Accipiter nisus

Familia : Accipitridae

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Texto © Dr. Gianfranco Colombo

 

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Traducción en español de Ignacio Barrionuevo

 

Macho de Accipiter nisus camuflado en el bosque. Alcanza un máximo de 30 cm de longitud y 170 g, contra los 40 cm y 300 g de la hembra © Gianfranco Colombo

Macho de Accipiter nisus camuflado en el bosque. Alcanza un máximo de 30 cm de longitud y 170 g, contra los 40 cm y 300 g de la hembra © Gianfranco Colombo

En la ciudad georgiana de Poti, en el mar Negro, está quizás la única estatua del mundo dedicada a una pequeña rapaz y a su uso en la cetrería local para capturar codornices (Coturnix coturnix), mirlos (Turdus merula) y aves migratorias, una tradición transmitida durante siglos de padres a hijos y que ha llegado hasta nuestros días.

Se trata del Gavilán común, la expresión de la potencia, el ímpetu, el coraje y las capacidades de caza, quizás inigualables entre las demás rapaces, en una sola ave que apenas supera las dimensiones de una paloma pero que llegada la ocasión tiene el valor de atacar a presas bastante más grandes, potentes y veloces. De dimensiones parecidas a los falcónidos que a menudo frecuentan nuestras campiñas y los centros habitados, como el Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), el Cernícalo primilla (Falco naumanni) o el Alcotán (Falco subbuteo) muestra por el contrario características morfológicas absolutamente distintas a estos e incluso una agresividad única.

Hembra en vuelo. Más apagada, mantiene el barrado del macho con una envergadura de 80 cm © Gianfranco Colombo

Hembra en vuelo. Más apagada, mantiene el barrado del macho con una envergadura de 80 cm © Gianfranco Colombo

Basta con observar las garras de los arriba citados y compararlas con las del gavilán para hacerse la composición de lugar en cuanto a la agresividad que necesita este último.

El Gavilán europeo o, simplemente, Gavilán (Accipiter nisus – Linnaeus, 1758) pertenece al orden de los Accipitriformes y a la familia Accipitridae, un linaje bien diferenciado y actualmente definido en el mundo de las rapaces, tras la separación del orden de los Falconiformes.

Volviendo a las tradiciones de la cetrería, estas aves eran muy comunes en las cortes medievales en las que eran los preferidos de las damas nobles, dado el tamaño y el peso reducidos. Sin embargo, algunos siglos más tarde el gavilán pierde parcialmente la nobleza y queda relegado su uso a los sacerdotes y al clero en general, con una clara distinción de género.

La hembra para los sacerdotes y presbíteros, mientras que el macho, llamado “mosquete” en la jerga técnica, más pequeño que la hembra, estaba relegado a los diáconos y el clero inferior.

Mosquete, “musket” en inglés o “moschet” en francés antiguo, deriva del término latín “musca” = mosca, para indicar las reducidas dimensiones.

Verdaderamente parecido al gavilán común pero de casi el doble de tamaño es el Azor común (Accipiter gentilis) , doble tamaño y casi doble coraje aun manteniendo la misma elegancia y soltura en el vuelo. Por el contrario, ligeramente más pequeño pero de similar comportamiento y fácilmente confundible es el Esmerejón (Falco columbarius) que, no obstante, pertenece al orden de los falconiformes y a la familia de los falcónidos.

La etimología del nombre vulgar italiano “sparviere” tiene antiguos orígenes del norte de Europa y parece que deriva de “sperhauk” o “spearhafoc” – halcón de los gorriones, un término todavía recalcado por “sparrow” en el actual nombre común dado por los ingleses a esta ave, “sparrowhawk”. La etimología del binomio científico trae, por el contrario, orígenes latinos para el género y de la antigua mitología griega para la especie. “Accipiter” de “accipere” = aferrar violentamente y “nisus” de Niso, hijo de Pandión, rey de Megara, que fue transformado en un halcón después de que su ciudad fuese entregada a traición por su hija Escila a Minos de Creta.

