Familia : Brassicaceae
Texto © Prof. Pietro Pavone
Traducción en español por el Prof. José Campos
Anastatica hierochuntica L. es una planta de la tribu Anastaticeae, familia Brassicaceae, originaria de las zonas arenosas áridas de Oriente Medio (Palestina, Israel, Jordania, península arábiga, Irak, Irán, Pakistán) y el desierto del Sahara.
Tiene varios nombres comunes. En toda la península arábiga y en los países vecinos se le llama «Kaff-e-Maryam» (mano de María) en referencia a la Virgen María que, mientras viajaba a Nazaret, apagó su sed con el agua contenida en esta planta y como señal de gratitud la bendijo haciéndola inmortal.
Otra leyenda afirma que cuando nació Jesús todas las plantas de esta especie se abrieron y florecieron y aún lo hacen en memoria de este evento.
Otra dice que la planta florecía regularmente cuando Jesús estaba vivo, pero en el momento de su muerte en la cruz, se marchitó misteriosamente para renacer con la resurrección, de ahí el nombre de «planta de la resurrección».
La planta también se conoce con el nombre de «rosa de Jericó», tomado de la Biblia. De hecho, en el Sirácida, a propósito de la entrega por Dios de la Sabiduría al pueblo de Israel, leemos: la Sabiduría crece … … como una palmera en En-gadí, como brotes de rosa en Jericó, como un gallardo olivo en la llanura… (Sir 24, 14) aunque, probablemente, la planta mencionada no sea A. hierochuntica sino otra especie, quizás la adelfa (Nerium oleander L.).
El nombre genérico Anastatica deriva del griego Anastasis, resurrección, porque, si la planta seca se coloca en agua, se abre y recupera su forma como si hubiera resucitado. El epíteto hierochuntica se refiere al antiguo nombre de la ciudad de Jericó.
A. hierochuntica es una especie anual, de unos 5-10 (15) cm de altura, con tallo ramificado desde la base y con ramas generalmente ascendentes, a menudo enrolladas hacia dentro en condiciones de sequedad, densamente pubescente, con pelos estrellados. Las hojas, de 10-20 mm de largo por 5-10 mm de ancho, son espatuladas, con 3-5 lóbulos hacia el ápice o enteras, con un pecíolo corto. Las flores, que aparecen en los meses de marzo y abril, son hermafroditas, pequeñas (de unos 2 mm de diámetro), axilares, blancas, subsésiles, con nectarios laterales en pares, con forma de media luna.
Los sépalos, más cortos que los pétalos, miden 1,5 mm de largo; los pétalos alcanzan una longitud de 2 mm. Los estambres son seis y miden 1,5 – 1,7 mm de largo. El ovario es globular, bilocular, con 2 óvulos por lóculo. El estilo es tan largo como el ovario. El fruto es una silícula globosa de unos 4 mm, provisto de un pico y con apéndices laterales de forma acopada. Las semillas tienen forma ovoide y miden aproximadamente 1,5 mm de largo.
La dispersión de las semillas se produce por un mecanismo muy particular pero eficaz. En la estación seca, la planta muere y las ramas que portan los frutos se enrollan en forma de bola. Bajo la acción del viento, esta bola se desprende del tallo y rueda por la arena incluso largas distancias.
Cuando las ramas secas se mojan, por el rocío o la lluvia, se extienden, dejando al descubierto las semillas. El enrollamiento y extensión de las ramas son fenómenos puramente mecánicos (higrocasia) y no implican tolerancia a la desecación de las células como ocurre en otras plantas que recuperan procesos vitales tras la deshidratación. Toda la planta está implicada en la dispersión y conservación de las semillas: éstas son dispersadas por la fuerza de las gotas de lluvia y por el repetido enrollamiento y despliegue de las ramas.
La cantidad de semillas dispersadas depende de la intensidad de las precipitaciones. De hecho, después de fuertes lluvias, la mayoría de las semillas se liberan y son transportadas a pequeñas depresiones, poco profundas, que recogen el agua de escorrentía, lo que permite su germinación inmediata y posterior crecimiento.
A. hierochuntica es una planta típica de desiertos extremos, común en regiones que reciben una precipitación anual media de menos de 70 mm. Se encuentra en zonas arenosas, en lugares rocosos y en llanuras limosas.
En su hábitat, las plantas secas pueden «esperar» la próxima lluvia durante 5 a 10 años sin que se dañen sus semillas. Curiosamente, con más de 10 mm de lluvia, los tallos internos absorberán suficiente agua y se abrirán, pero con menos lluvia la planta permanecerá cerrada. De hecho, la planta madre muerta es un medidor de agua que se abre y dispersa sus semillas solo cuando hay suficiente agua para hacerlas germinar, florecer y fructificar. Un verdadero milagro del desierto extremo. Se cree que A. hierochuntica es una antigua planta del desierto sin otros parientes cercanos en la familia.
Toda la planta de A. hierochuntica, en los países árabes, se usa ampliamente para preparar una bebida.
También se utiliza en la medicina tradicional para el tratamiento de diversas dolencias. La planta entera, reducida a polvo y mezclada con miel, se utiliza como remedio para los partos difíciles y las hemorragias uterinas.
La planta entera, hervida en agua, se utiliza también para compresas pélvicas contra la infertilidad. En forma de decocción, se usa para tratar el asma, trastornos gastrointestinales, depresión, hipertensión, indigestión, dolor de cabeza, resfriado, fiebre, malaria, epilepsia, fatiga, diabetes y enfermedades cardíacas.
Estudios recientes han revelado la composición química y las propiedades de A. hierochuntica y confirman los efectos beneficiosos de la tradición popular. En las yemas foliares, en el tallo y en la raíz se han encontrado ocho elementos (Mg, Ca, Cr, Mn, Fe, Co, Cu y Zn) y compuestos fenólicos. También se ha encontrado actividad antioxidante y presencia de radicales libres.
Se ha observado que la planta tiene propiedades hepatoprotectoras porque es capaz de reducir significativamente la actividad de las transaminasas y de la fosfatasa alcalina. También se ha comprobado su capacidad antimicrobiana y para activar fagocitos. Finalmente, se ha demostrado que los extractos de la planta entera, in vitro, tienen propiedades antitumorales específicas sobre las células de cáncer de mama.
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