Cetoscarus ocellatus

Familia : Scaridae

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Texto © Giuseppe Mazza

 


Traducción en español por la Dra Cristina Valcuende

 

Para defenderse de los depredadores, con un tamaño de 11 mm, el pequeño Cetoscarus ocellatus se asemeja y nada ondulando con los movimientos del Amphiprion, el pez payaso.

Para engañar a los depredadores, los juveniles Cetoscarus ocellatus de 11 mm, se asemejan a los peces payasos en la librea y la forma de nadar ondulante del Amphiprion © Rafi Amar

Cetoscarus ocellatus (Valenciennes, 1840) pertenece a la clase Actinopterygii, los peces con aletas radiadas, al orden Perciformes y a la familia Scaridae, que cuenta con una decena de géneros y un centenar de especies.

Por sus colores brillantes y su pico se lama comunmente Pez loro, el pico queda oculto por las encías y no es liso. Todavía presenta cierta granulosidad, huellas de dientes antiguos como en Bolbometopon muricatum, y como en Calotomus carolinus el borde de las dos placas está dentado para cortar mejor, además de raspar los materiales incrustantes, también las algas más sustanciales y las fanerógamas de las praderas sumergidas.

Secuencia de crecimiento de Cetoscarus ocellatus. En las dos primeras fotos se puede ver claramente el ocelo que dio nombre a la especie.

Secuencia de crecimiento. En las dos primeras fotos se puede ver claramente el ocelo que dio nombre a la especie © Francois Libert – © Paddy Ryan – © Rickard

El nombre del género Cetoscarus proviene de “κῆτος” (kētŏs), latinizado “cetus”, ballena, quizás por el perfil de la cabeza con su gran boca, y “σκάρος” (skáros), en latín “scarus”, es el nombre de un Pez loro comestible del Mediterráneo, hoy conocido científicamente como Sparisoma cretense, del que ya hablaba Aristóteles, considerándolo un «Pez rumiante» por su obstinada costumbre de masticar y remasticar los alimentos con sus dientes faríngeos.

El adjetivo específico ocellatus, de ojo pequeño en latín, no se refiere por una vez al aspecto del pez adulto sino a la forma juvenil brillante y colorida, con un vistoso ocelo negro rodeado de amarillo anaranjado en los primeros radios de la aleta dorsal

Se trata de una manera de atraer la atención de los depredadores hacia una parte no vital, mientras que el ojo real queda bien oculto por una banda naranja con manchas oscuras que recuerdan a la pupila.

Zoogeografía

Confundido hasta hace unos años con el Cetoscarus bicolor similar del Mar Rojo, que en la práctica sólo puede distinguirse por su garganta blanca, Cetoscarus ocellatus es una especie del Indo-Pacífico tropical.

Lo encontramos a lo largo de la costa africana, en Somalia, Kenia, Tanzania y Mozambique, hasta Sudáfrica.

Está presente en Madagascar y en las islas de Reunión, Mauricio, Seychelles, Chagos, Maldivas y Andamán.dede Malasia y Singapur, nada por las costas de Indonesia, Papua Nueva Guinea, Australia, las Islas Salomón, Vanuatu y Nueva Caledonia.

Hacia el norte ha colonizado Filipinas, Vietnam, Taiwán y el sur de Japón. Por el este lo encontramos en Guam y es frecuente en Micronesia, Islas Marshall, Kiribati, Fiji, Samoa, Niue, Tonga, Cook, Tahití, Polinesia Francesa y Tuamotu.

Sin embargo, algunos investigadores basándose en estudios moleculares recientes, sostienen que las poblaciones del Océano Índico deberían pertenecer en otra especie, Cetoscarus nigropinnis.

Ecología-Hábitat

Aunque se ha informado que se encuentra a unos 40 m de profundidad, Cetoscarus ocellatuses un pez diurno bentopelágico que generalmente nada en aguas poco profundas y rara vez desciende por debajo de los 30 m.

Esta es la "fase intermedia" de Cetoscarus ocellatus que precede a la madurez sexual femenina, alcanzada alrededor de los 30 cm, pero algunas, aún con esta librea, se reproducen ya a los 18 cm.

Esta es la «fase intermedia» que precede a la madurez sexual femenina, alcanzada alrededor de los 30 cm, pero algunas, aún con esta librea, se reproducen ya a los 18 cm © Keoki Stender

Se lo puede encontrar en ambientes coralinos pero también cerca de praderas sumergidas, rocas cubiertas de algas y manglares.

