Cuculus canorus

Familia : Cuculidae

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Texto © Dr. Gianfranco Colombo

 


Traducción en español por la Dra Cristina Valcuende

 

Es primavera. Ha llegado el cuco (Cuculus canorus).

Es primavera. Ha llegado el cuco (Cuculus canorus) © Gianfranco Colombo

El Cuco común (Cuculus canorus Linnaeus, 1758), pertenece al orden de los Cuculiformes y a la familia de los Cuculidae y es una de las pocas aves europeas que es parásita de otras especies. .

Posee dos características que lo han introducido a lo largo de milenios en la historia de las civilizaciones con las que ha entrado en contacto, y a las que aún permanece vinculado con motivaciones diferentes, más actualizadas y elaboradas.

Presente en todo el mundo, Cuculus canorus pasa el verano en el hemisferio boreal y el resto del año en el austral.

Presente en todo el mundo, pasa el verano en el hemisferio boreal y el resto del año en el austral © Gianfranco Colombo

Cuculus canorus es el arquetipo del reloj, de la medición del tiempo, de la alternancia de las estaciones, de el anuncio del inicio de las actividades agrícolas, del despertar del letargo invernal.

Es al mismo tiempo la identificación del subterfugio, de la malicia, del parasitismo, puesto que ésta es la característica que la distingue de cualquier otra ave.

Cuando Cuculus canorus llega a Europa para la nidificacion, la primera preocupación del macho es encontrar pareja.

Cuando llega a Europa para la nidificacion, la primera preocupación del macho es encontrar pareja © Gianfranco Colombo

No hay muchas especies de aves que se hayan vuelto tan familiares y vinculadas a los humanos como el Cuco. Su existencia estaba profundamente conectada con el ser humano y estaba indisolublemente ligada a su vida y su cultura.

Se puede concluir sin lugar a dudas que el Cuco, junto con la Golondrina (Hirundo rustica) y el Gorrión (Passer domesticus), ha unido su existencia firmemente a la del hombre.

Cuculus canorus se le hincha la garganta y canta. Es la señal para los compatriotas de que el invierno ha terminado y que tienen trabajo por delante.

Se le hincha la garganta y canta. Es la señal para los compatriotas de que el invierno ha terminado y que tienen trabajo por delante © Gianfranco Colombo

Todas las poblaciones del planeta conocen y conviven con estas aves, dan una interpretación humana a sus comportamientos, las juzgan en función de sus necesidades, a veces dan justificaciones más acordes con su punto de vista que con la realidad, le atribuyen los crímenes más extraños o los méritos más codiciados, manejándolas inconscientemente en su propio beneficio.

Una observación atenta de los informes y de las interpretaciones sobre el comportamiento del Cuco común dadas por las diversas poblaciones con las que esta ave tiene contactos, pone  en evidencia discrepancias a veces incomprensibles.

El típico cucù cucù lo emite únicamente el macho enamorado o para defender el territorio.

El típico cucù cucù lo emite únicamente el macho enamorado o para defender el territorio © Gianfranco Colombo

Todos los nombres vulgares europeos dados al Cuco, son onomatopéyicos, y reflejan por lo tanto el canto típico de este pájaro.

También la gran mayoría de los nombres dados por las poblaciones de Asia Central e incluso por los japoneses, cuya lengua está tan alejada de los demás idiomas del continente, siguen este esquema.

Por el contrario, no hay un solo nombre común africano o del sudeste asiático o de Oceanía que repita el sonido.

Prácticamente, es conocido por todo el mundo en el hemisferio boreal mientras que es absolutamente desconocido en el austral.

De hecho, si se le pregunta a un africano cuál es el canto de este pájaro, no podrá responder porque allí nuestro Cuco común es totalmente mudo.

En África el Cuco común no tiene ninguna característica tal que lo distinga de los demás pájaros, es más, casi no lo conocen en absoluto, ya que lo confunden con algunos congéneres que no tienen ni siquiera un canto significativo o bien diferenciado.

Escuchar el dulce, cálido y rítmico cucù, cucù, cucù, en nuestros países, todavía frescos y casi desnudos de la primavera temprana, calienta el alma y nos da un profundo alivio, ya que significa haber sobrevivido al frío invierno y estar listos para vivir otra estación.

¡Así debían sentir nuestros antepasados ​​hace miles de años!

