Harpia harpyja

Familia : Accipitridae

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Texto © Dr. Davide Guadagnini

 

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Traducción en español de Ignacio Barrionuevo

 

La feroz y poderosa Harpia harpyja es el águila americana más grande © Giuseppe Mazza

La feroz y poderosa Harpia harpyja es el águila americana más grande © Giuseppe Mazza

La arpía mayor, también conocida como águila arpía o, simplemente, arpía, incluyendo la grafía con h inicial “harpía” (Harpia harpyja Linnaeus 1758) es el águila americana más grande así como una de las mayores rapaces del mundo. Pertenece al amplio orden de los Accipitriformes (Accipitriformes), a la familia de los accipítridos (Accipitridae), subfamilia Buteoninae y al género Harpia. Se trata de un género monotípico, siendo su pariente más cercano la arpía menor, o águila crestada (Morphnus guianensis) que, sin embargo, pertenece a otro género.

El binomio científico es una suerte de repetición de un término derivado del latín “harpyiae”, a su vez del griego «Αρπυιαι» = las rapaces, en relación con «ἁρπάζω» = raptar, rapiñar.

El nombre de arpía (o, como decimos, harpía) hacía referencia a unas divinidades de la mitología griega que, en distinto número, fueron concebidas de maneras diversas por poetas y mitógrafos: imaginadas originalmente como mujeres aladas, después como nuestros con cabeza, busto y brazos de mujer, y el resto del cuerpo de ave. En heráldica, se trata de una figura quimérica con rostro y pecho de mujer, orejas de oso y cuerpo, alas, garras y cola de buitre.

Zoogeografía

La arpía está presente en América Central y del Sur, con una distribución que va desde México meridional (Veracruz, Oaxaca y quizás Campeche), atraviesa Centroamérica hasta Colombia, extendiéndose al este hasta Venezuela y Guyana y al sur hacia Bolivia y Brasil hasta llegar al extremo nordeste de Argentina (provincia de Misiones). Esta especie se ha hecho muy rara en América Central así como en otras regiones dentro de su distribución.

Ecología-Hábitat

Esta rapaz prefiere las tierras bajas de las selvas y bosques tropicales, normalmente por debajo de los 800 m de altitud, aunque llega en ocasiones a los 1600 m en Colombia. Vive en las grandes extensiones vegetales naturales, aunque puede nidificar también en áreas reforestadas mediante prácticas de silvicultura de alto impacto. Prefiere cazar en ambientes en los que el pasto y la selva se sucedan en una especie de mosaico. A veces, a primera hora de la mañana, lleva a cabo baños de sol posándose en perchas prominentes que emergen de la vegetación. Es en ocasiones, aunque raramente, sorprendida en áreas cultivadas y urbanizadas.

Morfofisiología

La arpía mayor es una de las rapaces de mayor tamaño, con una longitud de entre 89 y 105 cm y una envergadura de 2 metros. Al igual que en otras rapaces, las hembras son más grandes que los machos y en la arpía mayor esta diferencia es notable con machos que pesan entre 4 y 4,8 kg y hembras que pesan de 7,6 a 9 kg, siendo esta la única muestra de dimorfismo sexual. Tiene una constitución robusta y maciza, con una librea de color blanco grisáceo y diversas tonalidades de negro armoniosa y elegantemente diseñada. La cabeza es de color gris con alguna pluma más oscura, sobre todo en el corto penacho de plumas presente en el vértice de la cabeza.

Las alas son redondeadas y no excesivamente largas en proporción al cuerpo, lo que le permite utilizarlas ágilmente en medio de la frondosa vegetación. En la parte dorsal son de color gris pizarra oscuro; más oscuro, homogéneo e intenso a nivel de las coberteras dorsales (coberteras pequeñas secundarias superiores y coberteras medianas secundarias superiores) y más jaspeado, estriado, manchado y con un ligero aunque poco evidente barrado a nivel de las grandes coberteras y remeras, también dorsales. En la parte inferior de las alas, las plumas, por el contrario, tienen una coloración más barrada-moteada en negro o gris oscuro sobre un blanco o gris clarísimo. Bajo la región grisácea de la cabeza, en la región ventral del cuello y de la primera parte del pecho, presenta una amplia banda de color negro o gris muy oscuro que contrasta fuertemente con el resto del plumaje ventral del ave, que es de color blanco níveo hasta la parte inferior de la cola. El blanco del pecho puede adentrarse en el collar oscuro formando una corta punta o línea central. Dorsalmente, este collar se funde con el color de la espalda, que presenta, como la parte superior de las alas, por completo, una similar coloración oscura.