Los jóvenes crecen aislados escondidos entre los corales, mientras que los machos adultos suelen contar con un pequeño harén con el que salen a pastar.

Pastorean algas y fanerógamas, sin descuidar los moluscos y crustáceos que tienen la mala suerte de estar entre el follaje, y los pólipos vivos de las madréporas con sus microscópicas algas simbiontes que tragan junto con el sustrato coralino como sucede cuando rascan las algas incrustadas . El conjunto, como hacen los peces loro, es triturado por los sólidos dientes faríngeos y transformado en arena, tras un largo viaje intestinal.

Librea típica de una hembra adulta de Cetoscarus ocellatus. La cabeza tiende a ser violácea y el cuerpo es marrón o gris verdoso oscuro con pequeñas manchas en las escamas bordeadas de negro que forman un entramado en los lados, poco evidente en la zona clara superior, debajo de la aleta dorsal. Las aletas suelen ser muy oscuras y la aleta caudal es semilunar.

Librea típica de una hembra adulta. La cabeza tiende a ser violácea y el cuerpo es marrón o gris verdoso oscuro con pequeñas manchas en las escamas bordeadas de negro que forman un entramado en los lados, poco evidente en la zona clara superior, debajo de la aleta dorsal. Las aletas suelen ser muy oscuras y la aleta caudal es semilunar © Nikolai Vladimirov

Se ha calculado que un ejemplar grande puede producir hasta dos toneladas al año, preciosas para el ecosistema y el turismo, ya que luego forman las cándidas playas tropicales.

Morfofisiología

El cuerpo está poco comprimido lateralmente con un hocico largo y redondeado. Presenta una única aleta dorsal con 9 radios espinosos y 10 blandos. La anal, más corta, presenta 3 radios espinosos y 9 inermes y las pectorales presentan 14-15 radios blandos. Las pélvicas presentan 1 radio espinoso y 5 inermes y la aleta caudal, En los jóvenes es redondeada para luego truncarse . En los adultos es ligeramente semilunar.

A partir de 45 cm de tamaño, algunas hembras de Cetoscarus ocellatus pueden transformarse en machos con un cambio radical de librea. Los más afortunados alcanzan los 90 cm y los 25 años.

A partir de 45 cm de tamaño, algunas hembras pueden transformarse en machos con un cambio radical de librea. Los más afortunados alcanzan los 90 cm y los 25 años © Keoki Stender

Los machos, que llegan a alcanzar los 25 años y los 90 cm de longitud, aunque en la mayoría de los casos superan ligeramente el medio metro, son siempre más grandes que las hembras, que son su fase siguiente.

Cetoscarus ocellatus es de hecho una especie hermafrodita protógina con hembras, ya sexualmente maduras cuando miden 18 cm de longitud, que, al crecer, se transforman en machos, cambiando de librea, cuando miden alrededor de 45 cm de longitud.

Los jóvenes de 11 mm son blancos con una amplia banda roja vertical que cruza el cuerpo ocultando las branquias y el ojo, color que encontramos nuevamente en el margen de las aletas dorsal y anal.

Sobre la librea de fondo con tonos verdes, azules y turquesas, destacan las escamas bordeadas de rosa o naranja, retomadas por punteados y dibujos del mismo color.

Sobre la librea de fondo con tonos verdes, azules y turquesas, destacan las escamas bordeadas de rosa o naranja, retomadas por punteados y dibujos del mismo color © Keoki Stender

En esta fase se mueven con las ondulaciones típicas de los jóvenes peces payaso que viven en simbiosis con anémonas urticantes, quizás para engañar a los depredadores que en el pasado tuvieron malas experiencias con ellas, golpeándose el hocico , mientras los jóvenes Amphiprion se refugiaban entre los tentáculos de su huésped.

Cuando alcanza los 3-4 cm de tamaño, el cinturón rojo adquiere tonos anaranjados con un pequeño borde negro; el hocico blanco tiende al amarillo sepia y, sobre todo, se alarga la aleta dorsal con el ocelo negro característico de la especie.

Luego, a partir de los 6 cm, el ocelo desaparece mientras que la aleta dorsal, la anal y los lados de la caudal se oscurecen.

Etoscarus ocellatus se alimenta de fanerógamas y algas, incluidos los desafortunados crustáceos y moluscos que encuentra entre las frondas y pólipos de las madréporas que traga con el sustrato como ocurre con las algas incrustantes. Luego, todo es triturado durante mucho tiempo por los sólidos dientes faríngeos y transformado en arena blanca después de un largo viaje intestinal.

