Garrulus glandarius

Familia : Corvidae

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Texto © Dr. Gianfranco Colombo

 


Traducción en español por el Prof. Juan Carlos Fernández-Ordóñez

 

Ave paleártica, con una treintena de subespecies, el arrendajo (Garrulus glandarius) es un cuervo vestido de fiesta con una predilección por las bellotas.

Ave paleártica, con una treintena de subespecies, el arrendajo (Garrulus glandarius) es un cuervo vestido de fiesta con una predilección por las bellotas © Phil Winter

Entre los córvidos, el arrendajo es sin duda una de las especies con el plumaje más vivo y el comportamiento más brioso, pero también la de carácter más tímido y reservado. Esto no quiere decir que sean estas dos características las que lo distinguen en sentido positivo de todos sus congéneres paleárticos, que suelen lucir una librea negra o negruzca e incluso mostrarse prepotentes y prevaricadores en su comportamiento hacia otras aves.

Sabemos que muchos de los miembros de esta familia son necrófagos, y que algunas especies incluso se especializan en esta actividad, por lo que ¡ni siquiera el arrendajo desdeña comer carroña de animales muertos!

Muchos de los córvidos son agresivos y voraces, atacan y roban nidos y polluelos de aves más pequeñas e indefensas para alimentar a sus polluelos, pero el arrendajo también realiza esta actividad con regularidad, ¡sin ningún reparo!

Como todos los córvidos, prepotentes y oportunistas, Garrulus glandarius no tienen buen carácter y se pelean hasta por una bellota.

Como todos los córvidos, prepotentes y oportunistas, no tienen buen carácter y se pelean hasta por una bellota © Phil Winter

Los córvidos muestran una vileza innata, haciendo alarde de su fuerza física incluso con aves y animales mucho más grandes y temibles que ellos, atacando a sus crías, matándolas cuando se presenta la ocasión y alimentándose después de ellas, como si fueran aves de rapiña, ¡pero el arrendajo también actúa de la misma manera, consiguiendo el mismo resultado!

Por lo tanto, es razonable pensar que, incluso en este caso, no es el hábito lo que hace al monje, sino que, más que una bella librea, es un disfraz para hacer menos trágicas las macabras operaciones mencionadas. Es la naturaleza la que rige estos mecanismos y nosotros los humanos sólo podemos constatar la evidencia y poco más.

A decir verdad, el comportamiento tímido y arisco del arrendajo no mitiga en lo más mínimo su instintiva ferocidad hacia otras especies inferiores, y no faltan ocasiones para comprobarlo en muchas ocasiones.

Luego, egoísta como es, incluso con la barriga llena, Garrulus glandarius vuela a esconderla bajo tierra para cuando pueda necesitarla.

Luego, egoísta como es, incluso con la barriga llena, vuela a esconderla bajo tierra para cuando pueda necesitarla © David Smith

Véalo en los comederos de invierno: ¡la llegada del arrendajo es más temida que la del propio gavilán! Comienza a gritar desde lejos, haciendo que los pajarillos presentes huyan a todos los rincones; el gavilán (Accipiter nisus), aunque es extremadamente peligroso y mortal en sus resultados, lo hace en silencio, penetrando la cortina de serenidad que rodea estas perchas invernales durante unos segundos, y luego desaparece en el aire con su víctima sacrificial.

Observe en los jardines de Europa y verá que muchos pajarillos no consiguen completar sus nidos debido a la infatigable labor tanto del arrendajo como, más aún, de la urraca (Pica pica), ambos especializados en estas operaciones domésticas al aire libre, porque también ellos están ahora son urbanitas. La urraca lo hace mostrándose descaradamente a todo el mundo, el arrendajo lo hace de forma reservada pero implacable, pero afortunadamente sólo durante su periodo de nidificación.

Y pensar que Garrulus glandarius parece tan amable y gentil, pero el hábito no hace al monje.

Y pensar que parece tan amable y gentil, pero el hábito no hace al monje © Bernard Fabbro

Así pues, no tiene sentido intentar disculpar su comportamiento basándose en la belleza de su plumaje: es un cuervo, un cuervito simpático y amable, pero bajo su librea tranquilizadora se esconde un cruel asesino.

Sin embargo, el arrendajo, como sus nombres comunes en italiano (Ghiandaia, que podría traducirse como “bellotero”) y en francés (Geai des chênes, “gayo de los robles”) indican que está especializado en una actividad mucho más amplia e inofensiva que las anteriores, y muy a menudo resulta ser un promotor inconsciente de una actividad beneficiosa para la naturaleza que hace perdonarle en parte las fechorías que acabamos de mencionar.

