Famiglia : Syngnathidae
Texto © Giuseppe Mazza
Traducción en español por la Dra Cristina Valcuende
Caballito hocico largo (Hippocampus reidi Ginsburg, 1933) es un vistoso maestro del mimetismo.
Dadas sus diminutas aletas como todos los caballitos de mar, es un pésimo nadador, pero al cambiar de colores y diseños según las circunstancias, se mimetiza con el entorno para cazar al acecho y no atraer demasiado a los depredadores.
Pertenece a la clase Actinopterygii de peces con aletas radiadas, del orden Syngnathiformes y a la familia Syngnathidae, la de los peces pipa y los caballitos de mar, que hoy cuenta con 59 géneros y 307 especies según el «Catálogo de peces de Eschmeyer».
El género Hippocampus tiene su origen en el griego antiguo “ἵππος” (hippós), caballo, y “κλίσις” (kampé), curvatura, en alusión a la cabeza inclinada casi en ángulo recto con respecto al cuerpo.
El término específico reidi, de Reid en latín, recuerda a Earl D. Reid (1885-1960), asistente científico en la división de pesca y luego curador asociado de peces en el Museo Nacional de Estados Unidos, donde trabajaba Ginsburg.
Zoogeografia
Hippocampus reidi está presente en las aguas costeras del Atlántico occidental, desde Carolina del Norte hasta el Golfo de México, el Mar Caribe y América del Sur hasta el sur de Brasil.
Ecología-Hábitat
Acepta las aguas salobres y nunca supera los 55-60 m de profundidad.
En los estuarios brasileños es incluso frecuente en menos de 40 cm de agua.
A menudo se encuentra entre los corales, aferrado a las gorgonias con su cola o escondido detrás de las ramas de las llamadas «esponjas de cuerda», las coloridas «esponjas de cuerda erectas», como Niphates erecta o Amphimedon compressa, a las que imita perfectamente en detalle.
Frecuenta praderas de posidonia, macroalgas de los géneros Penicillus y Caulerpa, sin dejar de lado formaciones de manglares, como Avicennia shaueriana, Rhizophora mangle o Laguncularia racemosa, ricos en alimento y raíces aéreas que ofrecen fácil agarre, pero también se le puede encontrar adherido a flotadores a la deriva o algas como el sargazo.
Morfofisiologia
Hippocampus reidi suele alcanzar una longitud de 10 cm (15 con la cola estirada) con un récord de 17,5 cm.
Está protegido por una armadura de placas óseas, llamadas anillos por su forma: 11 en el cuerpo y 35 (31-39) en el tronco que termina en una cola prensil.
Los machos presentan una vistosa bolsa de incubación para los huevos que se extiende por 5-7 anillos en la cara ventral.
La típica corona de los caballitos de mar, generalmente formada por protuberancias óseas puntiagudas colocadas en la parte superior de la cabeza no tiene espinas, sino que es reemplazada por crecimientos de piel planos o retorcidos, redondeados en el ápice como tubérculos.
Aparte de las dos pequeñas espinas oculares, la armadura es lisa, sin asperezas defensivas.
Ya que este pequeño Caballito de mar no la necesita, porque sus cromatóforos pueden, con varios modelos memorizados de color y brillo, adaptar rápidamente su piel al entorno en que vive.
Puede presentar color blanco, amarillo, rojo, naranja, marrón o negro con varios puntos blancos o negros y también algunas monturas claras dorsolaterales que rompen el contorno del cuerpo.
El hocico, como indica el nombre vulgar, es largo y grande: una especie de pipeta para aspirar camarones y anfípodos microscópicos enteros, y succionar al vuelo el zooplancton que pasa cerca, principalmente huevos de peces, copépodos y ostrácodos; se le ha observado también persiguiendo a sus presas.
Al igual que los camaleones, los ojos se mueven independientemente uno del otro.
Buscan presas en todas direcciones y luego, en posición frontal para una visión estereoscópica perfecta, evalúan con precisión la distancia para centrarlas.
Durante el dia, Hippocampus reidi se alimenta casi continuamente, porque los caballitos de mar no tienen estómago y su rápida digestión intestinal es poco eficiente.