Además, su hija fue transformada en alondra, condenada a huir eternamente de su padre, halcón. Otra interpretación de la leyenda ve, por el contrario, a su padre Pandión transformado en Águila pescadora (Pandion haliaetus) y a la hija en un pez, manteniendo así el concepto de eterna persecución. En Europa el gavilán es llamado: Sparrowhawk en inglés, Sperber en alemán, Sparviere en italiano, Gavião da Europa en portugués y Épervier d’Europe en francés.

Velocísimo, con zigzags increíbles que lo hacen casi invisible mientras se abalanza sobre sus presas entre las ramas, se alimenta en general de pequeñas aves © Gianfranco Colombo

Velocísimo, con zigzags increíbles que lo hacen casi invisible mientras se abalanza sobre sus presas entre las ramas, se alimenta en general de pequeñas aves © G. Colombo

Zoogeografía

El gavilán común tiene una distribución euroasiática, cubriendo un vastísimo que va desde el océano Atlántico hasta las costas del Pacífico excluyendo las zonas de tundra extrema, las áreas áridas y yermas de Asia central, los desiertos y las altísimas cadenas montañosas del Himalaya. Está presente también en África con una población estable en las zonas boscosas de Marruecos, Argelia y Túnez.

Las poblaciones asiáticas y parte de las que habitan el extremo septentrional europeo son migradoras, transfiriéndose durante el invierno a los cuarteles invernales, más al sur, descendiendo en latitud por debajo del paralelo 40º, llegando incluso hasta la India y la península de Malasia, la península Arábiga y el noreste de África hasta Etiopía y Sudán. La población europea es en gran medida sedentaria aunque sí que está sujeta a movimientos latitudinales sin salir nunca del continente. Durante este período las poblaciones se superponen, creando un aumento de la población en el área mediterránea de su distribución, donde se concentra la invernada de muchos paseriformes de los que se alimenta.

Nido en el bosque. Esquivo y reservado, elige zonas sombrías, aisladas y poco accesibles © Gianfranco Colombo

Nido en el bosque. Esquivo y reservado, elige zonas sombrías, aisladas y poco accesibles © Gianfranco Colombo

Se han determinado distintas subespecies, algunas muy localizadas geográficamente.

El Accipiter nisus granti, se encuentra solo en Madeira y en las islas Canarias, contando con una población bastante escasa. El Accipiter nisus wolterstorffi vive solo en Córcega y Cerdeña. Accipiter nisus dementievi en las cadenas montañosas de Asia central; Accipiter nisus melaschistos desde el Hindukush hasta el sur de China; Accipiter nisus nisosimilis desde Siberia hasta China; Accipiter nisus punicus en África noroccidental y, por último pero no menos importante, Accipiter nisus nisus la subespecie nominal, que se extiende desde Europa occidental hasta Siberia.

Ecología-Hábitat

El gavilán está estrechamente ligado a los ambientes boscosos, incluso los de extensión limitada, siempre que cuenten con árboles frondosos, dominando sobre arbustos, matas y zarzas, donde esconderse y tender emboscadas.

También para la nidificación necesita rincones sombríos y densos, aislados y poco accesibles también con árboles de poca altura, como los bosquetes de saúcos, acacias o de jóvenes álamos, incluso aquellos en cultivo intensivo, envueltos en hiedras trepadoras y madreselva, y preferiblemente siempre con un denso sotobosque. A cotas más elevadas gusta mucho de ocupar los bosques de coníferas y otros bosques más abiertos.

Al ser un ave de rapiña pero no especializado en caza por persecución, el gavilán acostumbra a tender trampas o a abalanzarse sobre la presa de improviso con vuelos breves y extremadamente rápidos, por lo que tiende a esconderse en zonas en sombra esperando a que las presas pasen por su espacio de control para lanzarse a por ella y capturarla con la sorprendente celeridad de la que es capaz.

