Familia : Malvaceae
Texto © Eugenio Zanotti
Traducción en español por el Prof. José Campos
El género Malva comprende, según varios autores, de 30 a 40 especies de plantas herbáceas anuales, bienales o perennes distribuidas en el hemisferio norte, en las regiones templadas, tropicales y subtropicales de África, Asia y Europa. En Europa se han descrito unas quince especies, así como tres híbridos interespecíficos.
El nombre genérico deriva del griego “malakos”, “malakhé” = blando, o más bien, yo reblandezco, por las propiedades emolientes debido a la riqueza en mucílago de muchas especies de este género. El nombre específico “sylvestris” indica que es una planta de los bosques.
La Malva común o silvestre (Malva sylvestris L. 1753) es una planta herbácea polimórfica, con una robusta raíz pivotante, perenne o rara vez anual/bienal, desde casi glabra (var. mauritiana) hasta variablemente pilosa o tomentoso-hirsuta debido a la presencia de pelos simples o estrellados, de 30-60 cm (<1.5 m) de altura, con tallos erectos o postrado-difusos, ramosos, tenaces, leñosos en la base, estriados, híspidos.
Hojas dispersas, largamente pecioladas, las inferiores grandes (5-10 x 7-12 hasta 15 x 24 cm) con 5-7 nervios, las superiores más pequeñas, con 3-5 lóbulos. La lámina es palmada y de forma circular, reniforme o pentagonal, con el margen con 5-7 lóbulos crenados.
Flores pedunculadas, en grupos de 2-6 en la axila de las hojas o raramente solitarias, con corola con pétalos obcordados, 3-4 veces más largos que los sépalos, de color rosa o lila (raramente blancos) y nervios longitudinales purpúreos; florece de (marzo) mayo a agosto (octubre).
En la base, los pétalos están soldados al tubo formado por los filamentos de los numerosos estambres, atravesado en el interior por los estilos, también soldados en la parte inferior.
Cáliz poco acrescente, con cinco lóbulos anchamente triangulares, que no cubren el fruto cuando está maduro; este es seco, policoco, compuesto de mericarpos reniformes, parduzcos, glabros o pubescentes, aplanados y reticulado-rugosos en el dorso, que contienen una sola semilla.
Originaria de Europa, Asia occidental y norte de África, se ha convertido en cosmopolita. La malva, a pesar de lo que indica su nombre específico, crece sobre todo en zonas no cultivadas, setos, ambientes rurales y ruderales, bordes de carreteras y canales, en suelos ricos en nutrientes (especialmente nitratos), huertos y lugares pisoteados, con acumulación de escombros y basura, comportándose más como una planta ruderal-antropófila que como un elemento forestal. Crece desde nivel del mar hasta 1400-1600 m de altitud.
Gran parte de la malva para uso comercial (alimentos, suplementos, aromas, cosméticos, piensos) se produce principalmente en países del este de Europa (Hungría, Bulgaria, Checoslovaquia, Yugoslavia y Albania), así como en Marruecos e Irán. Se han seleccionado algunas variedades ornamentales y se cultivan en los jardines, como Blue Fountain y Zebrina.
Es una planta oficinal y una de las cuatro especies béquicas de las farmacopeas antiguas junto con la Altea, la Parietaria y el Verbasco o gordolobo; en el siglo XVI en Italia se llamaba «omnimorbia», es decir, remedio para todas las enfermedades, y ya era ampliamente conocida desde el pasado remoto también como planta comestible.
En fitoterapia se usan las hojas superiores y las flores, que se recogen en junio y julio. Las hojas que tienen manchas anaranjadas o rojizas deben eliminarse porque están afectadas por el hongo parásito Puccinia malvacearum.