No se sabe exactamente cuántas bellotas recolecta un arrendajo durante el otoño y cuántas entierra para constituir su reserva invernal.

Pasa días enteros recogiéndolas bajo las encinas y robles o directamente de las ramas, metiéndose numerosas en la garganta, para luego transportarlas lejos y esconderlas en las grietas de los árboles, bajo las piedras, entre las hojas de la maleza, enterrándolas por todas partes, listas para ser recuperadas y comidas durante la mala estación, pero, como es lógico, muchas quedan olvidadas.

Se trata de la mejor manera para regenerar el bosque, dando vida a nuevas plántulas que pueden colonizar nuevos lugares, a menudo lejos de la planta madre.

El arrendajo, Garrulus glandarius (Linnaeus, 1758), pertenece al orden de los Passeriformes y a la familia Corvidae, una agrupación que incluye aves repartidas por todos los continentes y con un número considerable y variado de especies.

La etimología del nombre científico pone de relieve dos peculiaridades de esta especie, ya destacadas anteriormente: Garrulus de la palabra latina del mismo nombre con el significado de gárrulo, charlatán, impertinente, debido a su continuo parloteo, y glandarius de ‘glans‘, bellota.

Los nombres internacionales tienen diversos orígenes que hacen múltiples referencias a las bellotas, los robles y su alegría: en italiano por ejemplo Ghiandaia, en inglés, Eurasian Jay, en alemán Eichelhäher, en francés Geai des chênes, en catalán Gaig y en portugués Gaio comum.

En los dialectos locales italianos encontramos Gagia, Gaza rabosa, Gianda, Gaggia brusca, Badàscule, Glant, Gnandolla, Ghiaia y muchos otros.

Zoogeografía

Le encanta tomar el sol con las alas abiertas. Esto lo hacen muchas aves, que a menudo lo asocian con el "baño de hormigas" para cuidar su plumaje, pero él lo practica obstinadamente, destrozando el hormiguero con sus patas mientras se cubre de hormigas que lo libran de las picaduras de los ácaros con chorros de ácido fórmico.

Le encanta tomar el sol con las alas abiertas. Esto lo hacen muchas aves, que a menudo lo asocian con el «baño de hormigas» para cuidar su plumaje, pero él lo practica obstinadamente, altivo, destrozando el hormiguero con sus patas mientras se cubre de hormigas que lo libran de las picaduras de los ácaros con chorros de ácido fórmico © Eero Kiuru

El arrendajo es una especie paleártica que ocupa un territorio muy extenso que incluye toda Europa, con la exclusión de Islandia, el extremo norte de la península escandinava y el extremo suroccidental de la península Ibérica. Está presente en Anatolia hasta el mar Caspio y el golfo Pérsico, y con una franja ininterrumpida que discurre al norte del mar Negro, atravesando Siberia, hasta alcanzar las costas del océano Pacífico en torno al paralelo 55, para descender después hacia el sur y ocupar por completo el sur de China y la península indo-malaya. También está presente en Japón y a lo largo de toda la cadena del Himalaya. En África está presente en las zonas montañosas de Marruecos y Argelia.

El arrendajo es, en la mayor parte de su área de distribución, una especie residente que nunca abandona su lugar de nidificación, aunque esté sometida a situaciones desfavorables durante el invierno.

Al final las pobres hormigas ya no son necesarias y las últimas se ahogan con un refrescante baño.

Al final las pobres hormigas ya no son necesarias y las últimas se ahogan con un refrescante baño © Leoncio Hernández Rodríguez

Sin embargo, en algunas zonas de extrema rigurosidad invernal o sometidas accidentalmente a un deterioro atmosférico importante, puede producirse un desplazamiento irregular parcial y breve hacia lugares más adecuados o más bajos, en el caso de los hábitats de montaña, aunque suele preferir permanecer in situ, aprovechando las reservas de alimento que se han preparado adecuadamente durante el otoño, antes que desplazarse a nuevos territorios sin reservas alimentarias.

Ecología y hábitat

El entorno ideal de los arrendajos es el bosque caducifolio o incluso el bosque mixto de coníferas, pero con predominio de especies que producen apetitosas bellotas y semillas.

El nido de Garrulus glandarius, situado a una altura de entre 2 y 10 m, está formado por una maraña de ramitas. Los padres incuban sucesivamente los 4-6 huevos.

