Familia : Malacanthidae
Texto © Giuseppe Mazza
Traducción en español por el Prof. José Campos
Hoplolatilus purpureus Burgess, 1978, pertenece a la clase Actinopterygii, los peces con aletas radiadas, al orden Perciformes y a la pequeña familia Malacanthidae, que cuenta actualmente con solo 5 géneros y 45 especies, aunque este número probablemente aumente con las investigaciones en curso.
El nombre genérico Hoplolatilus proviene del griego antiguo «ὅπλον» (òplon) = el escudo circular típico de la infantería de hoplitas, y del latín «latus» = ancho, en referencia al hecho de que amontonan en círculo, alrededor de la entrada de su guarida, restos de conchas y fragmentos madrepóricos. Construcciones a veces modestas, pero que en tres especies de aguas profundas pueden alcanzar incluso 3 m de diámetro. El nombre específico purpureus = púrpura en latín, recuerda el color de este pez, aunque también muestra tonos azul turquesa y violáceos.
Zoogeografía
Hoplolatilus purpureus presenta un área de distribución modesta. Se encuentra en Filipinas, Indonesia, Timor Oriental, Papúa Nueva Guinea e Islas Salomón, que marcan el límite oriental de la especie.
Ecología-Hábitat
Es un pez que vive en parejas, aisladas o reunidas en pequeñas colonias pacíficas, entre 30 y 85 m de profundidad. Pasa gran parte del día nadando en la columna de agua sobre la guarida, casi inmóvil, por donde pasan las corrientes ricas en plancton. El resto del tiempo lo dedica a arreglar y embellecer su estancia, un alojamiento para dos, donde refugiarse en caso de peligro y pasar la noche. Transporta con la boca, de uno en uno, los elementos arquitectónicos que encuentra alrededor, a veces robándoselos a los vecinos, y limpia periódicamente la entrada modelando la arena, cuando es necesario, con movimientos rotatorios del cuerpo.
Morfofisiología
De cuerpo fusiforme, comprimido lateralmente, Hoplolatilus purpureus no supera los 13 cm. El maxilar es protráctil. La aleta dorsal tiene 9 radios espinosos y 18-19 blandos; la anal presenta 1 radio espinoso y 15-16 inermes. Las pectorales, con 16-18 radios, y las pélvicas son igualmente inermes. La caudal es ligeramente bifurcada, con una banda roja en el lado externo, flanqueada por una banda azulada seguida por una zona clara.
El color del dorso tiende al azul, y se difumina en los lados al violeta o magenta. El hocico y el mentón son más claros, a menudo amarillentos, y de la frente parte una característica banda triangular oscura, marrón-rojiza, a veces casi negra, que se estrecha hacia la aleta dorsal, más clara con tonos amarillentos como la anal y las pélvicas, mientras que las pectorales tienden al rojo. Colores que obviamente cambian con la profundidad, donde el rojo se ve negro y los peces desaparecen en un brillo azul.
Etología-Biología Reproductiva
Hoplolatilus purpureus se alimenta de pequeños crustáceos planctónicos, principalmente copépodos, de tunicados pelágicos y de huevos que muchos peces confían a las corrientes. Básicamente, se queda casi inmóvil en la columna de agua sobre su guarida, esperando pacíficamente con su pareja y cualquier otra especie de Hoplolatilus a que la comida le venga a la boca.
Aunque no se sabe mucho sobre sus hábitos reproductores, en realidad son peces muy sociables que viven en pareja de por vida. Solo, en la guarida, no se siente cómodo y si uno de los miembros de la pareja muere, el que queda debe encontrar otro cónyuge cerca.
Esto no siempre es fácil, por lo que en las Islas Filipinas, donde Hoplolatilus purpureus convive con Hoplolatilus marcosi, a veces es posible descubrir, asomando por la entrada de la casa, incluso parejas mixtas de las dos especies, pero que nunca han dado lugar a híbridos.
Ambas especies se venden a un precio alto para los acuarios domésticos, donde, desafortunadamente, no viven mucho tiempo. Además de la dificultad para alimentarlos, los ejemplares importados sin cuidado tienen el hígado a menudo afectado por la captura con venenos o la vejiga natatoria dañada por ascensos demasiado rápidos, sin descompresión. Además, Hoplolatilus purpureus también muestra una marcada tendencia a salirse de los tanques destapados en cuanto se asusta. No es un pez fácil y solo unos pocos acuarios públicos pueden albergarlo.
Dada la profundidad en la que vive y el pequeño número capturas, no es una especie en peligro de extinción. Su resiliencia es buena, con la posible duplicación de las poblaciones en menos de 15 meses, y el índice de vulnerabilidad es decididamente bajo, con solo un valor de 20 en una escala de 100.