Su canto era considerado adivinatorio , capaz de predecir la buena y la mala fortuna. Es entonces cuando empiezan a crearse proverbios y leyendas siempre relacionados con la sincronía de su llegada.

“Cuando el cuco canta hay cosas que hacer para todos”, se decía refiriéndose a los trabajos en los campos. “A principios de abril debe venir el cuco, si no está para el día siete o el día ocho se perdió o falleció”, “El cuco viene en abril, y se queda todo el mes de mayo, canta una canción en pleno verano, y luego se va. ¡Llega agosto, vámonos! Y si llega septiembre y todavía está allí, será una sorpresa tal que hasta el hombre más viejo lo recordará”.

La hembra de Cuculus canorus responde entonces a esta canción con gorjeos y chillidos.

La hembra responde entonces a esta canción con gorjeos y chillidos © Gianfranco Colombo

Las niñas contaban el número de veces que emitía su canto, imaginando que corresponderían a los años que faltaban para el día de su boda.

Por el contrario, los mayores pensaban que ese número representaba el número de años que les quedaban de vida.

En el sur de Italia se decía “Cuccu cuccu di Luritu, quant’anni ci vonnu mo mi maritu?” (¿Cuco, cuántos años faltan para mi matrimonio?) y más al norte, en Romania, se repetía con “Bel cuculo d’aprile, quanti anni ho prima di morire?” (¿Bonito Cuco de abril, cuántos años faltan para que muera?).

“Cuando el Cuco canta todos duermen” repitiendo el chiste de “Abril, dulce sueño”.

Cuando se oía por primera vez en primavera, había que estar en situaciones ideales, de lo contrario el buen augurio se volvía malo.

Si al cantar se llevaban monedas en los bolsillos, eso significaba riqueza y prosperidad futura, si no, sólo predecía miseria.

Verlo beber en un charco representaba el peor presagio posible y conducía a la miseria más atroz.

En Escocia decían que oír al Cuco paseando por el campo era de buen augurio, pero por el contrario, era de mal augurio si se oía antes del desayuno. En Suecia decían que el futuro estaba marcado por el punto cardinal de donde venía el canto.

Desde el norte indicaba, sufrimientos, desde el sur el fin de un acontecimiento, desde el este, consuelo y desde el oeste, suerte.

En Gales era de buen augurio oír su canto con los pies sobre la hierba o entre las hojas verdes, mientras que si se permanecía en un suelo desnudo y árido no se habría vivido lo suficiente para oírlo al año siguiente. Además, en Gales todavía existe una rima, a menudo repetida por los niños, que dice: cuando el Cuco llega con los árboles todavía desnudos, vende la vaca y compra el trigo, pero cuando llega en plena floración, vende el trigo y compra una oveja.

Antiguamente, en Alemania, era tal la consideración sobre su puntualidad que tomaban como referencia su primera canción como fecha para la liberación de las tierras agrícolas.

Cuculus canorus en vuelo se parece mucho al Gavilán, el terror de los pájaros.

El Cuco en vuelo se parece mucho al Gavilán, el terror de los pájaros © Gianfranco Colombo

Para terminar con algunas anécdotas, recordamos un dicho boloñés que se explica por sí solo y que se aplicaría exactamente a muchos engreídos: ¡Es como un “cuco, sólo voz y plumas!”.

Tal vez sea inadecuado y no esté bien relacionarlo con el viejo “viejo como el cuco”, más referido al prebíblico Habacuc que a nuestro Cuco.

Todavía es posible pensar que pudo haber sido utilizado para indicar  la constancia de su llegada, que está tan consolidada que parece antigua, arcaica, tal vez eterna.

El cine también ha tocado el tema con la película “Alguien voló sobre el nido del cuco”, pero la referencia fue puramente casual y en absoluto se refería a nuestro pequeño pájaro, ya que se basó solo en el juego de palabras que proviene de la jerga local estadounidense “cuckoo’s nest”, el hospital psiquiátrico.

Finalmente, aquí hay algunas citas un tanto extrañas dadas a este pájaro.

El término inglés “cuckold” = ser infiel o el francés “cocu” = cornudo, o el italiano “fare il cuculo” = cortejar a la mujer ajena, o “cuccare” = picotear a la mujer del vecino, provienen justamente del comportamiento reproductivo de este pájaro.