La capacidad de moverse a una velocidad sorprendente por entre la densa vegetación, esquivando cualquier pequeño obstáculo con improvisados pero rapidísimos zigzags, con frenadas impensables, saltos y sacudidas consecutivos, le permite capturar incluso a las velocísimas y pequeñísimas presas habituadas a vivir en estos ambientes.

Durante la migración y la invernada no es raro verlo en ambientes abiertos mientras sobrevuela, con las alas entrecerradas pero siempre batientes, a ras de tierra siguiendo alguna pequeña cuneta, zanja, seto e incluso, en ocasiones, las acequias, bajo casi a ras de agua, tanto que pasa incluso bajo los angostos puentes para no elevarse en el aire. Durante estos vuelos, ayudado por su mimética librea, que lo hace prácticamente invisible, petirrojos y pinzones, mirlos y zorzales, gorriones y herrerillos son sus víctimas habituales.

No renuncia, no obstante, a dejar de lado estas acciones y de vez en cuando, como si quisiese disfrutar de un momento de libertad, se le ve elevarse y perderse en la altura celeste, junto a ratoneros, águilas y vencejos, como si quisiese demostrar que ese mundo es también en parte suyo.

Puede contener de 3 a 6 huevos azulados fuertemente manchados en el centro, en la parte ancha, de marrón rojizo © Gianfranco Colombo

Puede contener de 3 a 6 huevos azulados fuertemente manchados en el centro, en la parte ancha, de marrón rojizo © Gianfranco Colombo

Morfofisiología

El gavilán común es uno de los más pequeños representantes de la familia de los accipítridos y presenta, más que cualquier otro miembro de este grupo, una notable diferencia entre el macho y la hembra. Aunque resulta habitual encontrar una mayor corpulencia en las hembras de las rapaces, en su caso, el macho resulta ser un tercio más pequeño que la hembra, mostrando dos estructuras los suficientemente distintas como para condicionar un modo de vida diferente así como de alimentación y, naturalmente, distinta fuerza. La hembra es casi tan grande como el macho del azor, mientras que el torzuelo (macho de rapaces en la jerga cetrera) mide 30 cm de longitud como máximo, con una envergadura de alrededor de 60 cm y un peso que ronda los 170 g.

La hembra, por el contrario, mide más de 40 cm de longitud, una envergadura que llega a los 80 cm y un peso bastante superior a los 300 g. También la librea muestra un acentuado dimorfismo sexual. El macho tiene la cabeza, los hombros y las alas de color marrón grisáceo con reflejos azulados muy intensos cuando madura y envejece.

Hembra incubando: son de 30 a 35 días con la hembra bien camuflada y el macho de centinela en los alrededores, lanzando gritos de alarma tan pronto ve intrusos © Gianfranco Colombo

Hembra incubando: son de 30 a 35 días con la hembra bien camuflada y el macho de centinela en los alrededores, lanzando gritos de alarma tan pronto ve intrusos © Gianfranco Colombo

Las rémiges y la cara inferior de la cola están marcadas con anchas bandas negras regulares, bien visibles cuando vuela, tanto que lo hace parecer ajedrezado. El pecho blanco está delicadamente barrado en la parte superior por líneas transversales paralelas de color ladrillo que envuelven delicadamente también los flancos evidenciando, en los adultos, un difuso rojizo que desciende desde la garganta acentuándose hacia el pecho y creando un bello contraste con el azulado del dorso. La cabeza está atravesada por una amplia franja superciliar blancuzca que llega hasta la nuca. El iris es de un brillantísimo amarillo que convierte a los ojos de esta ave en penetrantes y encantadores pero, al mismo tiempo, infunden temor por su fija mirada y la apariencia continuamente perpleja.

El beco es muy ganchudo y puntiagudo y es negro en su ápice, con una cera amarilla bastante extendida. Las patas, con tarsos muy alargados y gráciles, con dedos muy delgados, son también de un hermoso amarillo pajizo. Las garras son negras, muy pronunciadas y fuertemente puntiagudas, armas letales para inmovilizar sin dudarlo a cualquier pequeña presa.

