Hoya mindorensis

Familia : Apocynaceae

Texto © Pietro Puccio

 

Traducción en español de Ignacio Barrionuevo

 

La especie es originaria de Filipinas (Mindoro), donde crece epífita sobre los árboles de las florestas húmedas en las cercanías de cursos de agua.

El género está dedicado a Thomas Hoy (ca. 1750-1822), botánico y conservador de los jardines del duque de Northumberland; mientras que el epíteto específico es el adjetivo latino “mindorensis” = de Mindoro, en referencia al lugar de origen.

Nombres comunes: Mindoro hoya (inglés).

La Hoya mindorensis Schltr. (1906) es una epífita trepadora siempreverde poco ramificada con tallos que pueden alcanzar varias metros de longitud, provistos de raíces adventicias con las que se ancla a los soportes.

Las hojas, sobre un peciolo de entre 2 y 2,5 cm de largo, son opuestas, simples, de elípticas a oblanceoladas con ápice acuminado y margen entero, de entre 7 y 12 cm de longitud y de 2,5 a 5 cm de anchura, coriáceas, brillantes, de color verde claro que, en condiciones de máxima iluminación, toman una tonalidad rojiza. Las inflorescencias son axilares, sobre un pedúnculo de entre 2 y 3 cm de largo, en umbela, de entre 8 y 10 cm de diámetro, con incluso más de 40 flores levemente perfumadas, de entre 0,9 y 1,2 cm de diámetro, que duran alrededor de una semana sobre la planta. La corola muestra 5 lóbulos ovados con ápice obtuso y base auriculada, retrorsos, de color rojo, provistos de pelos híspidos blanco-translúcidos, y corona con 5 lóbulos acuminados de color rojo. Los frutos son folículos fusiformes que contienen numerosas semillas provistas en un extremo de un penacho de pelos sedosos que favorecen su dispersión mediante el viento. Se han seleccionado cultivares con flores de color amarillo y naranja.

Se propaga generalmente por estaca, con 2 o 3 nudos, en sustrato muy arenoso o agriperlita mantenido húmedo a una temperatura de entre 26 y 28 ºC, y por acodo aéreo, pero la recuperación vegetativa tiende a ser lenta. Menos frecuentemente se reproduce mediante semilla, que no tiene un largo periodo de viabilidad, en primavera tardía, colocada superficialmente en un sustrato orgánico con adiciones de arena silícea en un 30 % y mantenido constantemente húmedo, aunque sin encharcamientos.

Este nombre está discutido desde el punto de vista taxonómico, no existiendo consenso acerca de considerarlo un nombre aceptado o un sinónimo de otra especie. Es vigorosa y bastante florífera, entre las más características del género por sus hirsutos pelos de color blanco translúcido presentes en los lóbulos de la corola, que destacan sobre el rojo de la misma y de la corona, cultivable al aire libre en las regiones de clima tropical y subtropical, necesitando de temperaturas y humedad ambiental medianamente elevadas, en posición muy luminosa, por ejemplo con luz solar filtrado, para una floración abundante. En otras regiones puede ser cultivada en maceta como trepadora, guiada sobre oportunos soportes, o como colgante en tiestos suspendidos, para poder resguardarla durante los meses más fríos en un ambiente con elevada iluminación, incluso con alguna hora de sol directo en la mañana, y temperaturas mínimas preferiblemente no inferiores a los 16 ºC.

Requiere un sustrato especialmente aireado y drenante rico en materia orgánica, neutro o ligeramente ácido, riegos regulares y abundantes en verano, aunque dejando secar completamente el sustrato antes de volver a regar, y frecuentes nebulizaciones con agua no calcárea a temperatura ambiente para mantener un alto nivel de humedad ambiental. En invierno los riegos deben distanciarse de modo que el sustrato permanezca ligeramente húmedo, pudiendo las raíces marchitarse en presencia de agua estancada. Para abonarla se pueden usar los mismos productos recomendados para orquídeas epífitas. Los trasplantes han de efectuarse cuando el sustrato dé muestras de deterioro, preferiblemente entre primavera y comienzos de verano, dejando la planta sin regar durante varios días hasta que se observan signos de recuperación vegetativa.

 

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