Bello e indicativo es el dicho friulano todavía en uso y probablemente ni siquiera entendido en su sentido más profundo. Cuando un hombre, al casarse, va a vivir a casa de su esposa, se dice “lè zuud cuc” = ha hecho el cuco.

En conclusión, un pájaro amado y detestado según los momentos en que se lo encuentra, de buen o mal augurio cuando nos conviene a los humanos pero en definitiva, es quizás el único pájaro que cuando falta el canto natural, lo inventamos e incluso lo llevamos a casa, colgándolo en una pared disfrazada de reloj, que emite, cada hora, su extraño ¡cucù cucù!

La hembra lo sabe bien y tras la boda observa atentamente los nidos de las especies que podrían alimentar a sus crías. Observa cuándo ponen y luego las ahuyenta, con un rápido vuelo de Halcón, para echar sigilosamente su huevo en el momento adecuado. Es imprescindible que eclosione el primero después de unos 12 días de incubación.

La hembra lo sabe bien y tras la boda observa atentamente los nidos de las especies que podrían alimentar a sus crías. Observa cuándo ponen y luego las ahuyenta, con un rápido vuelo de Halcón, para echar sigilosamente su huevo en el momento adecuado. Es imprescindible que eclosione el primero después de unos 12 días de incubación © Gianfranco Colombo

La etimología del nombre científico no necesita explicaciones profundas. Cuculus es una palabra onomatopéyica latinizada de su canto y canorus por su melodiosidad.

Algunos nombres vulgares europeos: en alemán, Kuckuck; en inglés, Common cuckoo; en español, Cuco comùn; en francés, Coucou gris; en holandés, Koekoek; en ruso, Kukushka; en japonés Kakkou y en italiano Cuculo.

Hay alrededor de cien especies parasitadas de Cuculus canorus. Aquí, de arriba a abajo, nidos de Acrocephalus scirpaceus, Phoenicurus phoenicurus y Acrocephalus arundinaceus. Las diferencias evidentes en el color de los huevos no crean problemas.

Hay alrededor de cien especies parasitadas de Cuculus canorus. Aquí, de arriba a abajo, nidos de Acrocephalus scirpaceus, Phoenicurus phoenicurus y Acrocephalus arundinaceus. Las diferencias evidentes en el color de los huevos no crean problemas © Museo Cívico de Lentate sul Seveso

Zoogeografia 

Cuculus canorus vive en todos los continentes excepto en América donde es raro y ocasional y durante sus largas migraciones toca inevitablemente todas las tierras emergidas, exceptuando los territorios polares extremos.

Pasa el verano en el hemisferio norte y el resto del año en el hemisferio sur

Hemos hablado de su puntualidad muy similar a la de la Golondrina aunque su llegada se retrasa unos 10 días para las zonas templadas y  20 para las más septentrionales.

Los primeros días de abril coinciden con los primeros avistamientos y su presencia es inmediatamente señalada por su  inconfundible canto.

Teniendo en cuenta su silencio en los cuarteles de invierno, podemos presumir que durante la migración su voz vuelve de repente como si el aire de casa le ayudara a sanar de esta afonía estacional.

En Europa es el único cuco presente, salvo en el extremo sur de la península Ibérica, donde encontramos al Crialo europeo (Clamator glandarius), un cucúlido que va ampliando lenta y localmente su área de distribución en Europa pero que no tiene relación morfológica ni vocal con nuestro Cuco.

En Asia comparte área de distribución con el Cuco del Himalaya (Cuculus saturatus), prácticamente igual que el Canorus, pero incapaz de emitir el canto característico.

En África,existe una numerosa presencia de cucos muy similares al nuestro y entre los que sobresale el Cuco africano (Cuculus gularis), en realidad inconfundible con el nuestro si no fuera por la ausencia absoluta del canto característico.

Se han clasificado cuatro subespecies:

Cuculus canorus canorus, que ocupa el cinturón desde Inglaterra y Francia hasta Siberia y Japón.

Cuculus canorus bakeri, oeste de China, Himalaya y norte de la India.

Cuculus canorus bangsi, España, Islas Baleares y Norte de África.

Cuculus canorus subtelephonus, Asia Central, desde el Mar Caspio hasta Mongolia.

La estancia del Cuco adulto en las zonas de nidificación es corta y puede limitarse a sólo 4 meses mientras que las crías nacidas durante el año migran en los dos meses siguientes.

