El retablo de San Nicolás, visible en el deambulatorio de la Catedral de Mónaco, ha sido realizado en el 1500 por Louis Bréa, maestro de Nizza que hizo escuela, marcando un punto de transición entre la pintura medieval y la del Renacimiento.

Abajo, a la izquierda, al lado de San Nicolás, patrono de Mónaco y obispo de Mira, San Miguel atraviesa y pisa un diablo, medio hombre y medio perro, y pesa las almas para el juicio final, mientras San Stefano, golpeado por una piedra en recuerdo de la lapidación, mira hacia el público. A la derecha San Lorenzo con el registro de la iglesia romana, releído antes del martirio, y la parrilla del suplicio, y Santa María Magdalena, con su frasco de perfume para Cristo.

A los lados, a la izquierda, Santa Bárbara, San Bernardo, Santa Clara de Asís y Santa Devota. A la derecha Santa Brigida, no se sabe bien si de Irlanda o de Suecia, San Biagio de Sebaste, Santa Margarita lleva en la mano la cruz utilizada en prisión para expulsar al diablo que había tomado forma de dragón, y Santa Julia, patrona de Córcega con Santa Devota.

Arriba, al lado de la sepultura de Cristo, San Juan Bautista, el Arcángel Gabriel con la Anunciación a María Virgen, y una insólita representación de Santa Ana que aprieta idealmente entre sus brazos a la Virgen y al Niño Jesús.