El nido, situado a una altura de entre 2 y 10 m, está formado por una maraña de ramitas. Ponen de cuatro a siete huevos de color azul grisáceo, finamente moteados de rojizo, que son bastante pequeños en comparación con el tamaño del ave y son incubados durante unos 18 días, alternativamente por ambos miembros de la pareja © Museo Civico di Lentate su Seveso

Un sotobosque abierto donde sea fácil moverse y revolotear en su interior, permaneciendo al mismo tiempo a cubierto de las copas de los árboles.

En el norte de sus territorios no desdeña habitar pinares puros, como en el sur las maquias mediterráneas, demostrando un fuerte espíritu de adaptación.

Confirmando su reticencia, el arrendajo es un ave más bien solitaria y sólo ocasionalmente, en el periodo posterior a la nidificación, pueden observarse bandos de unos pocos individuos merodeando ruidosamente por bosques y matorrales, probablemente formados por familias numerosas.

Durante este periodo, también pueden abandonar sus hábitats boscosos para adentrarse en campos cultivados, huertos, grandes jardines urbanos, sotobosques de zarzas y alrededor de pequeños asentamientos rurales. Para estos desplazamientos territoriales es esencial una cubierta arbórea más o menos extensa, con un sotobosque arbustivo bastante denso y árboles de cierta estatura.

Es interesante observar que al arrendajo, a diferencia de la urraca, le gusta revolotear a mayor altura y se le ve a menudo atravesando claros de bosques, carreteras o zonas urbanizadas, erguido en lo alto del cielo, demostrando cierto temor a los espacios no arbolados de abajo.

Morfofisiología

El arrendajo es un pequeño córvido de 35 cm de longitud, con un peso de hasta 200 g y una envergadura de unos 55 cm.

Un rasgo distintivo de esta bella ave es la franja de las coberteras alares de color azul brillante, atravesada por estrechas y elegantes líneas negras que forman un delicado dibujo a cuadros, visible desde lejos donde se observe. También en el ala hay otra franja muy blanca, intercalada con dos negras, que sumadas a la azul anterior crean un magnífico contraste cuando las alas están desplegadas. La rabadilla también es blanca, bordeada por una cola bien alargada, muy negra y con reflejos azulados. El cuerpo, en cambio, es enteramente de color beige rosado, con matices que tienden al burdeos, quizá único entre las aves paleárticas tanto por su tono como por su amplitud.

Otra peculiaridad es la cabeza, más bien cuadrada y maciza, con grandes mostachos negros que descienden desde el pico hasta el cuello a lo largo de varios centímetros, un pico fuerte, robusto, de córvido, también negro, y ojos con iris gris azulado y gran pupila negra. Garganta y frente blancas. En la cabeza hay plumas cortas que pueden levantarse cuando el individuo está excitado o en presencia de peligro.

Las alimentan durante unas cuatro semanas hasta que abandonan el nido.

Las alimentan durante unas cuatro semanas hasta que abandonan el nido © Vitor Gonçalves

Patas de color carne rosáceo tendiendo a gris, con dedos fuertemente ganchudos.

No existe dimorfismo entre los sexos e incluso los jóvenes no muestran inmediatamente un plumaje tan diferente del de los adultos.

El arrendajo cuenta con infinidad de subespecies repartidas por su vasta área de distribución, a menudo propias de lugares aislados, zonas remotas o diferentes tonalidades de color.

En la actualidad, se han reconocido oficialmente más de treinta, pero es evidente que con los estudios filogenéticos en curso se podrán añadir nuevas subespecies a esta interminable lista.

Tan grande es la variedad que sólo en Europa hay al menos doce, incluidas algunas muy localizadas, como Garrulus glandarius corsicanus para Córcega, Garrulus glandarius ichnusae para Cerdeña y Garrulus glandarius albipectus para Sicilia y la península italiana.

Para la zona de los Balcanes: Garrulus glandarius graecus, Garrulus glandarius ferdinandi, Garrulus glandarius cretorum, Garrulus glandarius samios, Garrulus glandarius glaszneri.

Para el norte de Europa Garrulus glandarius hibernicus, Garrulus glandarius rufitergum, Garrulus glandarius glandarius y para la Península Ibérica Garrulus glandarius fasciatus.

Le siguen tres para el norte de África, cuatro para Oriente Próximo y una quincena repartidas por el continente asiático, incluidas tres sólo para Birmania.

Etología y biología reproductiva

Una característica muy llamativa de esta ave son las increíbles vocalizaciones que puede expresar en las ocasiones más diversas.

