Familia : Acanthaceae
Texto © Prof. Pietro Pavone
Traducción en español por el Prof. José Campos
Especie propia de la Europa mediterránea, Acanthus mollis se ha introducido por su belleza en distintas regiones con clima similar © Giuseppe Mazza
El Acanto común (Acanthus mollis L.), también conocido como alas de ángel o hierba gigante, es una especie típica de la Europa mediterránea (Grecia, Italia, Turquía europea, Yugoslavia), introducida en Francia, Inglaterra, Archipiélago de las Azores, Portugal, España, (también en las Islas Baleares e Islas Canarias), Marruecos y centro de México.
El término genérico Acanthus deriva del griego «akantha» = espina, por las brácteas espinosas de la inflorescencia, derivado a su vez de “aké”, punta, aguja y “ánthos”, flor; el término específico mollis se refiere a las hojas que son blandas, flexibles.
Las flores, no menos elegantes que las hojas, están dispuestas en inflorescencias en espiga, a veces densas © Giuseppe Mazza
En la mitología griega, Akantha era una ninfa que Apolo deseaba ardientemente, pero ella lo rechazó con un arañazo en la cara. Como castigo, el dios la transformó en la flor espinosa del acanto.
Acanthus mollis es una planta herbácea de 50-150 cm de altura que pierde la parte aérea al llegar el invierno, pero conserva el sistema radical que es perenne, lo que garantiza el crecimiento vegetativo al comienzo de la primavera.
La planta tiene tallos erectos simples, cilíndricos, algo leñosos en la base.
Las hojas basales, coriáceas y carentes de espinas, son escasamente pilosas en el haz y pubescentes a lo largo de los nervios en el envés y en el pecíolo; miden hasta 80 cm de longitud.
Son de color verde brillante, más oscuras en el haz, pinnadas, con 6-7 lóbulos inciso-dentados.
Las hojas caulinares (superiores) son de pequeño tamaño y miden 1,5-4 cm x 1-2,5 cm, sésiles (sin pecíolo), de forma ovado-lanceolada y provistas de espinas.
Las flores están dispuestas en inflorescencias en espiga, a veces densas.
Cada flor se coloca en la axila de una bráctea y 2 brácteas laterales con margen entero o subespinoso, de un poco más de 2 cm de largo. El cáliz es persistente, con los sépalos soldados en la base; tanto las brácteas como el cáliz son de color rojo púrpura intenso, especialmente a lo largo de las nervios y los márgenes. La corola es blanca, con nervios rojizos, de hasta 5-6 cm de largo, con un solo labio trilobulado que sobresale ligeramente del cáliz.
El androceo está formado por 4 estambres epipétalos. El gineceo consiste en un ovario bilocular con un largo y persistente estilo amarillento, con estigma bífido.
El fruto es una cápsula loculicida ovoide, coriácea, de 2-3,5 cm que, cuando madura, estalla expulsando 4 semillas ovoides rugosas y tuberculadas de color marrón rojizo, de 12-15 mm.
Florece en verano.
Se multiplica por semillas a finales de marzo o, más fácilmente, en otoño, trasplantando la porción subterránea. Requiere un suelo profundo y ligero.
El cáliz es persistente. La corola es blanca, con nervios rojizos, de hasta 5-6 cm de largo, con un único labio trilobulado que sobresale ligeramente del cáliz. El androceo está formado por 4 estambres epipétalos. El gineceo consiste en un ovario bilocular que termina en un largo estilo persistente y amarillento, con estigma bífido © G. Mazza
Esta planta prefiere lugares frescos y húmedos, por lo tanto, se usa a menudo con fines ornamentales para embellecer los lugares más sombreados de los jardines. Sin embargo, dado que se extiende fácilmente, debe plantarse en parterres apropiados para evitar que el sistema radical se extienda más.
Los floristas usan las flores secas para arreglos florales.
Es una especie resistente al frío. De hecho, las heladas prolongadas pueden dañar la parte aérea pero no la parte subterránea que se recuperará en primavera.
Detalle de una espiga con frutos inmaduros y a la derecha de un fruto maduro. Es una cápsula loculicida ovoide y coriácea, que estalla al madurar y dispersa 4 semillas © Giuseppe Mazza
Es conocido por sus propiedades curativas desde la antigüedad. Pedanio Dioscórides (c. 40 – c. 90), en su tratado De materia medica, sugería el uso de compresas de raíz de acanto para tratar quemaduras solares y proteger las articulaciones dislocadas. En el pasado, las hojas, ricas en mucílago, se usaban en cataplasmas para tratar la inflamación, las picaduras de insectos y contra la tuberculosis.
Actualmente, el acanto aparece en varias farmacopeas europeas y se utiliza, en forma de infusión, como emoliente por sus propiedades sedantes, astringentes y para combatir las irritaciones de los sistemas faríngeo y digestivo.
Fruto abierto y semillas. La multiplicación tiene lugar por semilla o, más fácilmente, mediante trasplante en otoño de la porción subterránea en un suelo profundo y ligero © Giuseppe Mazza
El acanto puede ser atacado por moluscos gasterópodos terrestres como caracoles y limacos, que se alimentan de las hojas jóvenes.
Curiosidades
Plinio el Viejo (23-79), en su Naturalis historia, una gran enciclopedia de la época en 37 volúmenes, sugiere introducir plantas de acanto en los jardines de los romanos para mejorar su belleza (liber XXII).
Esta especie herbácea, de 50-150 cm de altura, pierde la parte aérea en invierno y rebrota en primavera. Prefiere los lugares frescos y húmedos de los jardines de sombra © Giuseppe Mazza
Marco Vitruvio Polión (c. 80 a. C. – c. 15 a. C.), en su tratado De architectura, escribe que el arquitecto y escultor ateniense Calímaco (siglo V a. C.), para la realización de la decoración de los capiteles corintios, se inspiró en la elegancia de unas hojas de acanto que sobresalían de una canasta votiva colocada en la tumba de una joven de Corinto, muerta prematuramente.
Sinónimos: Acanthus hispanicus Loudon; Acanthus latifolius E.Goeze; Acanthus longifolius Poir. Acanthus lusitanicus auct. Acanthus niger Mill.; Acanthus platyphyllus Murb.; Acanthus spinosissimus Host [nombre ilegítimo].
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