Vipera ammodytes

Familia : Viperidae

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Texto © Prof. Giancarlo Castello

 

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Traducción en español de Ignacio Barrionuevo

 

Vipera ammodytes con cría. El nombre víbora viene del latín “vivipera”, esto es, que pare crías vivas. En los vipéridos los huevos se abren dentro del saco uterino © Giuseppe Mazza

Vipera ammodytes con cría. El nombre víbora viene del latín “vivipera”, esto es, que pare crías vivas. En los vipéridos los huevos se abren dentro del saco uterino © Giuseppe Mazza

Los Vipéridos (Viperidae) son una familia de reptiles Escamosos (Squamata), que incluye a 270 especies a lo largo y ancho del mundo, separadas en dos subfamilias: los Crotalinos (Crotalinae), exclusivos del continente americano, y los Viperinos (Viperinae), que viven en Europa, Asia y África. Todos están dotados de dientes “solenoglifos”, esto es, girados hacia el interior, con canales por los que pasa el veneno, y retráctiles, recogiéndose cuando se encuentran en posición de reposo.

Cada especie, en función del tipo de veneno, cuya función es matar a la presa y digerirla, puede suscitar cuatro tipos de reacciones físicas: proteolítica, coagulante, hemolítica y neurotóxica. El de la Víbora cornuda (Vipera ammodytes Linnaeus, 1758) provoca un efecto principalmente neurotóxico, induciendo la parálisis de su víctima. A diferencia de otras víboras, casi todas bastante poco peligrosas, esta es capaz de matar un hombre. Es, de hecho, la más venenosa de las especies de víboras europeas, afortunadamente poco agresiva y muy tímida, por esta razón un encuentro con ella es bastante difícil.

Detalle de la cabeza con el característico cuerno frontal, alrededor de 5 mm de largo. Los vipéridos son serpientes muy evolucionadas. No solo protegen sus huevos dentro del cuerpo materno, sino que los colmillos del veneno son huecos: largas jeringas plegables para inyectar su potente veneno sin pérdidas y en profundidad. En los crótalos esta familia de reptiles ha dado un notable paso más, con hoyuelos detectores de infrarrojos para una perfecta visión de las presas incluso en total oscuridad © Giuseppe Mazza

Detalle de la cabeza con el característico cuerno frontal, alrededor de 5 mm de largo. Los vipéridos son serpientes muy evolucionadas. No solo protegen sus huevos dentro del cuerpo materno, sino que los colmillos del veneno son huecos: largas jeringas plegables para inyectar su potente veneno sin pérdidas y en profundidad. En los crótalos esta familia de reptiles ha dado un notable paso más, con hoyuelos detectores de infrarrojos para una perfecta visión de las presas incluso en total oscuridad © G. Mazza

El género Vipera, nace del nombre que los romanos daban a estas serpientes, que a su nombre deriva de “vivipera”, que significa que pare a sus hijos vivos, subrayando el hecho de que este réptil cuenta con huevos que se abren en el interior del saco uterino, con crías capaces ya de moverse antes de salir de su madre, de manera parecida a los mamíferos. La gestación, actualmente denominada ovovivípara, podría por tanto indicar una etapa del desarrollo evolutivo de los reptiles. En cuanto al epíteto específico ammodytes, derivado de las palabras griegas “ammos” = arena y “dyo” = entrar, de donde se podría deducir una capacidad para penetrar fácilmente en la arena, podríamos afirmar que se trata de una extraña elección, con poca correspondencia con la realidad, siendo los hábitats rocosos exclusivamente donde habita esta especie.

Se ha determinado la existencia de cuatro subespecies: la Vipera ammodytes meridionalis Boulenger, 1903, de Grecia centro-meridional; la Vipera ammodytes montidoni Boulenger, 1904, de Albania, Macedonia, Turquía occidental, Rumanía y Bulgaria; y la Vipera ammodytes transcaucasiana Boulenger, 1913, en Turquía oriental y Georgia. La cuarta, la nominal, Vipera ammodytes ammodytes, se extiende por el resto del área de distribución de la especie, la más occidental.

La Vipera ammodytes puede superar los 90 cm de largo y su mordedura suele ser mortal para el hombre © Giuseppe Mazza

La Vipera ammodytes puede superar los 90 cm de largo y su mordedura suele ser mortal para el hombre © Giuseppe Mazza

Los nombres comunes usados en diversas lenguas son los siguientes: Víbora cornuda (español), Nose horned viper (inglés), Vipera dal corno (italiano), Europäische Hornotter o Europäische Sandotte (alemán), Koiní ocia (transcripción del griego), Boynuzlu engerek (turco), Nosataya gadyuka (transcripción del ruso).

Zoogeografía

La Vipera ammodytes, se encuentra en Austria, Eslovenia, Croacia (incluidas sus islas), Bosnia Herzegovina, Montenegro, Macedonia, Albania (junto con la isla de Ada) y hasta Grecia (incluso en algunas islas de los mares Egeo y Jónico). Hacia Oriente lo encontramos en la Turquía nororiental y en Georgia.

En Italia tan solo está presente en las regiones del nordeste: Trentino Alto Adige, Veneto y Friullia Venezia Giulia. En Cerdeña no hace acto de presencia, al igual que el resto de serpientes venenosas.

Falta en los países de Europa no nombrados hasta el momento, lo que incluye toda la zona occidental y septentrional del continente.

El motivo principal de esta irregular distribución geográfica puede atribuirse a su naturaleza estenoica, que podemos definir como una reducida tolerancia ecológica, por la que pequeñas o incluso minúsculas variaciones en los factores ambientales van en perjuicio grave de su supervivencia, pudiendo provocar incluso su extinción.