Por la noche descansa enrollando su cola en un soporte y cuando llega el amanecer retoma la caza nadando verticalmente con rápidas oscilaciones de sus 17 (16-19) radios de la aleta dorsal y los 16 (15-17) de las pectorales.
La aleta anal es muy pequeña y las aletas pélvicas y la caudal están ausentes.
Etología-Biología reproductiva
Hippocampus reidi se encuentra generalmente solitario o en parejas, pero más raramente también en pequeños grupos de hasta 7 individuos.
Puede vivir hasta 4 años. La madurez sexual comienza alrededor de los ocho meses de edad, cuando mide unos 8,8 cm de largo para las hembras y 9,5 cm para los machos, que suelen disponer de un territorio de caza más reducido debido a la menor movilidad que impone la bolsa de cría.
La época reproductiva, con diferentes picos según las zonas, dura al menos 8 meses al año.
El macho corteja a su pareja durante mucho tiempo, impresionándola con vistosos cambios de color y nadando a su alrededor, también le muestra la bolsa hinchada de agua destinada a albergar los huevos.
Éstos, de forma ovalada o pera, con un diámetro de 1,2 mm, son de color naranja y cuando llega el momento, el macho vacía la bolsa de cría presionándola con la cola, mientras la hembra se acerca e introduce los óvulos mediante la papila genital, una especie de ovipositore de unos milímetros.
La fecundación se produce en la bolsa del padre, donde los huevos, además de la nutrición de la yema, reciben oxígeno y alimento de los capilares del macho.
La bolsa se sella y la incubación, dependiendo de la temperatura del agua, dura unas dos semanas. Al final es el macho el que tiene las contracciones y las crías son expulsadas repetidamente, enrolladas en un anillo.
Se estiran de inmediato, completamente autónomas y similares a sus padres, de apenas 5-7 mm de largo.
Se ha observado que los machos con los huevos son menos activos que los demás y que, para recuperarse y afrontar un nuevo embarazo, necesitan unos siete meses.
La resiliencia de la especie es mediocre, con un tiempo mínimo para duplicar las poblaciones de 1,4-4,4 años y la vulnerabilidad pesquera, decididamente baja, marca sólo 12 en una escala de 100, ya que es un pez que sólo ocasionalmente cae en las redes de arrastre.
Sin embargo, Hippocampus reidi aparece como “NT, Near Threatened” es decir, “Casi Amenazado” en la Lista Roja de la UICN de especies en peligro de extinción. Aunque en ciertas áreas como el Golfo de México las poblaciones son estables, el Caballito hocico largo ha perdido más del 30% de sus miembros en la mayor parte de su área de distribución y se habla de una posible disminución del 90% en varios sitios dentro de una década.
Aparte de la captura accidental con redes, o los depredadores naturales como los pargos, las rayas, los atunes y los dorados, sin olvidar los parásitos, el Caballito hocico largo se encuentra más amenazado por el hombre debido a la contaminación provocada por las plataformas petrolíferas, las aguas residuales de las casas y la remodelación de las costas con la pérdida a menudo de su hábitat de manglares, corales y praderas sumergidas.
Además, por lo bonito que es y de fácil de captura, se encuentra entre los peces más frecuentes en los acuarios marinos donde, si se lo cuida bien, puede incluso reproducirse.
Entre 2010 y 2014 la CITES, que controla el comercio internacional de la especie en peligro de extinción, ha registrado la exportación de 10.000 ejemplares al año, sin contar el comercio interno e ilegal. Se les paga poco más de un dólar estadounidense a quienes los capturan y se revenden a 10-12 dólares estadounidenses.
Además, está el mercado del Hippocampus reidi disecado, adquirido por los turistas como souvenirs, llaveros o como chucherías, elaborados con conchas, corales y estrellas de mar.
En Brasil también se llevan colgados del cuello contra el mal de ojo o guardados en el bolsillo como amuletos de la suerte, llamados localmente “pautás”, y se venden pulverizados en Asia por supuestas virtudes medicinales que deberían curar la calvicie y unas 30 enfermedades como la gastritis, el asma, la bronquitis y la tuberculosis.
Sinónimos
Hippocampus obtusus Ginsburg, 1933; Hippocampus poeyi Howell Rivero, 1934.