En torno a 2 m de envergadura. Las hembras pesan casi el doble que los machos © Giuseppe Mazza

En torno a 2 m de envergadura. Las hembras pesan casi el doble que los machos © G. Mazza

La cola es larga y barrada en blanco y negro en toda su anchura, siendo este barrado evidente tanto ventral como dorsalmente; aunque la parte clara del barrado en la cara ventral es mayormente blanca y en la dorsal es mayormente gris clara. Los muslos están cubiertos de plumas blancas finamente barradas de negro. Las patas, robustísimas y gruesas, tienen la parte desnuda de color amarillo y están dotadas de las garras más potentes del mundo de las rapaces. El ojo puede tener el iris grisáceo o pardusco. La cera es negruzca. El pico, muy prominente, es de color gris negruzco.

La arpía mayor difiere de la menor (Morphnus guianensis), que tiene casi la misma distribución geográfica, además de por el tamaño notablemente mayor, por el pico grande y grueso, las potentes patas con grandes garras y por el penacho emplumado de la nuca que, mientras que en la arpía menor muestra una sola punta, en la arpía mayor forma una característica doble punta. Los ejemplares inmaduros presentan un plumaje que sufre una evolución ligada a la edad: los ejemplares de un año presentan toda la cabeza, penacho incluido, de color blanco, mismo color de la región ventral del cuerpo y los muslos, que no presentan barrado alguno.

La cola cuenta con 10 o 12 barras y la parte dorsal, así como 2/3 del ala, son de color gris claro (solo las remeras son más oscuras). A partir del tercer año, sin embargo, la cabeza torna al gris y el dorso al negruzco; los muslos y las plumas coberteras de la parte inferior del ala están débilmente barrados de manera similar al adulto, pero el collar oscuro es aún claro e incompleto. A partir del cuarto año la cabeza y los muslos alcanzan las características típicas del adulto y las barras de la cola se reducen a 4 o 5.

Etología-Biología reproductiva

Esta especie es sedentaria. Las arpías mayores son carnívoras, capaces de cazar incluso potentes mamíferos y de tamaño moderado, como distintas especies de monos, por ejemplo los monos aulladores (género Alouatta), los monos capuchinos (género Cebus), o los sakis (géneros Pithecia y Chiropotes). Son también sus presas los perezosos de dos dedos (género Choloepus) y de tres dedos (género Bradypus), zarigüeyas y afines (familia Didelphidae), la tayra o hurón mayor (Eira barbara) coendúes (familia Erethizontidae), osos hormigueros, ardillas, coatíes, kinkajúes (Potos flavus). Caza también mamíferos terrestres como agutíes, ciervos de tamaño mediano y pequeño (género Mazama) pudiendo llegar a capturar, muy raramente, lechones, corderos y pollos domésticos. Se alimenta también de algunos reptiles, entre los que encontramos serpientes, iguanas y lagartijas.

La amplia dieta de las arpías mayores incluye también aves, como por ejemplo los loros, incluidos los guacamayos de gran tamaño como el guacamayo Jacinto (Anodorhynchus hyacinthinus), los crácidos o las chuñas (Cariama cristata). Solo los perezosos constituyen en torno a 1/3 de la biomasa que cazan. Esto probablemente se ve favorecido por el hecho de que a primera hora de la mañana los perezosos suben a las copas de los árboles para exponerse al sol, con lo que se hacen muy visibles para las arpías. En la Guayana los monos capuchinos, especialmente los adultos, son las presas más importantes; en Argentina, sin embargo, lo son las zarigüeyas, tayras y coendúes. Los adultos a menudo vuelven al nido solo con porciones de sus presas.