Ecología-Hábitat

Siempre en busca de lugares más soleados, la víbora cornuda prefiere las zonas rocosas y los pedregales, capaces de acumular calor, así como los cauces secos de los torrentes, los muros de piedras apiladas y las dolinas. Por consiguiente, la especie está totalmente ausente del agua, también a causa de su constitución poco ágil que le impide desarrollar los movimientos fluidos necesarios para desenvolverse en ese ámbito. Por el mismo motivo no es capaz de subir árboles, pudiendo solo llegar a arbustos bajos. En su matorral preferido podemos encontrar fácilmente Helichrysum italicum (siempreviva de monte), Salvia officinalis (salvia real) y Smilax aspera (zarzaparrilla).

Morfofisiología

La Vipera ammodytes Linnaeus, 1758 es fácilmente reconocible por la presencia de un cuerno frontal (de alrededor de 5 mm), de consistencia blanda y recubierto de pequeñas escamas, característica única en estas especies. Las dimensiones van de los 60 a los 90 cm de largo, excepcionalmente llega al metro. El dorso es de color gris claro con ciertos tintes blanquecinos.

Su singular distribución europea es dada por su baja tolerancia ecológica: pequeñas variaciones en los factores ambientales pueden causar incluso su extinción © Giuseppe Mazza

Su singular distribución europea es dada por su baja tolerancia ecológica: pequeñas variaciones en los factores ambientales pueden causar incluso su extinción © G. Mazza

El vientre presenta también puntos blancos y manchas negras. A lo largo de su cuerpo llama la atención el evidente dibujo en zigzag formado por rombos encadenados desde la cabeza hasta la cola. La cabeza, robusta y bien visible, está decorada con marcas oscuras, distintivas, en forma de U o de V, que pueden recordar a la silueta de unas pinzas. Las hembras están menos marcadas por lo general, con líneas más desdibujadas. Sobre el ojo se percibe una especie de ceja protuberante. A veces se observan ejemplares con cromatismos anaranjados, rojizos o de color marrón claro. En las diversas subespecies se pueden observar ejemplares con cola naranja o amarilla.

Etología-Biología Reproductiva

La Vipera ammodytes caza esperando pacientemente a su presa. Escala con facilidad por entre las rocas, donde se encuentra por completo en su medio. Las víctimas principales incluyen los mamíferos, aves, reptiles y artrópodos. Entre los primeros encontramos sobre todo a los siguientes: Sorex araneus (musaraña bicolor), Sorex alpinus (musaraña alpina), Microtus arvalis (topillo de campo) y Glis glis (lirón gris). Entre los pájaros consigue atrapar Erithacus rubecula (petirrojos), Parus major (carbonero común) o Motacilla alba (lavandera blanca).

Caza pequeños mamíferos, pájaros, lagartos y artrópodos. La hembra puede hibridarse con Vipera aspis © Giuseppe Mazza

Caza pequeños mamíferos, pájaros, lagartos y artrópodos. La hembra puede hibridarse con Vipera aspis © Giuseppe Mazza

Las crías de víbora, además de diversos saltamontes, como Oedipoda caerulescens (saltamontes de alas azules), o de miriápodos (como la (Scolopendra cingulata), se alimentan sobre todo de lacértidos, entre los que encontramos la Podarcis muralis (lagartija roquera).

Las altitudes a las que esta especie vive y se reproduce van desde los 20 m hasta los 1700 m, teniendo en cuenta que en función de la altitud a la que se encuentra necesitará desarrollar en cierto grado la termorregulación, especialmente con fines reproductivos.

A altas cotas, particularmente las hembras, para acelerar la gestación, deben descansar durante horas entre las grietas cálidas de las rocas o entre la enramada de los arbustos.

También la estación influye en la búsqueda de lugares cómodos. Cuando el verano es muy cálido se pueden encontrar individuos activos incluso de noche. Tras el letargo invernal, que en las zonas más frías comienza en septiembre, los primeros en despertar son los machos, en ocasiones lo hacen incluso a mediados de marzo. A causa de las insuficientes provisiones de grasa presentes en estas zonas, las hembras por lo general sacan una camada cada dos años. De media se trata de entre 6 y 8 nacimientos, que en mejores condiciones pueden alcanzar las 20 crías. Inicialmente miden alrededor de 20 cm con un peso medio de 7 g.

El apareamiento tiene lugar entre abril y mayo, mientras que el parto ocurre en los meses de septiembre u octubre.

Un hecho interesante que se ha observado es la capacidad de cruce entre hembras de Vipera ammodytes y machos de Vipera aspis dando lugar a ejemplares híbridos pero genéticamente fértiles. Es una demostración clara del origen evolutivo común y cercano de estas dos especies que prueba que la naturaleza sabe crear excepciones inesperadas.

Algunos animales capaces de cazar esta víbora son los jabalíes (Sus scrofa), erizos (Erinaceus europaeus), tejones (Meles meles) y diversas rapaces como la culebrera europea (Circaetus gallicus).

Sinónimos

Coluber ammodytes Linnaeus, 1758; Vipera ammodytes montandoni Boulenger, 1904; Vipera ammodytes ruffoi Bruno, 1968; Vipera ammodytes gregorwallneri Sochurek, 1974; Vipera (Rhinaspis) ammodytes ruffoi Obst, 1983; Vipera (Rhinaspis) ammodytes montandoni Obst, 1983; Vipera (Rhinaspis) ammodytes meridionalis Obst, 1984; Vipera ammodytes gregorwallneri Engelmann, 1993; Vipera aspis balcanica Welch, 1994; Vipera ammodytes ammodytes Schweiger, 2009.

 

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