Familia : Blenniidae

Texto © Giuseppe Mazza

Traducción en español por la Dra Cristina Valcuende

El Blenny saltador (Alticus saliens) tiene una distribución muy amplia en el Indo-Pacífico tropical, donde pasa gran parte de su tiempo fuera del agua en la zona de mareas © Frank Deschandol
El Blenny saltador, Alticus Saliens (Forster, 1788), pertenece a la clase de los Actinopterygii, los peces con aletas radiadas, al orden de los Blenniiformes y a la familia de los Blenniidae, las babosas con dientes de peine, uno de las más ricas en el mundo Marine, que tiene 59 generaciones y más de 400 especies presentes en los mares tropicales y templados
El nombre del género Alticus, acuñado por Lacepède en 1800, proviene del latín «altus», alto y más precisamente del francés «altique sauteur», que significa «que salta alto», en referencia a los saltos que da este pez, en cuanto se acerca, pasando de un estanque a otro. El término específico saliens, nuevamente creado por Lacepède en su “Histoire Naturelle des Poissons”, reitera el concepto.
Forster, sin embargo, ya había descrito este pez en 1788 con el nombre de Blennius saliens, por lo que, manteniendo la nomenclatura Lacepède y con cierta incertidumbre, se le atribuyó la paternidad.

Los machos son inmediatamente reconocibles por la característica cresta carnosa, reducida a un simple pliegue dérmico bajo en las hembras © Frank Deschandol
Zoogeografia
Alticus saliens tiene una distribución muy amplia en el Indo-Pacífico tropical. Partiendo del Mar Rojo, lo encontramos en Sri Lanka, las Islas Andamán e Indonesia. Luego hacia el norte hasta Japón y hacia el sur hasta la Isla de Navidad y Australia. Al este, partiendo de Papua Nueva Guinea, está presente en Vanuatu, Samoa y la Polinesia Francesa.
Ecología-Hábitat
Alticus saliens se puede encontrar incluso a 2 m de profundidad, pero generalmente vive en aguas mucho menos profundas y a menudo fuera del agua, en la zona de mareas, donde se alimenta rascando con su peine de dientes las algas que crecen en las rocas calizas emergidas entre las salpicaduras.

Las grandes aletas pectorales son las que utiliza este pez, de un máximo de 10 cm de largo, para desplazarse por el fondo marino y dar espectaculares saltos fuera del agua © Luis de Ossorno
Al parecer respira oxígeno del aire saltando de una piscina a otra para no deshidratar su piel con el sol, pero quizás primero traga un poco de agua para extraer oxígeno con sus branquias como si todavía estuviera bajo el agua.
Además, el pez también respira en parte gracias al oxígeno contenido en el agua que moja la piel.
Morfofisiología
Alticus saliens alcanza un máximo de 10 cm de longitud. El cuerpo comprimido y alargado está libre de escamas. La cabeza presenta una característica cresta carnosa en los machos adultos, reducida a un simple pliegue dérmico bajo en las hembras.

Alticus saliens es un herbívoro que se alimenta de rocas emergidas rascando las algas incrustadas con sus dientes de peine. Y ahí es donde ocurre el apareamiento © oceangirl4
La vistosa aleta dorsal tiene 14 espinosos y 21-23 radios blandos, y la anal 2 espinosos y 25-27 radios indefensos. Los grandes pectorales, utilizados para desplazarse por el fondo marino y para realizar espectaculares saltos fuera del agua, llevan 15 suaves rayos. Las aletas pélvicas tienen 1 radio espinoso con 4 husos y la caudal es redondeada.
La librea, variable según las emociones, muestra anchas y finas barras verticales oscuras, sobre un fondo leonado amarillento.
Alticus saliens tiene una intensa vida social fuera del agua. De hecho, para defender la roca de los intrusos, levanta amenazadoramente su cresta y, cuando se enoja, puede volverse casi negra.
Etología-Biología Reproductiva

En disputas, como por ejemplo por defender su roca, endereza sus aletas. cambiando a menudo de color. La hembra descansa en la cavidad de la roca indicada por el macho © Kinmatsu Lin
Los machos de Alticus saliens se reproducen fuera del agua atrayendo a la hembra elegida con repetidos movimientos de la cabeza junto a una cavidad en la roca que les servirá de nido. Si la hembra entra a ponerlos, los fecunda y luego hace guardia hasta que eclosionan.
Los huevos, demersales, se adhieren al sustrato mediante una almohadilla adhesiva filamentosa o en forma de pedestal. Las larvas son planctónicas y suelen encontrarse en aguas costeras poco profundas.
La resiliencia de la especie es excelente, con una posible duplicación de las poblaciones en menos de 15 meses, y la vulnerabilidad a la pesca, mínima, alcanza sólo un 10 en una escala de 100. Por lo tanto, no es una especie en peligro de extinción, aunque los biólogos de la Lista Roja de la UICN la sitúan en la categoría “DD, Data Deficient” es decir, «Datos Insuficientes» porque, como se ha dicho, existe tal vez una confusión taxonómica y, por tanto, la información sobre la tendencia poblacional es incierta.
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