Las hembras de arpía mayor, en proporción a sus grandes dimensiones, capturan presas de mayor tamaño (entre 2,5 y 9 kg) en comparación a los machos (que cazan principalmente presas de entre 0,5 y 2,3 kg). Por lo general, los machos de arpía mayor llevan al nido piezas de presas que pesan 1 kg de media, mientras que las hembras llevan al nido piezas en torno a los 4 kg. Las arpías mayores cazan preferentemente en los límites entre la floresta y el claro, además de en la propia bóveda arbórea; y frecuentemente esperan a sus presas cerca de lechos de agua.

La arpía mayor emite vocalizaciones penetrantes y melancólicas. Las presas preferidas son los monos y los perezosos, pero también come aves, serpientes, iguanas y osos hormigueros © Giuseppe Mazza

La arpía mayor emite vocalizaciones penetrantes y melancólicas. Las presas preferidas son los monos y los perezosos, pero también come aves, serpientes, iguanas y osos hormigueros © Giuseppe Mazza

Los ataques de las arpías mayores son rápidos y fulminantes, siendo las presas capturadas y directamente transportadas a las cimas de los árboles. Si las presas son pesadas utilizan como posaderos troncos horizontales u oblicuos de árboles caídos, posándose a menor altura. A pesar de su gran tamaño vuela con agilidad entre las copas de los árboles en medio de la selva y está dotada, además de una excelente vista, de un óptimo oído que le ayuda a localizar las presas.

Hay escasos datos sobre la reproducción; en la Guayana se reproduce en junio (estación lluviosa), en el centro de Brasil (Goias), por el contrario, tiende a reproducirse entre septiembre y noviembre, y en Argentina se han observado polluelos en noviembre. Las arpías mayores construyen nidos grandes y voluminosos que parecen plataformas, llegando a medir hasta 150 cm de diámetro y de 50-75 cm hasta 1 m de altura.

Este suele ser construido sobre grandes ramas de enormes árboles emergentes sobre el dosel de la selva (de 15 a 40 m de altura) y pueden ser reutilizados. En la Guayana, los árboles de ceiba (Ceiba pentandra) a menudo se destacan sobre el dosel arbóreo, constituyendo un lugar ideal para anidar. En Venezuela con frecuencia nidifican en árboles de la familia Lecythidaceae; en Panamá sobre todo lo hace en bombacáceas Bombacaceae aunque se conocen casos de nidos sobre palmeras del genero Mauritia.

La arpía mayor emite vocalizaciones penetrantes y melancólicas, a veces repetidas. Ponen generalmente 2 huevos blanquecinos, habiéndose registrado al menos un nido con hasta 3, pero en los casos estudiados siempre llevan adelante solo un pollo, ya que no se ha encontrado hasta la fecha nido alguno que contuviese al mismo tiempo a dos pollos moderadamente crecidos. El polluelo más pequeño funciona, por tanto, como reserva en caso de que el primer huevo puesto no eclosionase. La incubación dura en torno a 56 días y tiene lugar normalmente a mediados de la estación lluviosa. La incubación es llevada a cabo casi exclusivamente (97 % del tiempo) por la hembra, mientras que el macho tiene durante este periodo la tarea de llevar una o dos presas a la semana al nido para alimentar a su compañera. El polluelo nace con un plumón de color blanco sucio. El primer vuelo puede tener lugar tras 140 días o incluso 6 meses, bastante variable, y sea como sea el joven permanece en las cercanías del nido (en un radio de en torno a 100 m) durante alrededor de 12 meses. Las parejas adultas, por lo tanto, pueden reproducirse, con éxito, una vez cada 3 años o un poco menos.

Para vivir esta especie necesita vastos bosques ricos en biodiversidad, siendo por lo tanto sensible a la deforestación y a la fragmentación de las selvas por intervención del hombre. Dentro de toda el área de distribución presentan una densidad de población heterogénea, resultando cada vez más escasas y dispersas, al ser un depredador en el ápice de la cadena alimentaria, dentro de sus territorios. Quien tenga la suerte de ver esta maravillosa ave en persona, por ejemplo en alguno de los parques zoológicos que tienen el privilegio de hospedarla, tendrá ciertamente la sensación de estar en presencia de un animal mitológico, con una mirada que transmite un profundo y comprensible mensaje ecologista y conservacionista, como si se tratase de uno de los magníficos animales protagonistas de la película “Avatar”.

 

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