Etoscarus ocellatus se alimenta de madrépores y algas, incluidos los crustáceos y moluscos que encuentra entre las frondas y pólipos de la madrepora, que traga con el sustrato como con las algas incrustantes. Luego, todo es triturado por los sólidos dientes faríngeos y transformado en arena blanca después de un largo viaje intestinal © Nikolai Vladimirov

La banda naranja tiende a pardearse difuminándose progresivamente con el color del hocico, y en el vientre las escamas dibujan un punteado negro.

De esta forma, hacia los 15-18 cm, se llega al llamado “estadio intermedio” que precede a la librea típica de la hembra con la desaparición total de la banda marrón de la cabeza que se conforma oscureciéndose mientras ventralmente y en los costados con escamas a menudo azul verdosas con rasgos y punteado negro en marcado contraste con la cara dorsal. La caudal presenta un pequeño borde blanco.

En la fase siguiente las hembras alcanzan su madurez sexual.

Espectacular librea nocturna de un macho de Cetoscarus ocellatus. Los diseños rosas ahora aparecen amarillentos en una combinación de dos tonos. Los colores siguen siendo decididamente llamativos, pero resultan ser un camuflaje en el colorido mundo de los corales.

Espectacular librea nocturna de un macho. Los diseños rosas ahora aparecen amarillentos en una combinación de dos tonos. Los colores siguen siendo llamativos, pero resultan ser un camuflaje en el colorido mundo de los corales © Paddy Ryan

La cabeza tiende a violácea y el cuerpo a marrón o gris verdoso con escamas moteadas y con bordes negros formando un retículo en los costados, poco evidente en la zona blanca amarillenta bajo la aleta dorsal. A veces las aletas son muy oscuras.

La fase terminal es la del macho con tonos verdes, turquesas o esmeraldas que resaltan con las escamas con bordes rosados ​​anaranjados como los rasgos y los punteado que adornan el cuerpo y las aletas, excepto por debajo de la línea naranja que parte de la comisura de la boca en dirección a la base de la aleta pectoral y continúa hasta la anal.

Tambien están presentes, como en otros escáridos, las libreas nocturnas ,como pijamas vistosos, para pasar la noche tranquilamente, mimetizadas en el mundo colorido de los corales. Sin embargo, en todas las fases, el iris es siempre naranja brillante o dorado.

Etología-Biología Reproductiva

Como sucede a menudo en el mundo de los peces loro, el apareamiento del Cetoscarus ocellatus es precedido por una danza en círculo hacia la superficie donde la pareja, en este caso nadando mejilla contra mejilla, confía los huevos fecundados a las corrientes. Vagan pelágicos, como las larvas, recorriendo incluso largas distancias antes de posarse en el fondo.

Cetoscarus ocellatus se escapa cautelosamente de la vista de los buceadores y rara vez se pesca para el consumo local. A veces se capturan los juveniles para los acuarios, pero no se trata de una especie adecuada para las peceras domésticos e incluso los grandes acuarios públicos encuentran dificultades para mantenerlos porque son mucho más sensibles que otros peces a los parásitos que se encuentran en los acuarios, como, por ejemplo, el Cryptocaryon irritans.

Los machos suelen poseer un harén. El futuro de esta especie, más vulnerable que otras debido a su escasa diversidad genética, está ligado al cambio climático.

Los machos suelen poseer un harén. El futuro de esta especie, más vulnerable que otras debido a su escasa diversidad genética, está ligado al cambio climático © Mark Rosenstein

Se podría pensar, debido a las amplias posibilidades alimentarias y su gran difusión, que el Cetoscarus ocellatus no es una especie en peligro de extinción. Pero investigaciones recientes han demostrado que su diversidad genética es la más baja de todos los peces loro.

Ante la muerte del arrecife provocada por los cambios climáticos, tiene menos capacidad que otros para adaptarse a nuevos hábitats.

La resiliencia es modesta, con un tiempo mínimo de duplicación de la población de 1,4-4,4 años y el índice de vulnerabilidad a la pesca ya alcanza una puntuación de 59 en una escala de 100.

Sin embargo, desde 2009 figura como “LC, Least Concern”, es decir, como «Preocupación Menor» en la Lista Roja de especies en riesgo de la UICN.

Sinónimos

Scarus ocellatus Valenciennes, 1840.

 

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