Sin duda , los padres tienen una vida más fácil que los pequeños polluelos ya que su único objetivo consiste en identificar el nido que van a parasitar, poner allí  el huevo y, completada su planificación familiar, regresar al sur.

Esta aparición repentina, esta breve presencia y, como veremos, la pérdida de la capacidad de cantar, habían dado lugar en la antigüedad a rumores de su transformación en otra ave bastante similar, el Gavilán (Accipiter nisus).

Se decía al hablar de la Golondrina y Plinio el Viejo imaginó que los pájaros que desaparecían repentinamente de la vista, por la migración a la que aún no sabía dar una explicación, se convertían en especies diferentes en otras estaciones

Las crías, aquí en un nido de Acrocephalus arundinaceus, nacen antes que los huéspedes e instintivamente, gracias al hueco de su espalda, arrojan los demás huevos fuera del nido.

Las crías, aquí en un nido de Acrocephalus arundinaceus, nacen antes que los otros e instintivamente gracias al hueco de su espalda arrojan los demás huevos fuera del nido © Museo Cívico de Lentate sul Seveso

El Cuco era uno de esos y se pensaba que en invierno se convertía en Gavilán dado su gran parecido.

Aún hoy en el Véneto existe un bonito proverbio que refleja su mensaje. “D’istà cucheto, en invierno falcheto”. Es decir “En verano Cuco, en invierno Gavilán“.

Ecología-Hábitat 

Cuculus canorus habita en todo tipo de entornos, desde las desoladas tierras herbáceas hasta los densos matorrales, desde los arbustos hasta los cultivos intensivos, desde los huertos hasta los pantanos, desde los extensos matorrales de juncos en las montañas escarpadas hasta las costas marinas y la taiga continental.

En la práctica, el Cuco frecuenta el entorno donde vive la especie parasitada favorita, en cuyo nido pondrá el huevo que garantizará la continuación de su especie.

Teniendo en cuenta que hemos llegado a alrededor de 100 especies parasitadas, cabe imaginar la variedad de ambientes elegidos para pasar estos meses de oportunismo.

En los lugares de invernada es igualmente omnipresente , no tiene necesidades particulares, aunque prefiere las zonas áridas y predesérticas, ricas en arbustos espinosos y acacias.

Con las últimas técnicas de detección por satélite aplicadas a algunos ejemplares europeos durante la migración, se ha podido comprobar que estas aves invernan en el cinturón subsahariano, atravesando el desierto en vuelo directo sin especial dificultad.

El Cuco es una de las pocas aves que puede tragarse las orugas peludas de muchas especies de lepidópteros. De hecho, es quizás uno de los pocos enemigos de esas especies dañinas e inefectivas que han dañado nuestra agricultura moderna. Lymantria dispar y Hyphantria cunea forman parte de su menú habitual. Al ser un insectívoro puro, no desdeña todo tipo de insectos.

El pequeño de Cuculus canorus, aquí alimentado incesantemente por Acrocephalus scirpaceus, no hace más que pedir comida a sus padres adoptivos con una enorme boca implorante.

El pequeño, aquí alimentado incesantemente por Acrocephalus scirpaceus, no hace más que pedir comida a sus padres adoptivos con una enorme boca implorante © Museo Civico di Lentate sul Seveso

Morfofisiologia 

Cuculus canorus es un ave tan común en el imaginario colectivo y lógicamente también en la naturaleza, pocos conocen al Cuco y no muchos han tenido la oportunidad de observarlo.

Este pájaro tiene una vida muy tímida y reservada, es muy miedoso y la mayor parte del tiempo, solitario

No le gusta volar en espacios abiertos a menos que necesite viajar y muchas veces permanece escondido entre arbustos y grandes árboles frondosos desde donde emite su conocido canto.

Es un ave de buen tamaño ya que tiene una longitud superior a los 30 cm, un peso de 100/150 g y una envergadura alar de 55 cm.

El Cuco tiene una forma muy alargada debido a la prominencia de la larga cola que lo hace parecer muy esbelto y que en vuelo parece desequilibrar su aerodinámica inclinándolo hacia adelante como para soportar su peso.

Tiene alas muy puntiagudas con un batir muy rígido como si usara sólo las puntas.

El plumaje posee diferentes variaciones de gris, con una cubierta alar de color pizarra azulado, la cabeza y el cuello gris ceniza y el pecho blanco atravesado por líneas transversales negras.

