, con teobromina, taninos, ácido clorogénico, triterpenos y aceite esencial.
La corteza del acebo contiene el principio amargo ilicina, presente también en las hojas pero en menor porcentaje, junto con la sustancia colorante ilixantina, ácidos silícico, ursólico y cafetánico, dextrosa, gomas y ceras, además del alcaloide rutina y la menisdaurina, ácido clorogénico, ácido quínico, quercetina, kaempferol, taninos, etc. Los frutos tienen propiedades purgativas violentas y causan serias alteraciones neurovegetativas con náuseas, vómitos, dolor gastrointestinal con diarrea y convulsiones. Las hojas tienen propiedades antiinflamatorias, antiartríticas, antipiréticas, tónicas y diuréticas.
En muchos países donde el acebo crece espontáneamente, está rodeado de leyendas, y esto se remonta a algunos milenios atrás y a las poblaciones que respetaban y tenían miedo a esta planta. Durante las Saturnales, que tenían lugar del 17 al 23 de diciembre (período establecido en la época imperial por Domiciano), los antiguos romanos llevaban ramitas de acebo como talismanes portadores de larga vida y prosperidad y se las entregaban a los jóvenes recién casados como muestra de buenos deseos.
Sinónimos: Aquifolium ilex Scop. (1771); Aquifolium spinosum Lam. (1778); Ilex aquifolium Marshall (1785); Ilex aquifolium L. var. crassifolia Aiton (1789); Ilex aquifolium L. var. ferox Aiton (1789); Ilex aquifolium L. var. heterophylla Aiton (1789); Ilex aquifolium L. fo. recurva Aiton (1789); Ilex aquifolium L. var. vulgaris Aiton (1789) ; Ilex aquifolium Lour. (1790) ; Ilex balearica Desf. (1809); Aquifolium croceum Rafin (1838); Aquifolium ferox Mill. ex Rafin (1838); Aquifolium heterophyllum Rafin. (1838); Aquifolium lanceolatum Rafin (1838); Aquifolium planifolium Rafin (1838); Aquifolium undulatum Rafin (1838); Aquifolium vulgare St.-Lag. (1880); Ilex aquifolium L. fo. arbutifolia Loes (1901); Ilex aquifolium var. chinensis (1901); Ilex aquifolium L. fo. frivaldskyana Loes. (1901); Ilex aquifolium L. fo. albopicta (Loudon) Geerinck (2001); Ilex aquifolium L. fo. aureopicta (Loudon) Geerinck (2001); Ilex aquifolium var. barcinonae Pau (1922).