Familia : Labridae
Texto © Giuseppe Mazza
Traducción en español de Ignacio Barrionuevo
La Doncella reina (Coris formosa Bennett, 1830) pertenece a la clase Actinopterygii, los peces con las aletas radiadas, al orden de los Perciformes y a la familia Labridae.
El nombre genérico Coris parece derivar del griego “Κόρη” (kore) que significa muchacha, joven, por su aspecto estilizado y elegante, con escamas finas y colores brillantes, imágenes de belleza presentes en todas las especies de este género, sin olvidar a la mediterránea Coris julis, y que les da también el nombre vulgar de “doncellas”. El epíteto específico formosa, del adjetivo latino “formósus, a, um” = de bellas formas, bello, que hace hincapié en el concepto.
Zoogeografía
Presente también en el mar Rojo, el Coris formosa es frecuente en las costas del océano Índico, desde Omán, Yemen y Somalia hasta Sudáfrica en el sudoeste, así como hasta las Seychelles, las Maldivas, archipiélago Chagos, India y Sri Lanka en el este.
Ecología-Hábitat
Frecuenta las formaciones coralinas, entre los 2 y los 50 m de profundidad, con una temperatura de entre 24 y 27 ºC, pero también los fondos rocosos y las praderas marinas. Los jóvenes a menudo se crían en las pozas de marea, donde esperan a que suba la marea para desplazarse.
Morfofisiología
Los machos adultos pueden alcanzar los 60 cm de longitud después de increíbles transformaciones de color y forma.
Al comienzo la librea es muy similar a la del Coris gaimard, los jóvenes son esbeltos, rojo anaranjados con 5 manchas blancas bordeadas de negro dispuestas sobre el dorso como sillas de montar. Conforme va creciendo los bordes del cuerpo se oscurecen y el rojo llameante se diluye tendiendo al marrón rojizo.
En la librea adulta, que presenta un fuerte dimorfismo sexual, el cuerpo es alto, muy comprimido lateralmente con la cabeza redondeada.
La altea dorsal presenta 9 radios espinosos, con el primero especialmente largo, y 12 inermes; la aleta anal cuenta con 3 radios espinosos y 12 blandos; las pectorales, transparentes, con 12 radios blandos, y las pélvicas, alargadas, con 1 espinoso y 5 blandos.
En la librea femenina el borde de la aleta dorsal es rojo, como la vistosa banda vertical en la primera parte de la aleta caudal, traslúcida en su extremo. El rojo está también presente, con tonos menos intensos, en la aleta anal, que termina con un borde turquesa, al igual que en las aletas pelvianas.
La cabeza y la primera parte del cuerpo muestran una viva coloración amarillo anaranjada con una banda diagonal turquesa que, partiendo de la garganta, flanquea el ojo para alcanzar, con extensiones y ramificaciones aquí y allá, el inicio de la aleta dorsal. Bandas similares, aunque menos marcadas, aparecen en el borde del opérculo, entre este y el inicio de la aleta pelviana y sobre la frente. Un dibujo típico que encontraremos más marcado en los machos, lo cual no debe extrañarnos visto que es una especie hermafrodita proterógina, esto es, sus hembras, al crecer, pueden transformarse en machos. La segunda parte del cuerpo está constelada por manchas negras que se hacen más gruesas hacia la cola, sobre un color de fondo verdoso que torna al turquesa hacia el pedúnculo caudal.
La librea masculina, especialmente en época nupcial, es una verdadera paleta de colores. En su conjunto tiende al verde, con espciales reflejos esmeralda radiantes en el centro de la aleta anal, en el fino moteado del cuerpo y en el dibujo a trazos de la cabeza, donde el fondo amarillo anaranjado de las hembras se ha transformado en rojo.
Desaparece también la característica banda roja vertical en la base de la aleta caudal, que carece además de partes translúcidas, siendo ahora azul oscura con un elegante moteado celeste y el borde rojo intenso. En los costados las manchas negras han desaparecido para dejar sitio a 9 bandas oscuras verticales. El largo primer radio espinoso de la dorsal es también rojo encendido y puede erguirse amenazante.
Etología-Biología Reproductiva
Las fases juveniles se alimentan de zooplancton, minúsculos crustáceos y anfípodos, pero tan pronto emergen sus sólidos incisivos la dieta cambie radicalmente, ya que los adultos pueden partir las corazas de presas más sustanciosas, como erizos de mar, cangrejos, gasterópodos y bivalvos.
La Doncella reina es una especie solitaria diurna, con jóvenes que se entierran muy rápidamente bajo la arena para huir de los depredadores. Los machos dominantes poseen uno o más harenes a los que pasan revista durante el periodo reproductivo para fecundar los huevos tan pronto las hembras estén listas. No hay, no obstante, ningún tipo de cuidados parentales, y los huevos son abandonados a merced de las corrientes.
Los jóvenes se adaptan fácilmente al acuario, pero pueden desordenar rápidamente el tanque con sus frenéticas excavaciones. Tiempo después, cuando crecen, se hacen territoriales y agresivos. Es obvio, por tanto, que, dado también el tamaño de los adultos, es un pez idóneo solo para los grandes tanques de los acuarios públicos.
La resiliencia de la especie es baja, visto que necesita entre 4,5 y 14 años para duplicar sus poblaciones, y el índice de vulnerabilidad a la pesca marca 44 en una escala de 100.
Sinónimos
Labrus formosus Bennett, 1830; Coris frerei Günther, 1867; Coris halei Day, 1888.