Puede emitir el grito del ratonero cuando quiere intimidar a las rapaces, pero también imita el del milano negro, puede gorjear imitando a los túrdidos, puede silbar como una marmota, puede maullar como un gato, gluglutear como un pavo, ulular como un cárabo, llorar como un niño, por lo que no hay sonido o canto que no pueda o no intente imitar.

Necesitan muchas proteínas para crecer y el arrendajo ataca sin piedad a los pequeños vertebrados y a los pobres polluelos de los alrededores, como este carbonero común.

Necesitan muchas proteínas para crecer y el arrendajo ataca sin piedad a los pequeños vertebrados y a los pobres polluelos de los alrededores, como este carbonero común © Rafal Nalepa

En la normalidad, sin embargo, su canto es un parloteo apagado, un conjunto farragoso y descoordinado de sollozos y graznidos sin la menor melodía, intercalados con un típico craak craak de cuervo, para no olvidar que pertenece a la misma familia. La pareja es muy fiel y probablemente monógama durante muchas temporadas, por lo que cohabita durante todo el año dentro de los pequeños grupos que se observan ocasionalmente.

En primavera, tras un breve periodo de cortejo, la pareja se retira a lo más espeso de su territorio y juntos construyen un nido, consistente en una plataforma de pequeñas ramitas, hierba y corteza sobre la que se moldea una copa bastante profunda, ablandada por grandes raicillas entrelazadas. Puede colocarse a alturas que oscilan entre los dos y los diez metros.

Incluso cuando crecen, las crías de Garrulus glandarius suelen mendigar comida a sus padres. Esta cría, a la derecha, sigue pidiendo alimento.

Incluso cuando crecen, las crías suelen mendigar comida a sus padres. Esta cría, a la derecha, sigue pidiendo alimento © Michel Roesink

Ponen de cuatro a siete huevos de color azul grisáceo, finamente moteados de rojizo, que son bastante pequeños en comparación con el tamaño del ave y son incubados durante unos 18 días, alternativamente por ambos miembros de la pareja. Los polluelos permanecen en el nido al menos cuatro semanas antes de volar, tiempo durante el cual ambos padres se ocupan de su crecimiento.

Es un ave bastante susceptible e instintiva, hasta el punto de que abandonará a su cría sin demora, aunque sólo sea por pasar por las inmediaciones del nido.

El arrendajo, como todos los córvidos, es una especie prácticamente omnívora que basa su dieta en la oportunidad. Es en gran medida carnívoro, sobre todo durante la época de crecimiento de sus crías, pero continúa siéndolo durante todo el año, comiendo en ocasiones también pequeños roedores, reptiles y, como hábil saqueador, huevos y nidos ajenos.

El otoño avanza: es el mejor momento para recoger bellotas y encontrar el lugar adecuado para esconder las provisiones de invierno.

El otoño avanza: es el mejor momento para recoger bellotas y encontrar el lugar adecuado para esconder las provisiones de invierno © David Smith

También come larvas e insectos, incluidas las orugas de la polilla procesionaria, restos de la actividad humana y cualquier otro producto comestible que encuentre en su deambular. Semillas y frutos no le faltan en la estación apropiada, prefiriendo bellotas y hayucos, nueces y castañas, avellanas y muchos tipos de bayas, pero también manzanas, higos y caquis forman parte habitual de su dieta de otoño/invierno.

Una última anécdota sobre este simpático cuervo, confirmada por frecuentes observaciones del extraño comportamiento de esta ave.

Digamos en primer lugar que el arrendajo no es la única especie que practica el «baño de hormigas» para cuidar y mantener sano su plumaje, pero este pájaro parece que tiene realmente una fuerte pasión por esta actividad.

Así, cuando llega la nieve, no le falta comida. Recupera fácilmente provisiones escondidas y se traga alegremente una bellota.

Así, cuando llega la nieve, no le falta comida. Recupera fácilmente provisiones escondidas y se traga alegremente una bellota © Michael Hughes

Se posa sobre un hormiguero, lo mueve con sus patas, excitando a las hormigas que viven allí, y espera pacientemente a que cubran todo su cuerpo.

Se cree que las hormigas pueden emitir ácido fórmico sobre sus plumas para defenderse del intruso, o que incluso luchan y capturan a los ácaros que a menudo infestan las plumas de las aves, lo cierto es que el arrendajo se beneficia enormemente al mantener su plumaje sano y brillante.

Sinónimos

Corvus glandarius Linnaeus, 1758.

 

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