Geranios insólitos : formas y colores increíbles

Creados por la naturaleza o por el hombre, sorprenden por sus pétalos amarillos o por sus variedades con flecos o en forma de cactus, de tulipán, rosa o violeta.

 

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Texto © Giuseppe Mazza

 

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Traducción en español de Fabian J. Alvarez

 

Geranios raros. La naturaleza y el hombre compiten en su creación; y si la primera vence, y por varios cuerpos, con el Pelargonium bowkeri, con pétalos desflecados que “pestañean” al viento, también los amantes de estas plantas se hacen honor.

El ‘Mini Czech’, por ejemplo, difundido sólo hace dos años por la Vernon Geranium Nursery, parece haber sido creado con infinita paciencia, por hobby, por un sacerdote checoslovaco. No más alto que 25 cm, entrelaza, como en una danza, los increíbles pétalos estilizados, dobles pero sutiles, de un bello rojo oscuro.

Pertenece a los “Cactus”, geranios la mayoría de las veces el doble de grandes, con pétalos similares a espinas, a menudo rizados arriba, y replegados a los lados para parecer más estrechos.

La pobreza de la corola es casi siempre compensada por formas semidobles (con 6-9 pétalos en lugar de 5) o dobles (con 10 o más pétalos), y la hoja revela enseguida la pertenencia al grupo de los zonales.

Los colores pueden ser muy variados, del blanco nieve, como en el Noel, al rosa, coral, escarlata, carmesí o magenta, con difuminados en degradé, rayas y manchas. Los tallos florales, con umbelas cargadas de flores, son generalmente largos, y por lo tanto se prestan a ser cortados para “mini bouquet” o centros de mesa originales.

En la historia de los geranios raros, los “Cactus” siguen de cerca a los “Rosebud”, célebres cultivares con “capullo de rosa” de gran moda en la época victoriana.

Además de ampliar la gama de colores, de hecho, los primeros hibridadores se esforzaron, como en la domesticación de la rosa, en aumentar los pétalos. Y nacieron así flores medias o pequeñas, pero obesas, que no pudiendo abrirse completamente, disponían los pétalos en varios planos, como las rosas.

Además de los colores clásicos, este grupo ostenta a menudo formas manchadas y pétalos bicolores, como el ‘Cherry blossom’, una variedad de pequeña talla, con pétalos relativamente grandes, bien dispuestos, y un reborde rojo que sotolinea la espacialidad.

Bien más recientes son los “Stellars”, o “geranios estrellados”, nacidos en Australia por obra de Ted Both, un aficionado de Sydney. Llamados también “Staphs” o «Both’s Staphs», se pensaba que derivaban del cruce del Pelargonium hortorum con el Pelargonium staphysagroides, llegaron a Europa en 1966.

El nombre moderno de “Estrellados”, no proviene de las flores, sino de las hojas en forma de estrella, enfatizadas casi siempre en el centro por una mancha zonal muy oscura. Las flores, medias o grandes, con los pétalos superiores profundamente recortados y en punta, a modo de horca de labrador, y los inferiores con los bordes recortados en forma de cuña, aparecen reunidos en ricas inflorescencias, con hasta más de 20 corolas, y ofrecen todas las posibles gamas de colores, del blanco al rosa, al naranja, al rojo, hasta al púrpura oscuro.

No son raros los pétalos sombreados, tono por tono, y aquellos manchados, o cambiantes, como el ‘Shalimar’, con flores rojo-magenta cuando en pimpollo, que luego esfuman al rosado.

Fácilmente hallados en los Garden Center, los Stellar ostentan hoy un centenar de cultivares, con flores semidobles o dobles, y formas enanas. Su gran éxito es debido al hecho de que, además de por esqueje, se pueden reproducir fácilmente por semilla.

Mucho más raros, los «Five Fingered», o “geranios con cinco dedos”, cuentan al máximo con una decena de variedades, con pétalos semidobles o dobles, a menudo delicados, dispuestos radialmente para crear una copa ancha.

Del color original rojo coral, como el ‘Red Witch’, han nacido variedades salmón y manchadas, y las selecciones están sólo en los inicios.

La historia de su nombre esta entre las más tempestuosas. En un primer momento fueron bautizados como ‘Formosum‘ por Milton Arndt, el estadounidense que los había descubierto de casualidad en el patio de un albergue en México, donde se decía que provenían de Formosa. Luego le objetaron que “formosum” era un nombre latino, usado frecuentemente para designar especies, y para evitar equívocos, otro estadounidense, Holmes Miller, propuso el de “Finger Flowered”, es decir “con flores en forma de dedos”. Hoy se prefiere hablar de “Five fingered”, en referencia a las hojas con cinco grandes lóbulos similares a los dedos de una mano.

También el muy conocido grupo de los “geranios de hiedra” ofrece rarezas, con cultivares como el ‘Pink Carnation’ de corolas bicolores similares a claveles; y los “geranios de pensamiento”, en un tiempo en flor sólo en primavera, con pétalos simples, son a menudo reflorescentes con corolas de 5-7 cm de diámetro, semi dobles, similares, como en el ‘Burgundy’, a orquídeas o azaleas.

La última novedad, nacida en USA e introducida en Europa en el último decenio se comercializa como “Tulip-flowered”, es decir “geranios tulipanes”, con flores semidobles que se abren sólo en parte, dando como en el célebre  ‘Pink Pandora’ la impresión de muchos pequeños tulipanes.

No obstante este carácter no está aun “fijado”, y en cultivo puede suceder que una rama “degenere”, dando origen a flores normales. Basta sin embargo quitar la parte “enloquecida”, y todo vuelve en general a la normalidad.

Entre las “rarezas”, bien codificadas y puestas a prueba por milenios de evolución, debemos naturalmente añadir las especies botánicas. Plantas como el Pelargonium stenopetalum, de altura hasta 60 cm con pétalos insólitamente delgados, el Pelargonium moniliforme, auténtica “joya amarilla”, y el Pelargonium tricolor, conocido un tiempo como Pelargonium violaceum, no mayor de 30 cm, con flores similares a violetas.

El gran campeón, el Pelargonium bowkeri, contrariamente a lo que se cree, es de cultivo muy fácil. Alcanza como máximo los 40 cm de altura y se contenta con una maceta con medio arenoso, húmedo, pero no mucho, en el período vegetativo. En invierno se debe suspender todo riego, porque la planta entra en reposo y se refugia bajo tierra como un tubérculo.

Ha sido recientemente descubierto en Sudáfrica otro “geranio raro”, no todavía bautizado, que publicamos por el momento, a título de primicia, como Pelargonium sp. Proviene de la colección del prof. Van Der Walt de la Universidad de Stellenbosch, autor de los célebres tres volúmenes PELARGONIUMS OF SOUTHERN AFRICA, y presenta una extraña inflorescencia de umbela plana, con pequeñas corolas tubulares. Materia prima para los estudiosos y los aficionados que nos brindarán, podemos apostarlo, varios híbridos famosos.

 

GARDENIA – 1991

 

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