Los ojos son amarillos rodeados por un anillo ocular del mismo color.

El pico es corto, siempre de color grisáceo y ligeramente curvado en la punta.

Patas de color carne rojiza con dedos zigodáctilos.

La cola en abanico está salpicada regularmente de manchas blancas que son claramente visibles cuando se despliega durante el canto.

La hembra puede tener los mismos colores aunque existe una forma rojiza donde todo el tono de gris se sustituye por un marrón ocre.

Los jóvenes son muy similares a los adultos pero fácilmente identificables debido al plumaje mucho más abigarrado y al diferente período de presencia.

Esta descripción correspondería en un 90% a la de un Gavilán con el que se confunde fácilmente incluso en vuelo.

Parece que esta característica, especialmente en los sujetos con plumaje gris, es decisiva para el éxito del parasitismo, ya que cuanto más parecido sea el sujeto a un ave rapaz, más fácil será el  acercamiento al nido para parasitar, debido a la fuga temporal de la víctima involuntaria

Ya hemos dicho mucho sobre el canto del cuco pero es necesario profundizar en algunas características que no siempre se conocen.

El canto del cuco es audible únicamente en los cuarteles de verano, apenas pone un pie en el hemisferio norte y sus características persisten hasta el mes de mayo y la primera quincena de junio.

Lo que lo identifica en este período es el habitual «cucù cucú «, emitido sólo por el macho en excitación sexual y en defensa del territorio ocupado.

De hecho, la hembra responde a este canto con gorgoteos y chillidos.

A mediados de junio su canción cambia a «cucc-cucù» y al cabo de unas semanas se queda en silencio hasta el año siguiente.

Etología-Biología Reproductiva

Para ser parásito hay que tener,necesariamente, habilidades superiores a las del sujeto parasitado

Se deben poner en práctica artimañas y estrategias fuera de lo normal. Es necesario explotar las capacidades propias y aprovechar las debilidades de los demás.

Cuculus canorus es un pájaro astuto y listo , observador y conocedor de la especie y del entorno en el que vive.

Tiene una memoria visual ciertamente extraordinaria y sabe explotarla observando atentamente cada movimiento y comportamiento del sujeto que pretende parasitar.

No se sabe exactamente cómo logra encontrar el nido de la futura víctima pero sí que observa cada uno de sus comportamientos y determina si este se encuentra en fase de puesta, estudia los tiempos de sus movimientos, decide cuando es el momento ideal para aprovecharlos , todo ello, partiendo naturalmente de la identificación de la especie, imprescindible para su elección.

Crece rápida y dramáticamente. Un buen plato para a los depredadores, como esta afortunada serpiente de Esculapio que descubrió el nido.

Crece rápida y dramáticamente. Un buen plato para a los depredadores, como esta afortunada serpiente de Esculapio que descubrió el nido © Museo di Lentate sul Seveso

Se han logrado identificar alrededor de un centenar de especies parasitadas, aunque algunas de ellas siempre han sido las más afectadas y ciertamente dan los resultados deseados.

Son aves necesariamente insectívoras como el cuco, por lo que además del ingenio de la elección deben saber un poco de zoología.

Generalmente se trata de pequeños pájaros insectívoros como bisbitas, colirrojos y carriceros, pero también reyezuelos con diferencias de tamaño absolutamente extraordinarias.

El huevo es generalmente muy similar a los presentes en el nido, hasta el punto de que a veces confunde al ojo humano, sin embargo no parece que estas diferencias evidentes puedan provocar reacciones de rechazo por parte del sujeto parasitado.

En el caso del Gorrión europeo (Prunella modularis) es evidente, ya que sus huevos son de un azul brillante mientras que los que pone el cuco son siempre de color claro moteados de ocre.

Cuculus canorus pone unos 15 huevos cada temporada, dejando sólo uno por nido. Una vez identificado el nido, realiza la operación muy rápidamente.

Pone su huevo en apenas unos segundos y toma, arrojando fuera del nido, uno de los ya presentes y se marcha inmediatamente.

Generalmente la visita no es observada por el sujeto atacado , pero la operación es tan rápida y repentina que incluso si es observada, puede ser interpretada como el paso de un extraño Halcón que al fin y al cabo no ha hecho nada en particular.

