Cupressus sempervirens

Familia : Cupressaceae

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Texto © Eugenio Zanotti

 


Traducción en español por el Prof. José Campos

 

Cupressus sempervirens, Cupressaceae, ciprés común

La famosa avenida Bolgheri alabada por el poeta y escritor italiano Giosuè Carducci. Es el Cupressus sempervirens var. pyramidalis, hoy amenazado por una grave enfermedad fúngica causada por Seiridium (Coryneum) cardinale © Mazza

El género Cupressus, cuya taxonomía se ha revisado ocho veces en los últimos 80 años, comprende actualmente veinticinco especies de plantas perennifolias diseminadas por el área mediterránea, el Sahara, el noroeste de Estados Unidos y el centro de China. Cupréssus es el nombre latino del ciprés común (Cupressus sempervirens L. 1753) que deriva del griego «Kypárissos», a su vez de origen acadio (Mesopotamia, siglo III a. C.): «kapárru-isu»: árbol firme, robusto.

Según Ovidio (43 a. C. – 17 d. C.), Cipariso era sobrino de Hércules, favorito del dios Apolo, a quien le pidió morir porque durante una partida de caza había matado a un ciervo por error. Apolo, apiadado, lo transformó en un árbol nacido de las lágrimas del joven y la sangre del animal.

Otros autores asocian el nombre genérico con Kypros, Chipre, por la abundancia de cipreses en ese lugar en la antigüedad.

También es probable que derive de la palabra semítica «kóper», que significa resina.

El origen del nombre específico sempervirens es intuitivo: proviene del latín y significa siempre verde.

Es un árbol originario de Cirenaica, las islas del mar Egeo, Turquía e Irán, por lo tanto, de distribución mediterránea oriental (Euri-), pero gracias a su belleza, elegancia y calidad de la madera, y por lo tanto a su cultivo como adorno y para reforestación, se ha extendido ampliamente desde la antigüedad por todos los países circunmediterráneos, particularmente en Italia: especialmente en la península itálica en la Toscana, y Liguria, alrededor de los grandes lagos, en Sicilia, Cerdeña, Córcega e islas menores, desde el llano hasta 700-800 m de altitud, y que, a menudo junto con olivos y acebuches, confiere una gran belleza al paisaje.

El ilustre profesor Valerio Giacomini escribió al respecto: «…donde sea que se de esta armoniosa asociación del cultivo del olivo con el ciprés -en las antiguas villas de las colinas romanas, en las colinas de Umbría o alrededor del lago de Garda-, se repite una de las combinaciones más armoniosas de formas y colores que el hombre ha sabido realizar en nuestro paisaje urbanizado mediterráneo».

Cupressus sempervirens, Cupressaceae, ciprés común

Rama de ciprés joven con conos femeninos y masculinos en desarrollo. Es una especie longeva que puede superar los 2000 años y 35 m de altura, con virtudes medicinales. La madera fragante es resistente al agua y a las carcomas © Giuseppe Mazza

El ciprés es una conífera siempreverde con follaje oscuro y una copa muy densa, con una altura de hasta 20 m de media (pero puede alcanzar más de 35 m), de crecimiento lento y muy longevo (> 2000 años), de tronco recto con corteza gris ceniza, fibrosa y agrietada longitudinalmente; el porte es generalmente columnar y muy ramificado desde abajo.

Sistema radicular robusto, con muchas raíces principales que se extienden vertical y horizontalmente (en suelos muy compactos).

Ramas cilíndricas y ramitas, que no forman yemas, cubiertas por hojas escuamiformes minúsculas, opacas, aplanadas, obtusas en el ápice, de 1 mm, más o menos densamente imbricadas.

Conos masculinos aislados, terminales, formados por escamas fértiles (microsporofilos), amarillas, abundantemente poliníferos (polen de color salmón claro), de 3-5 x 2 mm; los femeninos son estróbilos ovoide-globosos, 2-3 (4) x 2- (2,5) cm, que se vuelven leñosos, formados por 8-14 escamas fértiles (macrosporofilos) coriáceas, irregularmente poligonales, obtusamente mucronadas, rugosas, con forma de escudo y sostenidas en el centro por pedúnculos (peltadas).