Los principales componentes de las flores son el mucílago (8-10%), que por hidrólisis da galactosa, arabinosa, glucosa, ramnosa y ácido galacturónico; taninos, malvina, malvidina y delfinidina. Las hojas contienen mucílagos, polisacáridos, taninos, resinas, pectinas, oxalato cálcico, sales minerales, vitaminas A, B1, C y sulfatos de flavonoides. Las propiedades principales son emolientes, antiinflamatorias, béquicas, protectoras de la mucosa intestinal y del sistema respiratorio, estomacales, antiulcerosas, calmantes, vulnerarias, levemente laxantes y antitusígenas.
Las decocciones e infusiones se usan como sedantes y emolientes en catarros intestinales crónicos, como colutorio en inflamaciones de la cavidad bucal y de las vías respiratorias. Externamente se pueden aplicar en forúnculos, varices, piel cuperosa, dermatitis y eccema con inflamación aguda, etc. La infusión al 1% se utilizaba, en cucharas, como protector y emoliente en caso de gastroenteritis. Con la misma finalidad, se usa en forma de enema en el caso de los rectocolitis.
En cocina, las hojas tiernas y los pétalos proporcionan una buena verdura silvestre, cruda, combinada con otras especies, o se cocinan en risotto, sopas y menestras. Cicerón en sus «Epístolas» recuerda un famoso pastel de malva que le gustaba tanto que comía hasta indigestarse. En el siglo XVI, el célebre Pier Andrea Mattioli exaltó en su obra las virtudes antiinflamatorias y emolientes de la malva: “… las hojas machacadas de malva aplicadas con aceite curan las quemaduras… su decocción suaviza la dureza de los lugares secretos de las mujeres y usada como enema ayuda a limpiar las tripas … su decocción gargarizada elimina la aspereza de la boca y de la garganta”.
Preparaciones:
Infusión emoliente de flores
Una cucharada en una taza de agua. Cuando el agua hierve, apagar el fuego y añadir las flores secas; dejar en infusión durante un cuarto de hora, filtrar y añadir miel.
Se bebe caliente varias veces al día.
Decocción para curar la gingivitis
Un puñado de hojas trituradas en una taza de leche desnatada. Hervir durante cinco minutos y aplicar las hojas calientes sobre las encías inflamadas.
Macerado en frío para compresas contra irritaciones de la piel
Picar finamente flores y hojas frescas de malva (20 + 50 g) o pasar por la licuadora, añadir 150 cl de agua y dejar reposar un par de horas.
Filtrar exprimiendo bien y usar el líquido obtenido como antinflamatorio varias veces al día.
Sinónimos: Malva mauritiana L. (1753); Malva tenuifolia Desr. In Lam. (1792); Malva tenuifolia Savi (1804); Malva erecta C. Presl.(1822); Malva tomentella C. Presl (1826); Malva ambigua Guss. (1828); Malva polymorpha Guss. (1828); Malva thuringiaca (L.) Visiani (1851); Althaea godronii Alef. (1862); Althaea mauritiana Alef. (1862); Malva sylvestris var. mauritiana (L.) Boiss. (1867); Malva sylvestris var. polymorpha (Guss.) Parl. (1873); Malva sylvestris subsp. erecta (C. Presl.) Nyman (1878); Malva sylvestris L. lus. nivea Priszter (1895); Malva ambigua var. microphylla Rouy in Rouy & Focauld (1897); Malva sylvestris proles ambigua (Guss.) Rouy (1897); Malva sylvestris proles martrinii Rouy (1897); Malva viviniana Rouy (1897); Malva sylvestris subsp. mauritiana (L.) Asch. & Graebn. (1899); Malva sylvestris var. ambigua (Guss.) Sampaio (1911); Malva sylvestris subsp. ambigua (Guss.) Thell. (1912); Malva sylvestris subsp. mauritiana (L.) Boess. ex Coutinho (1913); Malva longelobata Sennen (1927); Malva longepedulcolata Sennen (1927); Malva sylvestris subsp. incanescens (Griseb.) Hayek (1927); Malva sylvestris subsp. ambigua (Guss.) P.Fourn. (1936); Malva sylvestris subsp. viviniana (Rouy) P.Fourn. (1936); Malva grossheimii Iljin (1949).
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