El huevo de cuco tiene un tamaño muy pequeño respecto a sus medidas y tiene un periodo de eclosión muy inferior al de las aves parasitadas.

El huevo generalmente eclosiona después de 12 días

Al nacer, la naturaleza sigue su curso con una dureza y una seguridad que a lo largo de milenios ha dado a estas aves la garantía de la continuidad de la especie. El pequeño sin plumas tiene una ligera depresión en el lomo que le permite colocar y empujar fuera del nido los huevos que están presentes y que aún no han eclosionado. Un esfuerzo enorme para una  criatura, a menudo más pequeño que los huevos que tiene que expulsar, y que se repite muchas veces hasta que son expulsados ​​todos.

Los cucos adultos migran a mediados del verano. Nunca han cuidado a sus hijos, que, ya mayores, con el típico plumaje rojiza, aún les queda dos meses para que crezcan sus músculos.

Los cucos adultos migran a mediados del verano. Nunca han cuidado a sus hijos, que, ya mayores, con el plumaje rojiza, aún les queda dos meses para que crezcan sus músculos © Gianfranco Colombo

Una operación natural, instintiva, atávica, realizada con los ojos cerrados y que comienza casi inmediatamente después de la eclosión.

¡De esta manera, el joven cuco se asegura su futuro floreciente y egoísta!

El pequeño Cuco en el nido tiene la apariencia de un dragón hambriento, insaciable , insistente en cada momento, nunca satisfecho con lo que ha obtenido  y siempre dispuesto a recibir más.

La inmensa boca, de color rojo vivo , aterradora cuando está bien abierta, es un atractivo continuo para los padres aterrorizados.

Un pozo que se vuelve tan grande que la cabeza del padre adoptivo desaparece mientras lo alimenta y en la que ven desaparecer todas las especies de insectos, de todos los tamaños y colores.

Se lo traga todo, como un fregadero viviente.

La velocidad de crecimiento del cuco es increíble. Nace con un peso de aproximadamente 4 g y alcanza un peso de más de 120 en 20 días.

A menudo los padres, cuando la cría es tan grande que ya no cabe en el nido, acostumbran alimentar al «pequeño» encaramado sobre su espalda o incluso apoyado sobre su cabeza.

Un monstruo encontrado de repente en el nido y al que de todos modos le dan todo el amor que le hubieran dado a la numerosa cría natural.

El Cuco ciertamente no agradece este amor y, de hecho, tan pronto como se independiza, abandona sin dudarlo a sus padres adoptivos y comienza su actividad independiente.

Fácil de decir pero no fácil de entender cómo el joven Cuco que apenas a volado y sin ninguna experiencia geográfica puede emprender el viaje migratorio hacia países cálidos. Los padres «verdaderos desconsiderados», dado que después de haber puesto sus huevos han abandonado la zona y regresan cómodamente a sus cuarteles de invierno, no serán sus guías y no podrán enseñarles lo que sus padres a su vez no les han enseñado.

Finalmente están listos para partir. Es difícil imaginar cómo podrán , solos, sin ninguna experiencia geográfica, emprender el largo viaje migratorio hacia los países cálidos.

Finalmente están listos para partir. Es difícil imaginar cómo podrán , solos, sin ninguna experiencia geográfica, emprender el largo viaje migratorio hacia los países cálidos © Gianfranco Colombo

El cuco es un migrante generalmente solitario que se enfrenta a un increíble viaje de miles de kilómetros hacia un lugar que nadie le ha indicado pero que lo llevará exactamente a donde inconscientemente quiere ir. Hechos difíciles de explicar a los humanos, cuando actualmente estamos perdiendo hasta el más mínimo sentimiento de ese instinto primordial que siempre nos ha guiado.

Cuculus canorus es una de las pocas aves que consigue tragarse orugas peludas: lepidópteros perjudiciales para la agricultura como Lymantria dispar y Hyphantria cunea.

El Cuco es una de las pocas aves que consigue tragarse orugas peludas: lepidópteros perjudiciales para la agricultura como Lymantria dispar y Hyphantria cunea © Gianfranco Colombo

La especie no está en peligro dada la gran cantidad de ejemplares presentes en la zona y la buena tasa de reproducción anual.

Aunque las poblaciones están disminuyendo, Cuculus canorus figura como “LC, Least Concern”, es decir, “Preocupación menor”, ​​en la Lista Roja de especies en peligro de extinción de la UICN desde 2016.