Al principio, las escamas de los gálbulos encajan estrechamente entre sí protegiendo así las semillas que se están desarrollando; luego, al madurar, se separan unas de otras permitiendo que las semillas maduras caigan. Los conos inmaduros (estróbilos o gálbulos) son lustrosos, de color verde, luego cuando maduran se vuelven de color gris amarillento o gris plomizo; producen, en el otoño del segundo año, de 8 a 20 semillas pequeñas (4 x 3 x 1 mm) por escama, de color rojo, aplanadas, tetragonales, con una cresta estrecha que actúa como ala, y se dispersan en enero-marzo del año siguiente. El período reproductor va de febrero a mayo y la polinización es anemófila.

El ciprés es una especie termófila, xerófila, medianamente heliófila, indiferente al sustrato y muy frugal. Las mejores zonas para su cultivo son las mediterráneas de los bosques de encinas (Quercus ilex) y las submediterráneas de los bosques de roble pubescente (Quercus pubescens) y otros árboles caducifolios termófilos.

Cupressus sempervirens, Cupressaceae, ciprés común

Los conos masculinos (microsporofilos) producen abundante polen de color salmón claro © Giuseppe Mazza

Se presenta en dos formas:

la var. fastigiata (o pyramidalis), conocida como «ciprés macho» (nombre incorrecto, ya que es una especie monoica), a menudo policórmica, con ramas erectas, cerca del tronco y copa densa, columnar y cónica, la más buscada para bordes de carreteras y perímetrales, así como para barreras cortavientos aptas para proteger los valiosos cultivos de cítricos, otros frutales y hortícolas.

la var. horizontalis o «ciprés hembra», probablemente ancestral, monocórmica, con ramas principales y secundarias extendidas formando una copa más ancha, se considera la forma natural y, gracias al único tronco menos nudoso y su crecimiento más rápido, es la que tiene mayor interés silvícola.

En Túnez se encuentra también la variedad numidica (considerada por algunos autores como una forma geográfica), conocida como ciprés de Numidia. Algunos cipreses del área mediterránea han superado los 6 metros de circunferencia en el tronco y la venerable edad de 800 años.

La madera de ciprés, que en el pasado fue especialmente elogiada por su duración, perfume y preciosa fibra, tiene una albura de color amarillo-marrón y un duramen ligeramente más oscuro, con tonos rosados ​​o rojizos; es compacta, sin canales resiníferos, de grano fino, dura e inalterable incluso en el agua; es muy apreciada para la fabricación de muebles, puertas, ventanas y brújulas navales de calidad; en particular, es demandada para fabricar arcones y armarios porque se pule muy bien y, sobre todo, porque su perfume aromático mantiene alejadas a las polillas y no es atacada por las carcomas. También es apreciada por los escultores, que, especialmente en la antigüedad, hacían estatuas dedicadas a las diferentes deidades y, especialmente en las residencias de los nobles de Oriente, los carpinteros la usaban para hacer techos. Tucídides de Atenas (alrededor de 460 a. C., después de 404 a. C.) relata que los guerreros que morían por la patria tenían derecho a ataúdes de ciprés; incluso los antiguos egipcios importaban troncos de ciprés para construir cajas para almacenar sus momias; muchas civilizaciones antiguas la usaron ampliamente en la construcción de barcos. Desde la antigüedad remota, este árbol austero era el clásico adorno de los cementerios; se decía que una vez cortado ya no podría volver a crecer, convirtiéndose así en el símbolo de la muerte, pero también su copa perenne y su madera incorruptible simbolizaban la eternidad del alma. Todos los autores latinos recuerdan insistentemente esta tradición, como Lucano, Ovidio y Virgilio. La decocción de madera de ciprés es un excelente pediluvio contra la transpiración fétida de los pies.

Una grave enfermedad fúngica causada por el hongo Seiridium (Coryneum) cardinale (un deuteromiceto) está diezmando los cipreses (chancro del ciprés); la lucha es bastante difícil. También se está trabajando en Italia con algunas estirpes para obtener clones (Bòlgheri y Florentia para la var. pyramidalis y Agrimed y Etruria para la var. horizontalis) que tienen una mayor resistencia a las criptógamas, algo que también se ha encontrado en una especie relicta, Cupressus dupreziana, de la que se han descubierto unas pocas docenas de viejos ejemplares en las montañas meridionales del Sahara argelino. Muy similar al ciprés común, del que se distingue por la disposición de las ramitas (en un solo plano) en lugar de en todas las direcciones.

Cupressus sempervirens, Cupressaceae, ciprés común

Los conos femeninos (macrosporofilos) se abren al madurar liberando las semillas © Giuseppe Mazza

El ciprés generalmente se propaga por semilla, pero se emplean injertos para la multiplicación de variedades de particular valor como ‘Cereiformis’, ‘Contorta’, ‘Fortuselli’, ‘Monstruosa’, ‘Pendula’, ‘Variegata’, etc.