Los polluelos nacen cubiertos de un plumón blanco que pierden tras alrededor de un par de semanas, sustituyéndolo sucesiva y gradualmente por la primera librea juvenil © Gianfranco Colombo

Los polluelos nacen cubiertos de un plumón blanco que pierden tras alrededor de un par de semanas, sustituyéndolo sucesiva y gradualmente por la primera librea juvenil © Gianfranco Colombo

La hembra tiene una librea más apagada, careciendo de reflejos azulados y del color herrumbroso del pecho, aunque mantiene todo el bandeado y barrado del compañero.

Los jóvenes tienen un plumaje aún menos llamativo, pero que copia fielmente la que será su librea de adultos. El barrado en el pecho es más marcado y presenta líneas verticales a menudo incluso a motas en vez de las horizontales de los adultos.

Dos consideraciones sobre su librea. En la antigua tradición popular, que se remonta a la época de Aristóteles, se sostenía que el cuco (Cuculus canorus), en invierno se transformaba en gavilán, lo que nos muestra el verdadero parecido que existe entre estas dos aves. En memoria de esta conjetura, aún hoy un proverbio de la Padania recita: “d’istà cocheto, d’inverno falcheto”. Es decir, en verano cuclillo y en invierno halconcillo.

Un macho junto al nido. La garganta es rojiza, en elegante contraste con el color de la cabeza, de los hombros y las alas, que son marrón grisáceos con reflejos azulados © G. Colombo

Un macho junto al nido. La garganta es rojiza, en elegante contraste con el color de la cabeza, de los hombros y las alas, que son marrón grisáceos con reflejos azulados © G. Colombo

El vuelo del gavilán es inconfundible. Alas muy redondeadas, batidos rapidísimos de pocos segundos, con planeos rápidos y ligeros intercalados sin descanso con más batidos. En estos vuelos la velocidad es bastante reducida y no es comparable a la que alcanza durante las persecuciones de caza.

Durante estas batidas el acelerón y la sacudida tras un giro, los virajes o las maniobras son verdaderamente impresionantes y tan veloces que resultan imperceptibles a la vista. Las alas redondeadas y la larga cola son accesorios determinantes para hacer posible este espectáculo aéreo.

El gavilán común, en particular, la hembra, puede confundirse fácilmente con el azor que, aún siendo más grande, tiene la misma modalidad de vuelo, la misma silueta y el mismo hábitat.

Etología-Biología reproductiva

El gavilán común es un ave muy esquiva y su anidamiento pasa frecuentemente inadvertido aún cuando la desarrolla en sitios de paso frecuente. El nido es amasijo desordenado de ramitas decorado con pequeñas hojas y raíces finas que forman una copa ancha y poco profunda. Durante la incubación, el nido se llena de plumón soltado por la hembra durante su permanencia en el nido. Es generalmente construido sobre ramas horizontales, en la confluencia de una bifurcación a distintas alturas pero nunca elevadas. Por ejemplos, en los bosques mixtos de la llanura Padana gusta mucho de construirlo adosado a una rama cubierta de hiedra trepadora, a menudo a una altura inferior a los tres metros.

Una vez formada la pareja el nido es rápidamente montado usando con frecuencia el mismo en el que había puesto el año anterior o uno de los múltiples que acostumbra a construir en cada período nupcial. Es muy fiel a su región natal y las distintas nidificaciones pueden llevarse a cabo año tras año siempre en un radio de pocos metros con respecto de las anteriores. Hablábamos de la reserva y discreción de estas aves en la época de nidificación: durante este periodo, los gavilanes parece que desapareciesen de la circulación aún cuando ocupan bosques de limitadísimas dimensiones.

El macho vigila permaneciendo oculto sobre cualquier rama de la segunda línea de árboles hacia algún espacio abierto, una posición desde la que ve perfectamente todo lo que ocurre a su alrededor y no es visto de ningún modo. La hembra, que está incubando, observa atentamente cualquier pequeño movimiento interno en el bosque, siempre con el oído atento a cualquier eventual llamada del macho. De hecho, la única señal de que hay gavilanes es el grito de alarma que primero el macho y después la hembra profieren apenas un intruso entra en su territorio. Un ke ke ke rápido y seco emitido por el macho y más lento y melodioso por la hembra. Sea como sea, incluso en estos casos es imposible verlos.

Es la hembra la que alimenta a los pequeños en el nido mientras que el macho captura las presas, que entrega a la hembra meticulosamente desplumadas listas para su consumo. Si esta muere accidentalmente, también mueren de hambre los pollos ya que el padre continúa trayendo alimento pero no está programado para alimentarlos © Gianfranco Colombo

Es la hembra la que alimenta a los pequeños en el nido mientras que el macho captura las presas, que entrega a la hembra meticulosamente desplumadas listas para su consumo. Si esta muere accidentalmente, también mueren de hambre los pollos ya que el padre continúa trayendo alimento pero no está programado para alimentarlos © Gianfranco Colombo

La hembra pone de 3 a 6 huevos de color crema azulado fuertemente marcados de marrón rojizo en la parte ancha del huevo. El ciclo reproductivo del gavilán dura en total alrededor de 130 días, de los que entre 30 y 35 están ocupados por la incubación y más de 70 por la maduración hasta el primer vuelo y la independencia de los jóvenes. Los polluelos nacen cubiertos de un plumón blanco que pierden tras alrededor de un par de semanas y es sustituido sucesiva y gradualmente por la primera librea juvenil.

Es la hembra quien alimenta a los pollos en el nido mientras que el macho está dedicado a la captura de las presas que son entregadas a la hembra listas para consumir. En efecto, cada presa es completamente desplumada lejos del nido en sitios habituales que son denominados desplumaderos y que nos muestran prácticamente el catálogo de las presas capturadas.

Madre junto a su polluelo. Cuando alcanzan el tamaño de los adultos los pollos pasan a las ramas cercanas porque el nido no aguantaría el peso de la numerosa familia © Gianfranco Colombo

Madre junto a su polluelo. Cuando alcanzan el tamaño de los adultos los pollos pasan a las ramas cercanas porque el nido no aguantaría el peso de la numerosa familia © Gianfranco Colombo

Las víctimas son generalmente pequeños paseriformes en el caso de las capturas del macho, mientras que el tamaño aumenta hasta el de los túrdidos y colúmbidos si los ha cazado la hembra.

Los jóvenes, cuando alcanzan las dimensiones de los padres pero son aún incapaces de volar abandonan el nido y se apostan sobre ramas cercanas, pasando en esta posición las últimas semanas antes de emprender su primer vuelo. De hecho, el nido se hace muy estrecho e incapaz de aguantar el peso de una familia numerosa. El único indicio que revela fácilmente la presencia de la nidada es que en torno a los pies del nido el terreno está blanco por las deyecciones blancuzcas emitidas en abundancia. Permanecen entonces con sus padres durante otras 4 semanas hasta la independencia total. La madurez sexual llega al segundo o tercer año. Tienen una esperanza de vida de varios años aunque se ha citado el caso de un ejemplar que había vivido más de 20 años.

Un joven macho. El Accipiter nisus tiene una inmensa área de distribución euroasiática, del Atlántico al Pacífico, con poblaciones estables también en el norte de África © Gianfranco Colombo

Un joven macho. El Accipiter nisus tiene una inmensa área de distribución euroasiática, del Atlántico al Pacífico, con poblaciones estables también en el norte de África © Gianfranco Colombo

El gavilán, muy común en el mundo anglosajón, ha entrado a menudo en la literatura de este país. Lo cita Shakespeare en algunas de sus comedias, al igual que Tennyson en sus poesías, pero otros escritos hacen a menudo referencia a su agresividad, su majestuosidad y, al mismo tiempo, la delicadeza de su vuelo.

Sinónimos

Falco nisus Linnaeus, 1758.

 

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