En Europa se han introducido otras especies del género Cupressus, como Cupressus macrocarpa (ciprés de Monterrey), muy sensible al chancro del ciprés, nativo de América del Norte, Cupressus lusitanica (ciprés de Portugall), naturalizado desde hace tiempo en Portugal pero originario de México y Guatemala y Cupressus arizonica (ciprés de Arizona) del sur de los Estados Unidos y el norte de México, el más común en Europa. Cupressus sempervirens, a su vez, se ha naturalizado en América, y se ha extendido en el norte de India y China.

La civilización asiria-babilónica ya conocía las propiedades del aceite balsámico extraído de gálbulos y hojas verdes (Cupressi aetheroleum o aceite esencial de ciprés), como lo demuestran las inscripciones descubiertas de esos pueblos. El rendimiento varía del 0,2 al 0,6%; contiene alrededor de veinte compuestos que incluyen principalmente alfa-pineno, careno, sabineno, canfeno, mirceno, cedrol, limoneno, silvestrol, terpinoleno, cimol, cadineno, furfural, ácido valeriánico, además de alcanfor; en los gálbulos también hay taninos catéquicos, sustancias mucilaginosas y pécticas. Este actúa modificando la circulación venosa como angiotónico y descongestionante variando el tono de los capilares, lo que aumenta el «vis a tergo» (gradiente de presión remanente arterio-capilar) y previene la estasis venosa.

Por el aroma fresco y balsámico, alcanforado-resinoso, el aceite esencial de ciprés también se usa ampliamente en la industria de los perfumes y en los desodorantes. En fitoterapia, se preparan extractos que se usan como astringentes y vasoconstrictores en casos de metrorragia postmenopáusica o, localmente, para uso interno (tintura y extracto fluido) y externo (extracto blando), en el tratamiento de hemorroides y varices. El aceite esencial está indicado para inhalaciones (fomentos) contra la tosferina. Los gálbulos tienen también propiedades tónicas de la vejiga, antidiarreicas, antihemorrágicas, antisépticas y antiespasmódicas (tosferina), además de ser activos contra la hipertrofia benigna de la próstata y en la incontinencia urinaria.

Sinónimos:Cupressus foemina Garsault (1764); Cupressus mas Garsault (1764); Cupressus horizontalis Mill. (1768); Cupressus sempervirens var. stricta Aiton (1789); Cupressus lugubris Salisb. (1796); Cupressus patula Pers. (1807); Cupressus pyramidalis O.Targ.Tozz. (1810); Cupressus fastigiata DC. (1815); Cupressus conoidea Spadoni (1826); Cupressus sempervirens var. horizontalis (Mill.) Loudon (1830); Cupressus expansa Targ.Tozz. ex Steud. (1840); Cupressus horizontalis var. pendula Endl. (1847); Cupressus roylei Carrière (1855); Cupressus tounefortii Audib. ex Carrière (1855); Juniperus whitleyana Miq. (1857); Cupressus stricta Mill. ex Gordon (1858); Cupressus thujifolia Knight ex Gordon (1858); Cupressus globulifera Parl. (1860); Cupressus sphaerocarpa Parl. (1860); Cupressus umbilicata Parl. (1860); Cupressus thujiformis Parker ex Gordon (1862); Cupressus thujioides H.Low ex Gordon (1862); Cupressus sempervirens var. globulifera Parl. (1868); Cupressus sempervirens var. sphaerocarps (Parl.) Parl. (1868); Cupressus sempervirens var. umbilicata (Parl.) Parl. (1868); Chamaecyparis thujiformis R.Sm. ex Gordon (1875); Cupressus sempervirens var. pyramidalis (O.Targ.Tozz.) Nyman (1882); Cupressus orientalis Beissn. (1891); Cupressus sempervirens fo. horizontalis (Mill.) Voss (1895); Cupressus horizontalis (Mill.) Voss (1907); Cupressus sempervirens fo. numidica Trab. (1913); Cupressus sempervirens subsp. horizontalis (Mill.) A.Camus (1914); Cupressus sempervirens var. pendula (Endl.) A.Camus (1914); Cupressus mariae Sennen (1928); Cupressus sempervirens fo. stricta (Aiton) Rehder (1949); Cupressus sempervirens var. atlantica (Gaussen) Silba (1981); Cupressus sempervirens var. dupreziana (A.Camus) Silba (1981).

 

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